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Poca la credibilidad de la Institución Católica española y universal - por Erasmo Quintana *

Antes de dar comienzo al comentario confesar que el tema de hoy no es grato para mí y creo que para nadie. Sabemos que los humanos no somos infalibles, por lo que fácilmente caemos en nuestras consabidas debilidades. Una muestra de grandeza podría ser reconocerlo públicamente. 

El insobornable amigo en nuestra república de las letras, Chema Tante,  se hizo eco de la noticia (no edificante) sobre los abusos sexuales de los ministros de la Iglesia Católica española. Se refería a que Pedro Murillo, de la SER, informaba de los casos de pederastia que se están dando en el seno de la Iglesia Católica, cuando son ardorosos fustigadores del pecado ajeno “ocultando celosamente el propio.” Recuerda que el actual obispo de Tenerife monseñor Álvarez, al que vemos “orondo y satisfecho” en su visita conjunta al papa Francisco con la representación del Club Deportivo Tenerife, en compañía de supuestos prebostes de la corrupción urbanística, es el mismo que en recordadas ocasiones  justificó la pederastia clerical “porque es que estos chicos (víctimas que quedarán traumatizadas de por vida) van provocándonos.” Y son dos los obispos que han sido acusados de tapar, ocultando denuncias por abusos sexuales: Felipe Fernández (+) y Bernardo Álvarez.

Una investigación concienzuda realizada por el tabloide El País, publicada en su edición dominical, refleja que han sido 39 obispos de todo el país los acusados de silenciar y ocultar abusos sexuales a menores en sus respectivas diócesis. Canarias está entre ellas y apunta a un sacerdote, del que solo se recogen sus iniciales, cuando estaba a cargo de la parroquia de Tejina. Según comenta El País, tanto el fallecido Felipe Fernández como el sucesor en el cargo, Bernardo Álvarez, tuvieron cuidado en ocultar denuncias contra el citado sacerdote de Tejina en 2004. La pobre víctima sufrió abusos desde 1997, cuando contaba con apenas nueve añitos, los cuales se prolongaron hasta 2003. Seis años sufriendo una vejación que le habrá marcado para siempre. En 2005, el actual obispo, quien era vicario general cuando ocurrían los hechos, fue entonces cuando se inició un proceso canónico, siendo este el momento en que se informó a la Congregación de Doctrina de la Fe. Por último, el presunto agresor solicitó la dispensa para no seguir ejerciendo como sacerdote, por lo que acabó retirándose. A la presente información se une los dos casos de abusos sexuales que habían sido desvelados por Radio Club Tenerife, ocurridos en el Seminario Menor, en el que el denunciante, un exseminarista, también señalaba al obispo Bernardo Álvarez, al afirmar que “tenía conocimiento” de lo que ocurría en el citado establecimiento.

En cuanto a la expresiva foto del grupo que se desplazó al Vaticano para visitar al papa Francisco por el cumpleaños del Club Deportivo Tenerife, sorprendernos de la reacción que ha tenido el presidente del Cabildo de Tenerife Pedro Martín (PSOE), criticándose él mismo al verse en dicha foto, con gran difusión. Allí, de manera testimonial, así mismo están el presidente del Gobierno, Ángel Víctor Torres y el alcalde de Adeje, ambos también socialistas. “No me siento cómodo -dijo aquél-. La foto es un error y nos dimos cuenta allí; nos dijimos: ¿Dónde están las mujeres aquí?” “Una sociedad no puede ser cien por cien hombres”. Es decir, que se avergüenza por esto, no por formar parte de la representación del establishment económico que tiene empobrecida a la Región canaria. De no haberse hecho la foto y ésta no aparecer en los distintos medios, para el presidente no habría vergüenza y ningún problema.

Hablar de la religión oficial del Estado español es un incidir en más de lo mismo: la pederastia y su emporio económico.

Esta religión no da muestras fehacientes de lo que dice ser y representar. Instituida por Jesús de Nazaret, el que usaba alpargatas e iba a lomos de un burro para desplazarse, nada tiene que ver con la actual. La que fue perseguida por emperadores romanos; la poderosa en recursos de todo tipo y guerrera; la licenciosa y libertina de Papas con hijos, fruto de amantes y concubinas, que casa muy poco con la fe, que dice que el reino de Dios no es de este mundo material, al tiempo que tiene una descomunal riqueza, pues la Iglesia es dueña de propiedades por valor de 25 billones de dólares y más de 10 billones en obras de arte. El Banco Vaticano (oficialmente "Instituto para las Obras de la Religión") y el Banco Ambrosiano, de sus bancos este es el más conocido, el cual desapareció ante un escándalo cuando era su presidente, R. Calvi, por colaborar con la logia masónica P2 y la mafia siciliana, accionista mayoritaria de la Banca Católica del Veneto (Paul Marcinkus), y algunos de sus cardenales, obispos y prelados de alto rango de la Iglesia de Cristo.   

Además, tiene la asignación económica anual de distintas naciones, entre las que se encuentra España mediante acuerdo contraído con la Santa Sede, incluso no pagar un céntimo a la Hacienda española por ingresos de suculentos negocios en este país. Para recibir dinero, los primeros; para pagar impuestos, menores de edad. Todo esto es una secuela franquista y lógica del sistema que tenemos. El Régimen del Generalísimo descargó incluso en la Iglesia Católica la responsabilidad de la formación juvenil, razón por la que fuimos víctimas de una fanática creencia religiosa (la religión abarcaba casi todo, y en los hospitales, por ejemplo, quienes mandaban eran las monjas), junto a una esmerada formación de Espíritu Nacional (fascista) a cargo de miembros que componían aquellas “escuadras imperiales” falangistas.

* En La casa de mi tía por gentileza de Erasmo Quintana