La república negra de Haití se rige por regímenes capitalista.  Entonces ¿por qué es la pobreza?

Maribel Santana, activista, historiadora *

A la gente que argumenta que los países del mundo que son pobres es es por ser regímenes socialistas, entonces contestamos a mandíbula batiente “Haití que es el país más pobre del mundo, no es precisamente comunista, sino capitalista”. ¿Será una excepción?

El relato de los imperialistas, del colonialismo, las oligarquías y el sistema de represión, económico- militar, cae por su propio peso, cuando todos vemos que la realidad es otra.

Haití que en sus orígenes fue la segunda nación del continente Americano y la primera en America Latina  en emanciparse (1804) y desde una revolución de carácter abolicionista contra la Francia colonizadora, esta república negra hasta nuestros días ha vivido una serie de procesos políticos y económicos de convulsión constante, que no acaba por mucho que desde su esclavitud y luego la emancipación, aparente ser un país como cualquier otro. Todo esto, por decir algo, porque desde entonces no ha salido de dictaduras, salvo la época de Jean–Bertrand Arístide, un presidente de la ideología de la liberación, que fue elegido democráticamente, sobre los años 90, y al que se cargaron porque era un poquito democrático.

Si encima le añadimos que los EEUU nunca sacó las garras de Haití como con todo para desarrollar mas y mas su imperio y lo único que se les ocurre ¿cómo no,? es la ayuda en forma de intervenciones militares para sofocar el descontento de las masas populares trabajadoras paupérrimas, con la justificación de las pandillas y demás. Desde la fallida ONU que no sirve para nada,  hasta todos los capitalistas que quieren meter las narices,  las ONG,s  y otros buitres, lo que se les ocurre  es la  “ayuda”  militar, no repartir las riquezas que ha acaparado  los regímenes que han gobernado a golpe de dictaduras. ¡El capitalismo no se toca, carajo!

El presidente en funciones Ariel Henry ha tenido que declarar el estado de emergencia, con toque de queda y demás limitaciones de derechos, tras el golpe de hace unas semanas, llevado a cabo por las pandillas  que el régimen ha creado -el lumpen no nace, sino que se hace- que campan libremente, poniendo  en caos al país entero.

Una de las pandillas más poderosas de Haití el "G9,  familia y  amigos", con su líder conocido por Barbecue, atacó  la prisión en  Puerto Príncipe, capital de  Haití y  escaparon casi todos los presos, alrededor de 3.696, aduciendo que sus objetivo era derrocar al presidente  interino Ariel Henry.

La isla caribeña y país más pobre del mundo, se cae en pedazos tras el conflicto y guerras de clases, con muchísimos desplazados hacia la República Dominicana, con la que comparten la isla. Los emigrantes haitianos desbordan el país vecino y su presidente Luis Abinader ha lanzado un grito de desesperación para salvar a Haití.

Los haitianos son también de siempre recogidos por Cuba. Llegan en balsas desde su país atravesando el Caribe, hasta la punta de Maisí en la provincia de Guantánamo. Maisí es el espacio más oriental de la isla cubana, está totalmente frente a Haití.

En cuba se les acoge como emigrantes, les dan trabajo, estudios y todo lo que tienen los cubanos como a cualquier otro ciudadano. Cuba tiene una poblacion haitiana importante. 

Pero la solidaridad de los sistemas socialistas no se cuenta, se oculta para que no lo sepa nadie, lo que se airea es que son hambrientos por su sistema, socialista.

El toque de queda en Haití se va ampliando a medida que se desarrollan los acontecimientos  violentos, el presidente interino Ariel Henry ha pedido ayuda a Kenia, policías y otras herramientas para poder sofocar y reprimir  el conflicto. Igualmente  le ha pedido ayuda al  presidente de la República Dominicana y éste le dice que es “una amenaza para su país”.

Los  alrededores del Palacio Nacional, ha sufrido una serie de tiroteos hasta el punto de sembrar el caos absoluto y la confusión.  Dicen que es la violencia más  fuerte y peligrosa  que ha sufrido el país desde el asesinato de del presidente Jovenel Moise, en 2021.

Los  enfrentamientos de militares, pandillas del crimen organizado, (el más fundamental, el de G9 del líder Barbecue), policías y otros es descomunal. El líder de las pandillas  amenaza y amenaza con que si no se va el presidente interino Ariel  Henry se desarrollará una guerra civil. El presidente se encuentra ahora en República Dominicana. 

Esta crisis se desató a partir de que el presidente interino dijo que se comprometía a celebrar elecciones en el 2025. 

Todo esto nos lleva a hacer “paralelismos” con otros países latinoamericanos como El Salvador, que por cierto Bukele, le ha dicho “que le deje a él en sus manos hacer y le ayudará.” El caso de este país con las maras, que les echó como agua sucia EEUU, pues se desarrollaron allí, las está despachando con cárceles de las que es imposible escapar, por los fuertes dispositivos que tienen y con unas terribles condiciones de maltrato a los presos. Otra prueba o ejemplo de pandillas organizadas  y corruptela, es la del Ecuador.

 El presidente  ricachón  de Ecuador, Daniel Noboa  ha visto en peligro  su mandato por los crímenes organizados y ha querido o se estaba barajando la posibilidad de hacer algo parecido al sistema represivo de  El Salvador.

Claro esto solo se da en los países o sociedades donde las derechos de la personas casi no existen y la miseria a todos los niveles genera esta situación. La cosa es amortiguar el golpe para ir escapando pero en cualquier momento se escaba la válvula porque las personas no pueden vivir de forma miserable como animales, mientras los ricos cada vez más ricos no comparten lo más mínimo de las riquezas que generan los trabajadores. 

Haití parece un país que le ha puesto el dedo el diablo para toda la  eternidad, un pueblo malparido, siempre tutelado por potencias extranjeras, EEUU, la ONU y otros que se reparten el dinero de las ayudas a ese pueblo y nunca le toca nada a los de abajo. Todos chupando del bote como verdaderos vampiros. Un pueblo maldito que no se sabe gobernar solo, sin capacidad para nada. Por tanto hay que pararlos con la represión. 

El imperialismo, colonialismo, dictaduras y capitalismo, todo metido dentro de un país, es un coctel demasiado violento como para que los muertos por asesinatos y genocidios sea lo más normal que se despacha.

* Gracias a Maribel Santana