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miércoles, 24 de abril de 2024 10:18h.

Notas programáticas (I) - por Alejandro Floría Cortés

Que un gobierno legisle y ejecute políticas para una minoría de la población convierte el circo electoral en una competición darwinista y pervierte la democracia al nivel de una oligarquía feudal.

Notas programáticas (I) - por Alejandro Floría Cortés *

Que un gobierno legisle y ejecute políticas para una minoría de la población convierte el circo electoral en una competición darwinista y pervierte la democracia al nivel de una oligarquía feudal.

Ahora más que nunca es preciso que las fuerzas rupturistas sean coherentes en su discurso y confeccionen, con la participación popular, un programa electoral que describa el camino de retorno a una democracia participativa y directa, en la que la representación, fácilmente revocable, quede supeditada a la consecución de los hitos parciales que deben constar en la hoja de ruta que defina cómo las distintas políticas irán haciendo evolucionar el estado de las cosas hacia la justicia, la equidad, el equilibrio y el bienestar de una mayoría social.

De esta forma, se debe diseñar una herramienta dinámica, colaborativa, en constante evolución y perfeccionamiento sobre la que se cimente la Unidad Popular.

La democracia activa, participativa y directa, requiere para su implementación de la capacitación del pueblo, a través de todas las dimensiones de su soberanía, para diseñar, construir y ejecutar políticas en un marco socio-económico equilibrado y sostenible que abandone el dogma del crecimiento inevitable del capitalismo.

Estos tres aspectos interrelacionados entre sí suponen una serie de medidas que bien pueden constituir la base de una programática electoral.

Es precisa una reformulación de la democracia antes de llegar al punto en que su mera mención provoque rechazo por asimilación al statu quo actual.

La democracia no tiene nada que ver con votar cada cuatro años ni soportar los rodillos de mayorías absolutas, sean del signo que sean, y que decretan sin diálogo.

Es evidente que la participación ciudadana, que debe apoyarse en un municipalismo fuerte, exige la modificación de tiempos de gestión, a minorar, y porcentajes de apoyo, combinando la necesidad de mayorías con consensos que eviten la exclusión.

Por ello se precisa modificar la Ley Electoral, los reglamentos de las cámaras de representación (incluso prescindir del senado), modificar los mecanismos de participación y consulta (referendum) que contempla la Constitución hasta dotarlos de la habilidad y la operatividad que exige una participación directa (vinculación) y garantizar la independencia de poderes sobre esa misma participación.

En el ámbito institucional es imprescindible revisar las relaciones con Europa, lo que por supuesto tienen amplias implicaciones económicas a las que más adelante me referiré, pues es aquí donde se evidencia la conexión entre soberanía y democracia. 

No resulta sorprendente que ATTAC cuestione abiertamente el euro y descarte solución alguna en su ámbito.
Efectivamente, la democracia tiene una componente económica, y el marco europeo es el principal obstáculo para alcanzar la soberanía energética y la soberanía alimentaria, conceptos de la más alta relevancia y necesidad para la Islas Canarias, entre otros, que exigen un tratamiento diferenciado.

Por otra parte, venimos asistiendo a la privatización de servicios estratégicos, esenciales para el pueblo, a precio de saldo, que han terminado disparando el coste de los mismos de forma injustificada y que han generado exclusión y pobreza para el beneficio de unos pocos.

Parte del proceso implica la degradación, en curso, de pilares fundamentales como lo son una Sanidad y una Educación que se precisan Públicas y de Calidad.

Es indiscutible la necesidad de recuperar estos servicios, con criterios de bien común, tras profundas auditorías que proporcionen la información suficiente para negociar el coste de dicha recuperación. Quién expolió acusará de confiscación, no faltará cinismo. Ante el capitalismo de pupitre, auditoría popular.

La auditoría debe hacerse extensible a la deuda, habida cuenta de la evidencia de la socialización de pérdidas y la privatización de beneficios, hemos asistido a la transformación por arte de magia negra de la deuda privada en deuda pública. Curiosas estructuras económicas con pulsiones bipolares, tan capitalistas para los demás, tan socialistas para sí.

(Continuará)

* En La casa de mi tía por gentileza de Alejandro Floría