Lo peor de todo - por Mario Erre, activista LGTBI  y director de Radioerre

Lo peor de todo son esa chulería y esa mala educación que despliegan cuando están fuera de su hábitat. Ese creerse superiores. Esa cara de resignación como pensando "lo que hay que hacer por España" entendiendo ese "España" como la traducción a sus mentes obtusas de "mis amigos y/o la parte de mi familia que muestran públicas virtudes y tienen una renta aceptable con excepción de hijos y nietos de la servidumbre".

Lo peor es que se creen poseedores de verdad y razón como consecuencia de nunca habérselas planteado o replanteado y que sus criados, chóferes y jardineros les jalean a pesar de ser sus carceleros sociales desde los tiempos de Argantonio de Tartessos

Lo peor es ese aroma a página amarillenta de novela de Pérez Galdós y peor aún saber que de ese es su hogar ancestral que nunca terminamos de arrojar a las llamas por una comprensión y humanidad que nunca ellos sentirán a la inversa por carecer de ellas desde los abuelos de sus tatarabuelos.

Lo peor es ese manoseo pornográfico de la palabra "libertad".

Lo peor es contener las ganas de darles lo que piden y merecen.

Lo peor es que volverán a ganar.

Lo peor es que si pierden nos volveremos a comportar como sus demandaderas calentándoles la casa hasta el regreso.

Lo peor son sus nombres y apellidos tan iguales que se confunden y nos confunden de época.

Lo peor es su forma de hablar y de vestir.

Lo peor es dejarles siempre abierto a propósito un agujero en las paredes de la Bastilla a través del cual huir con la agilidad y la rapidez de una rata, pues ratas son.

Lo peor es que mientras yo escribo, ellos disparan.

Lo peor es que por escribir esto, más de uno me dirá lo que a ellos no se atreverá jamás.

Lo peor eres tú, la que rima con cementerio.

* La casa de mi tía agradece a Mario Erre un texto extraordinario