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viernes, 29 de marzo de 2024 10:20h.

La navaja de Ockham y el monumento a Franco - por Álvaro Felipe Hernández

 

monumento a franco

álvaro felipeDesayunaba, cuando leí la noticia tamizada por el color de la tinta con la que imprime Diario de Avisos, reflejo del color del cristal con el que nos miran sus propietarios cuando ordenan escupirnos a la cara lo que queda de la realidad.

 

La navaja de Ockham y el monumento a Franco - por Álvaro Felipe Hernández *

"El Cabildo dice que el monumento a Franco es patrimonio y no lo quitará"

Desayunaba, cuando leí la noticia tamizada por el color de la tinta con la que imprime Diario de Avisos, reflejo del color del cristal con el que nos miran sus propietarios cuando ordenan escupirnos a la cara lo que queda de la realidad.

Es patrimonio” y “Aquellos monumentos con carácter artístico no se pueden demoler”, dijo la consejera insular de Patrimonio, Josefa Mesa, en una entrevista concedida al periódico de Plasencia y Zerolo el pasado mes de diciembre.

No creo que Alemania sea un modelo a seguir en todas sus aristas, ahí está la historia, pero no pude dejar de imaginarme la misma noticia en la Alemania actual: una institución alemana se niega a demoler un monumento en Alexanderplatz dedicado a la memoria de Hitler, porque es “patrimonio” o refleja “la historia de Alemania” ¿Verdad que es inconcebible? Sí que lo es y el motivo es simple y evidente: En Alemania el Fascismo fue derrotado mientras que en España triunfó, precisamente, con la inestimable ayuda de los fascistas alemanes. Paradojas de la historia.

No hay que dar muchas explicaciones. Según defendió Guillermo de Ockham en su principio de economía, también conocido como principio de parsimonia: en igualdad de condiciones la explicación más simple es la más plausible.

El hecho de que Miguel Zerolo Fuentes, abuelo de del ya condenado ex alcalde y ahora pendiente de sentencia por el Pelotazo de Las Teresitas, siga teniendo una calle dedicada a su memoria en nuestra ciudad de mentirijilla, deja claro que el fascismo, sobre todo el fascismo ultraperiférico, aún sigue venciendo. Da igual que se hayan pasado por el forro la Ley de Memoria Histórica, no importa que hayan muertos en nuestras cunetas.

El 3 de junio de 2015 nuestro nuevo y democrático Borbón, inauguró en París un jardín que lleva el nombre de "La Nueve", la mítica compañía, formada casi exclusivamente por republicanos españoles, que el 24 de agosto de 1944 entró en la alcaldía de la capital francesa y precipitó la  liberación  la ciudad de las tropas nazis. El nuevo Borbón rindió homenaje a unos republicanos españoles que murieron liberando París, pero nuestro democrático monarca en España no rinde homenaje a los republicanos españoles que siguen habitando nuestras cunetas, ni se acuerda de ellos en sus discursos navideños.

Eso sí: alguna cosita tuvieron que retocar para crear la apariencia de que hubo un cambio, una transición aparente, para que en realidad no cambie nada de lo esencial, como una "intocable" Constitución que no se puede modificar, salvo su Artículo 135.

Sigo mirando la foto del monumento a Franco y pienso que la realidad es que el fascismo sigue ganando la guerra en España, una guerra que no cesó pese al “vencido y cautivo el ejército rojo...”, que apenas fue un espejismo creado por los que iban ganando cuando decidieron cambiar sus armas por otras más silenciosas pero igual de letales.

La izquierda, los que dicen ser de izquierdas, saben que el fascismo sigue avanzando, pero están ocupados con la alquimia de su cainismo habitual y el narcisismo estructural que los adorna a todos, a todos ellos y a todas ellas, como les gusta decir. Ay.

Para acabar de joderme el desayuno, paso la página y me encuentro una foto de Javier Abreu ¡Fooosssss!

* En La casa de mi tía por gentileza de Álvaro Felipe Hernández

álvaro felipe