Con perdón, estamos en vísperas de Elecciones Municipales - por Erasmo Quintana *

En este sistema político que graciosamente nos han dado las fuerzas poderosas del sistema -valga la redundancia- es, a grandes rasgos, lo que a simple vista se aprecia: todo, lo que se dice todo, gira en torno a las grandes clases adineradas que son los importantes bancos, las inconmensurables fortunas y los grandes medios de comunicación (TV, Radio, Periodismo), que son el brazo ejecutor de una propaganda y estado de opinión por el que el ciudadano medio acepta su condición económica como algo de lo más natural, sin que se plantee que ella es injusta, se mire por donde se mire, aceptando su estrechez con la mejor predisposición posible: en todo sistema económico nacional debe de haber siempre ricos y pobres, nos han dicho. Nosotros, además, a ello añadimos que para tanto rico, debe de haber en infinita medida muchos, muchísimos pobres.

Cada vez que pienso en esta situación social tan injusta se me viene a la mente la misma Guerra Civil – o golpe militar del 36 -, que fue un levantamiento en armas del sistema establecido de los poderes económicos, temerosos de perder sus privilegios ante el triunfo del pueblo, aquel de las clases más depauperadas y carentes de justicia, secularmente abandonadas a su destino, entrañado en su analfabetismo y la brutalidad en la que mucho tenía que ver aquellas clases terratenientes y muy poderosas: les eran más útiles a sus fines especulativos la ignorancia y gran precariedad del pueblo. Si éste conociera sus derechos y sojuzgamiento del que es víctima -como generalmente ocurre con el pueblo francés-, otro gallo cantaría. El resultado fue que lo consiguieron, y no solamente por las razias sobre la población, que fue aniquilada no solo en las acciones de la guerra, sino la que se produjo una vez finalizada la misma, continuando la persecución y muerte de los vencidos que resultaron con vida.  

Hoy nadie se cuestiona esto, que es una de las causas que hacen que naden como pez en el agua fuerzas políticas declaradamente nazis y fascistas, lo que se ve con la mayor naturalidad. Formaciones que llevan en su adeene la antidemocracia -su principal enemiga-. Son antidemócratas hasta la médula, y se valen de la libertad que conlleva el sistema democrático para, desde dentro, alcanzar el poder que dan las urnas, cosa que si consiguen, se acabó la democracia. Insisto, para los nazifascistas, el régimen democrático es su principal enemigo, al que quieren siempre subsumir. Un gran instrumento de educación popular, e ideal, sería poder inculcar en el cacumen de la población la instrucción por un lado, y la diversión por otra. También lo de ser exigentes con los “de arriba” que viven a costa de todos nosotros. Ahí tenemos al rey emérito, que cambió su domicilio fiscal a Abu Dabi, lugar donde reside (para no contribuir en España, la que le dio toda su fortuna), y que alquila un avión para él solo, que cuesta un riñón, con  el fin de venir a patronear su barco “Bribón” en Sanxenxo, como un buen relax. Pero también necesitado -según se ha sabido- para un papeleo, pues quiere vender varias propiedades en Barcelona y Galicia. Esta vez no le fue posible por el mal tiempo. Qué pena. Pero el personaje se las trae: ahora nos enteramos que el Borbón emérito tiene una cuerda infinita: Al parecer cuenta con otra hija -bastarda- perteneciente a la aristocracia, casada y con un hijo, la que no ha querido reclamar la paternidad, y que todos los inquilinos de La Zarzuela conocen. Contactado el concernido desde la distancia, lo desmiente rotundamente. Sin embargo, seguiremos conociendo las andanzas del “pobrecito”, al decir de muchos tertulianos.

Difícilmente hay conductas humanas que no tengan que ver con los privilegios de la moral, porque los humanos actuamos en relación con los demás buscando únicamente su aprobación, relacionada a un fin predeterminado de la vida. En la oposición Pedro Sánchez había dicho -no me lo invento y ahí están las hemerotecas- que si llegaba al Gobierno, revisaría lo de la Iglesia Católica, que no paga a Hacienda por sus grandes propiedades y negocios. Bien, pues acabamos de oírle (ya estamos en precampaña) que, no solamente no arregla lo de que la Iglesia es menor de edad frente a Hacienda, y había prometido corregir, sino que en su mismo caso ahora incluye a todas las organizaciones religiosas, condonándoles el importe que aquellas venían satisficiendo a la Hacienda pública, obligación de la que no escapamos ningún hijo de vecino, incluidos los mismos jubilados, que ya contribuyeron lo que debían en su etapa laboral.

Aquí va un grito más de los míos en la inmensidad del desierto por el abandono y la desidia de los políticos que se presentan a ocupar cargos administrativos de responsabilidad, y en realidad lo hacen para figurar no resolviendo nada, más bien agravando todo lo que tocan a cambio de unos sustanciosos emolumentos que salen del bolsillo de todos nosotros. La mayoría debería inhibirse, para que esos cargos sean ocupados por personas preparadas y resolutivas, que las hay sin duda. Con las excepciones que son obligadas, el político en general no es buen ejemplo para nadie, y menos para esos jóvenes que están asomándose a la vida. 

* Gracias a Erasmo Quintana