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viernes, 19 de abril de 2024 10:24h.

Nos toman por toletes, sanacas, guanajos - por Nicolás Guerra Aguiar

  Si no fuera porque les afecta directamente a miles de serios y honrados peperos  -muchos de ellos sorimbados, perplejos y anonadados por vendavales de corrupción-, parecería un chiste de humor negro o tragipesadilla que los máximos representantes del Partido Popular se encontraran precisamente en Extremadura, Cáceres (de éxtasis las manitas en una esquinuda taberna de la Plaza Mayor), para hablar de lo que llaman “Prácticas de buen gobierno en comunidades autónomas”.

Nos toman por toletes, sanacas, guanajos - por Nicolás Guerra Aguiar *

  Si no fuera porque les afecta directamente a miles de serios y honrados peperos  -muchos de ellos sorimbados, perplejos y anonadados por vendavales de corrupción-, parecería un chiste de humor negro o tragipesadilla que los máximos representantes del Partido Popular se encontraran precisamente en Extremadura, Cáceres (de éxtasis las manitas en una esquinuda taberna de la Plaza Mayor), para hablar de lo que llaman “Prácticas de buen gobierno en comunidades autónomas”.

   Y se reunieron allí por la categórica razón de la eficacia: el señor Monago, presidente de la misma, sabe cómo funcionan muchas de ellas. Y lo sabe porque en su etapa de senador extremeño visitó Canarias (Tenerife) con trigésimas visitas, aunque nada se dice de si las hubo a Andalucía, comunidad que también coordinaba en el Senado. (¿Que por qué tres? Elemental, dicen sabios del PP extremeño: la identidad es tal que casi son una. Sirvan como ejemplos las coincidencias por temas de pesca entre Extremadura y Canarias –Tenerife- y las que se refieren a economías basadas en el turismo –Canarias- o en la cría del cerdo que come bellotas –Extremadura-. Aunque sí es cierto e indiscutible que en las tres autonomías hay un elemento común: la presencia de latinoamericanos.)

   Pero los rojos del periódico digital Público lanzan a los aires perturbadoras afirmaciones que relacionan los 32 viajes del señor Monago a Canarias (Tenerife) con actividades ajenas a las oficiales. Lo malo del caso es que supuestamente cargaba al Senado los gastos de su trashumancia y salto del charco en vuelos de ida y vuelta. Aunque tampoco es para tanto: ¿qué son 32.000 euretes frente a las decenas de millones que andan y hacen caminos, atraviesan mares, surcan espacios aéreos con sus centenares de señorías, decenas de millones que no tienen control, que Senado y Congreso nada saben de ellos, de cómo se gastaron, en qué misiones oficiales, con qué justificaciones? (Por cierto: ¿pagaron sus señorías del PP los gastos de transporte a Cáceres de la semana pasada? ¿Lo hace el Partido? Lo pregunto porque un día de estos comparecerá la señora Montelongo –presidenta del PP en Fuerteventura- para responder, como imputada, por presuntos pagos de vacaciones en la Isla con dinero del Cabildo majorero: los invitados, ilustres del PP.)

  Y como el señor Monago afirma que estuvo por actividades oficiales, yo lo creo, pues sé que altos cargos del PP canario –tan aplaudiblemente escrupulosos en las cosas de las corruptelas- van a hacer público el jueves de esta semana un documento minuciosamente ordenado. En él detallarán al segundo reuniones, asambleas, conferencias, congresos, comités locales, comarcales, insulares, provinciales y regionales con el señor Monago. Y aunque nadie se acuerda de las otras Islas, incluida  San Borondón, también es cierto que las visitó, de lo que darán fe el señor Antona como secretario general y, entre otros más, la señora Montelongo por Fuerteventura. Lo harán ante difamaciones o infundios de quienes afirman que los viajes a Canarias (Tenerife) fueron por cosas ajenas a la actividad política. Porque la verdad resplandecerá, y me alegraré frente a quienes juegan sucio, ponen zancadillas o golpean en las piernas pues no tienen argumentos, razones, razonamientos, palabras nobles y elementales para combatir con limpieza y honestidad al contrincante político.

   Y aunque parezca que el señor Monago se dedicó a la noble tarea de viajar 32 veces a Canarias porque aquí los senadores ppopulares trabajan con lentitud, desconocimiento o desorganización, la apariencia es solo ficción, quimera, acaso engaño. No, no es cierto que él viniera porque en Canarias el desorden imperaba, en absoluto. Lo que ocurre es que sus señorías peperas canarias andaban un poco despistadas con aquello de una hora menos y una más en Madriz. Por tanto, necesitaban un tiempo de reciclaje, puesta a punto y desaplatanamiento, tal razonaron los coordinadores ppopulares en el Senado. ¿Y por qué el señor Monago viajó con preferencia a Tenerife? Está muy claro: la proximidad geográfica de su tierra extremeña a Salamanca lo hizo unamuniano, pensador e, incluso, agüero. Y ya se sabe lo que escribió don Miguel cuando pisó el puerto de Santa Cruz de Tenerife: “Allí empezó a impacientarme la lentitud de los hijos de esta tierra. Ya allí empecé a sentir los efectos de la soñarrera, de la dulce modorra del aislamiento”.

   Así pues, y tal como demostrarán el secretario general del PP en Canarias y la señora Montelongo en su manifiesto público, el señor portavoz del Grupo Popular en el Parlamento extremeño acierta cuando afirma que los 32 viajes realizados por el señor Monago a Canarias (es un infiltrado de CoATIción: identifica a Canarias con Tenerife) se debieron a que era algo así como coordinador en el Senado para asuntos de Canarias, Ceuta y Melilla, plazas africanas, como en la época de las colonias. Y como también en apariencia la actividad de nuestros señores senadores del PP queda en sospechosa efectividad o somnolencia intelectual, sí me parece prudente, cuerdo y sensato que expongan en público y en alta voz sus conseguimientos para Canarias frente a lo que el señor extremeño logró en 32 viajes con cargo al Senado.

   Ahora dice que devolverá el dinero. Y devolver es reconocer que no le pertenece. Por tanto, ¿no es eso supuesta apropiación indebida de bienes públicos? Mientras (¡hermano Monago!), cierre de filas del PP oficial en torno al viajero que pagó con dinero público sus viajes privados a Tenerife. El sábado pasado, abrazos, puestas en escena, lágrimas. “Monago tiene el apoyo de todo el PP”, proclama el señor Rajoy, aquel encargado también de la pureza ética. Monago llora cuando sus huestes gritan “¡presidente, presidente!”, y se confirma que repetirá como candidato. Pero… ¿acaso no mintió a toda España? ¿Puede, pues, mantener el PP a un  falsificador nacional de la verdad que, además, en apariencia expolia dinero estatal? (E Izquierda Unida me perpleja: mantiene su apoyo político al señor Monago. IU, ¿en qué quedamos?)