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viernes, 26 de abril de 2024 10:00h.

Muerte de un sintecho - por Marco Lojo Jiménez

El "Diario de Avisos" de hoy amanece con un triste suceso: "Fallece un hombre atropellado a la altura de la piscina municipal de Santa Cruz de Tenerife"
 

Muerte de un sintecho - por Marco Lojo Jiménez *

El "Diario de Avisos" de hoy amanece con un triste suceso: "Fallece un hombre atropellado a la altura de la piscina municipal de Santa Cruz de Tenerife"

Esta noticia, que se presenta en la crónica de "sucesos", en una sociedad más justa debería estar puesta en "sociedad" -en esta sociedad, por "sociedad" sólo se entiende aquellas personas de "cuna" como aristócratas, hijas de banqueros, etc. o aquellas cuya alta remuneración, independientemente de lo que hagan, justifican su ubicación en el periódico, como futbolistas, grandes artistas, personajes del corazón. 

La noticia no pone nada respecto a este señor: ni nombres, ni apellidos, ni motes, pero todos recordamos quien fue, de quién se trataba, todas y todos recordamos cómo estando en la calle durante años intentaba conservarse lo mejor posible, cómo iba relativamente bien ataviado -dentro de las carencias con las que subsistía. 

Es curioso cómo en la noticia en ningún momento cita su condición de "sin techo" -conocida por los viandantes y conductores que pasábamos por ahí-, que supondría remarcar el drama social de la cuestión: una persona, sin medios de vida, obligado a vender de forma ambulante para sobrevivir, que fallecería en un "accidente de trabajo". Que su actividad no estuviera realizada con un contrato por escrito, con un alta de autónomo y pago de impuestos, así como aseguramiento a la mutua y a la Seguridad Social, no niega el carácter anterior. Pero, en la tragedia social, todo es "incidental": no hay responsables jurídicos -ni mucho menos políticos- y todo se reduce a la desgracia que vivieron el finado y el conductor, que seguramente no tenía ninguna intención en causar este infortunio. 

Finaliza este triste relato sobre este señor, al que todos alguna vez vimos, con un sentido inhumano: "El siniestro obligó a cerrar parte de este acceso a Santa Cruz y a cortar el sentido hacia Benito Pérez Armas, lo que acarreó retenciones en el lugar hasta que se produjo el levantamiento del cadáver." De nuevo, la máquina contra el hombre, el devenir de la circulación de bienes, capital y mercancias, del automóvil contra el viandante. Como si uno de los hijos de Santa Cruz, ciudadano de esta ciudad, causase un "perjuicio" al tráfico rodado con su muerte. A las pocas horas, seguramente el tráfico fluyó sin ningún problema por la ciudad: la ciudad no espera, o mejor dicho, el capital no se demora en seguir, independientemente del trastorno que cuase. Nunca fue tan cierta la frase de Engels: "(...) Pero la historia es casi la más cruel de las diosas, y conduce su carro triunfal por encima de montones de cadáveres, no sólo en la guerra sino también en el desarrollo económico "pacífico". Y los hombres y las mujeres somos desgraciadamente tan estúpidos que nunca podemos cobrar valor para realizar un progreso real a menos que seamos urgidos a hacerlo por sufrimientos que parecen casi desproporcionados." Que la tierra le sea leve.

* Publicado con autorización del autor

 

http://www.diariodeavisos.com/2015/03/fallece-hombre-atropellado-en-santa-cruz-tenerife/