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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

No hay nadie en el parlamento que herede la tradición socialista obrera y republicana del socialismo español

El populismo y el socialismo, no son lo mismo. La resignación de las “izquierdas” - por Carlos Martinez

 

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El populismo y el socialismo, no son lo mismo. La resignación de las “izquierdas” - por Carlos Martinez, politólogo, secretario general del Partido Socialista (PSLF) y miembro del Comité Científico de Attac

 

Las luchas populares y obreras son una realidad que no pasa con el tiempo. Las Revoluciones han hecho avanzar a la humanidad y ejemplos de sobra los hay. Marx desarrolla toda una ciencia del análisis de la economía capitalista y describe perfectamente sus crisis y problemas incluido el ecológico y ambiental. El papel central de la clase obrera y la necesidad de organización tanto regional como internacional. Pero Marx no da una receta sobre cómo construir el socialismo. La prueba más fehaciente es la URSS y la división del movimiento obrero a partir de su consolidación.

El populismo, puede ser de izquierda progresista, pero también de derechas, autoritario o fascista. Pero el populismo introducido en España fundamentalmente tras lecturas de Laclau es no socialista y de hecho es crítico con el socialismo, que une a los experimentos soviéticos y/o prochinos o similares y por tanto es la historia de un fracaso. El populismo, sea de izquierdas o de derechas reniega de las clases, la lucha de clases y por tanto de la necesidad de fuertes y unitarias organizaciones obreras, sustituidas por cientos de estructuras segmentadas y especializadas en asuntos concretos, muy concretos en ocasiones, pero carente de una visión general de la lucha, sustituido por “las luchas”. Es decir la división y el fraccionamiento, con visiones antisindicales y antipartidos, aunque eso lastre a los partidos obreros y los haga desaparecer y/o empequeñecer de forma injusta y que beneficia a las derechas.

En ambos populismos, ya sean de derechas o de izquierdas los partidos son adversarios y se lanza un duro discurso contra los partidos, aunque los movimientos y frentes populistas estén en manos de unas élites cerradas, grupos de amigas y amigos o una oligarquía conectada con el poder económico como es el caso de los de extrema derecha y la derecha ultra conservadora. El Partido Popular es un claro ejemplo de partido populista y bebe del populismo tatcheriano. En el caso de Podemos y otros partidos surgidos de su seno o su impulso, con origen de Laclau tiene en el peronismo un atencedente muy claro y nítido, les guste o no.

El populismo en el caso español, no se nutre solo del 15M pues la mal llamada revolución española fue un amplio movimiento cívico de personas hartas; sino también de las crisis del PCE u otros partidos de la izquierda comunista o de tal origen. Esto le facilita al populismo progresista su tendencia a ser el movimiento único de las izquierdas, y el ansia de controlar todo lo que se mueve. En el caso de las derechas a dominar de forma corporativa y a base de corporaciones reaccionarias y oligarquías varias el estado, en su beneficio. Es su negocio el estado.

El populismo y no solo en el caso español, se fortalece de la debilidad ideológica y organizativa de la socialdemocracia y su abandono, primero del marxismo, después de la república y su transformación por parte de las cúpulas dirigentes en un partido dinástico el PSOE que hace tiempo ha dejado de propiciar grandes reformas socialdemócratas, pues la primera a impulsar sería un cambio constituyente y no plegarse a los chantajes franquistas o de la Unión Europea e incluso llegando proteger la herencia del franquismo en forma de monarquía y apoyar el control estatal de la élites franquistas.

Que el PSOE de Sánchez sea de izquierdas es un ilusión que no tiene sustento real y además ha dejado de ser el partido obrero y de masas que sus fundadores crearon y no lo es porque su origen es una escisión del PSOE, liderada por Felipe González que es su verdadero fundador y así lo corrobora la cerrada ovación del Congreso de Valencia, a pesar de saber todas y todos los presentes en que se ha convertido González. Un PSOE definido definitivamente monárquico a pesar de las ya demostradas en varias encuestas, preferencias populares por la república, incluida una mayoría muy cualificada de votantes del propio PSOE para más inri.

No hay nadie en el parlamento que herede la tradición socialista obrera y republicana del socialismo español. Ni la solución del populismo ahora es el socialismo, sino la búsqueda del verde. Nos cambien rojo o morado por verde, en lugar de construir rojiverde que es ahora lo imprescindible.

En muchos sectores críticos de las izquierdas en plural, todos, hay un desanimo que va a más y una frustración que lleva al no hay nada que hacer. El populismo que se basa en los movimientos sociales destruye aquellos que no controla. El feminismo y la lucha de las mujeres son su última víctima al no plegarse en una parte muy importante a sus intereses y negocios. Sin embargo el feminismo resiste de la misma forma que lo hace el socialismo y ambos se necesitan. Cuando hablo de socialismo solo pienso en Rosa Luxemburgo, Pablo Iglesias, Largo, Prieto, Allende, Marx o Flora Tristan entre otras y otros más actuales como Corbyn o Gaya Sriskantan como referentes.

La realidad de por qué no hay salida es porque ni el populismo ,sea de Iglesias Turrión o Díaz, ni el socioliberalismo monárquico de Sánchez proponen una salida democrática y politica y ésta en mi humilde opinión pasa por una Constituyente y un referéndum monarquía república convocado por las propias Cortes Generales, que haga realidad las aspiraciones de la mayoría social o de su tendencia mayoritaria. Sabiendo además que la crisis politica del régimen y la grave crisis económica del capitalismo mundial que sufrimos y que se va a recrudecer, favorece de no tomar medidas, al populismo de extrema derecha que en el reino de España representan los otros partidos monárquicos, es decir PP y VOX aupados por el Gobierno y su falta de valentía. Hay que frenar a la derecha, claro, pero para ello hay que frenar la pobreza, la corrupción en todas las instituciones, el alza generalizada de precios en bienes de primera necesidad y la ausencia de democracia, igualdad y libertad en el Reino de España. Por la República y el reparto de la riqueza.        

  * La casa de mi tía agradece la gentileza de Carlos Martínez

CARLOS MARTÍNEZ PSLF

 

 

 

 

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