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sábado, 27 de abril de 2024 20:52h.

La ola reaccionaria se extiende por Europa - por Ruth Ferrero-Turrión

 

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Antonio Aguado, coherente veterano militante socialista, recomienda este artículo

La ola reaccionaria se extiende por Europa Ruth Ferrero-Turrión

PÚBLICO

Los partidarios del partido Progresivne Slovensko (Eslovaquia progresista) reaccionan después de las primeras encuestas a pie de urna de las elecciones parlamentarias de Eslovaquia en la sede electoral de Progresivne Slovensko en Bratislava, Eslovaquia, el 30 de septiembre de 2023. Los votantes de Eslovaquia están eligiendo a los 150 miembros del Consejo Nacional. (Elecciones, Eslovaquia) EFE/EPA/JAKUB GAVLAK

Los partidarios del partido Progresivne Slovensko (Eslovaquia progresista) reaccionan después de las primeras encuestas a pie de urna de las elecciones parlamentarias de Eslovaquia en la sede electoral de Progresivne Slovensko en Bratislava, Eslovaquia, el 30 de septiembre de 2023. Los votantes de Eslovaquia están eligiendo a los 150 miembros del Consejo Nacional. (Elecciones, Eslovaquia) EFE/EPA/JAKUB GAVLAK

Las elecciones eslovacas han confirmado algo que ya viene atisbando desde hace tiempo. Una ola reaccionaria recorre Europa y se va extendiendo a medida que tienen lugar los distintos procesos electorales.  Hungría y Polonia son ya dos de los clásicos ejemplos de ello, pero ahora se le suman otros, como Suecia, Finlandia, Estonia o Italia, en dónde el concurso de la extrema derecha se hace decisivo para la gobernabilidad.  Y sin embargo lo peor no está ahí, lo peor es el efecto contagio que los reaccionarios inoculan entre los partidos tradicionales del centro derecha, del centro izquierda o incluso entre los verdes.

Pero vayamos por partes, ¿qué ha sucedido en Eslovaquia? A estas alturas ya es conocido el resultado electoral. El partido SMER del nacional populista Robert Fico se ha hecho con una victoria incuestionable (22,94% del voto) en las elecciones parlamentarias eslovacas frente al representante de los liberales, Eslovaquia Progresista, al que las encuestas daban como vencedor (17,96%).

El esquema ya visto en otros casos se ha vuelto a repetir. Fico ha realizado una buena campaña electoral y ha conseguido atraer al electorado de la neonazi República, lo que la deja sin representación. El relato que le ha dado la victoria ha sido el que abogaba por la finalización de los envíos de armas a Kyiv, terminar con las sanciones a Rusia o el cuestionamiento de la entrada de Ucrania en la OTAN. Pero las razones de este resultado son múltiples. El contexto de la crisis del grano donde el campo eslovaco ha sido de los más afectados, la fatiga de la guerra se hace sentir, y de qué manera, especialmente entre los países vecinos a Ucrania y, en el caso eslovaco, el cada vez menor apoyo que tiene la OTAN entre su población (en apenas un año has pasado del 72% al 58%).

Pero, además, al igual que en Polonia, Austria o Hungría, el voto liberal se concentra en las ciudades, en este caso en Bratislava, las ciudades medianas y pequeñas y el mundo rural se decantan por la opción nacional populista. Así, habrá un gobierno de cambio en Eslovaquia, un gobierno de coalición del que formarán parte SMER, su escisión Hlas y los Nacionalistas Eslovacos, esto es un gobierno nacional populista del mismo tenor al de sus vecinos Polonia y Hungría. Algunos dirán que este resultado es la consecuencia directa de la desinformación rusa, pero insisto, aquí la causas son múltiples y, desde luego la manera en que se está realizando la respuesta a la guerra en Ucrania por parte de las autoridades europeas no convence a una buena parte de la población de los países de la Europa Central.

Sea como fuere, la agenda reaccionaria está consiguiendo tomar posiciones en los distintos gobiernos, con o sin presencia partidaria de las fuerzas políticas más radicales, especialmente en los temas relacionados con la migración y el cambio climático. Ya se pudo observar hace dos años con el viraje que el gobierno socialdemócrata danés daba a la política de asilo, apostando por la externalización de su gestión en... Ruanda. Países Bajos, siguió su senda con el gobierno de Rutte cuando, acosado por el Partido por la Libertad de Geert Wilders, derecha identitaria y antimigración, y por el movimiento campesino BBB en la lucha contra la reducción de emisiones y cierre de explotaciones ganaderas, quiso limitar el acceso de los familiares de los refugiados, algo que los partidos a su izquierda se negaron a aprobar y eso rompió la coalición de gobierno.

El caso del conservador Sunak en el Reino Unido cuenta con los mismos mimbres, endurecimiento de la política migratoria, el frenazo en la lucha contra el cambio climático y el refuerzo de las políticas de seguridad, y todo ello con el fin de afianzar a un electorado conservador que se el escapa por las rendijas tras años de crisis permanentes. En todos estos casos, el centro derecha y el centro izquierda "han comprado" el discurso de la ultraderecha, un discurso que entienden que moviliza a un electorado que mira con desconfianza los cambios acelerados por los que atraviesa Europa y el mundo y en los cuales no saben muy bien cómo situarse y con qué expectativas hacerlo.

El último caso de este efecto contagio y quizás el más paradigmático es lo que se está viendo durante las últimas semanas en Alemania en relación con las posiciones adoptadas por el gobierno de coalición. Scholz declaraba que el "número de refugiados es demasiado alto" y que, por tanto, hay que poner un límite, empezando por poner controles fronterizos con Polonia y la Rep. Checa, es decir, cerrando el espacio Schengen. Ahora es en Alemania donde el inexorable ascenso en las encuestas de Alianza por Alemania (AfD) condiciona la agenda y las propuestas políticas. Con esto se mantendría una pauta vista ya en otros países europeos, pero en este caso se va más allá. No es sólo el partido socialista el que compra el marco reaccionario, también en el bloque de la izquierda es preocupante el tono de algunos discursos en este ámbito. Basta recordar a la que se ha erigido en musa de la izquierda alemana, Sahra Wagenknecht, con un discurso abiertamente xenófobo que pide una política migratoria más restrictiva y que cuestiona abiertamente las medidas en torno a la cuestión climática; o las recientes declaraciones de Ricarda Lang, la copresidenta de Die Grüne, abogando por la aceleración en las deportaciones.

Así, como se puede apreciar, la agenda reaccionaria ya se encuentra muy instalada entre nosotros, a lo largo y ancho de todo el espectro ideológico. Es fundamental comenzar a articular los espacios en los cuales articular propuestas alternativas a una agenda que durante los próximos meses y años estará marcada por la seguridad y la defensa y donde el resto de los temas imprescindibles para articular una propuesta de sociedad sostenida sobre el Estado de derecho y los derechos fundamentales están quedando relegados a la irrelevancia.

* Gracias a Ruth Ferrero-Turrión, a PÚBLICO y a la colaboración de Antonio Aguado

https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76571/la-ola-reaccionaria-se-extiende-por-europa/#md=modulo-portada-fila-de-modulos:4x15-t1;mm=mobile-big

RUTH FERRERO-TURRION
RUTH FERRERO-TURRION

 

 

 Profesora de Ciencia Política y Estudios Europeos en la UCM

 

 

 

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mancheta junio 23