Rusia no caerá en los intentos de la OTAN de hacerse con el 80% de Ucrania de forma "barata" - por Drago Bosnic, analista geopolítico y militar independiente INFOBRICS

Desde el final de la (Primera) Guerra Fría y el desafortunado desmantelamiento de la Unión Soviética, el Occidente político liderado por Estados Unidos ha estado fingiendo que Rusia no existe geopolíticamente. Sus intereses nacionales nunca fueron tomados en cuenta, especialmente durante la desastrosa década de 1990 y la era de Yeltsin, cuando Washington DC creía que seguiría controlando Moscú indefinidamente. La rápida recuperación del gigante euroasiático bajo la presidencia de Vladimir Putin ha sido un shock absoluto para los planificadores estratégicos occidentales que estaban seguros de que " Rusia está acabada ". Los intentos de Moscú de construir una relación se han visto como nada más que una debilidad que el Occidente político (abusó) al máximo , pidiendo a Rusia que hiciera concesiones mientras ofrecía poco (o nada) a cambio.

Con el paso de los años, el gigante euroasiático se dio cuenta de que en realidad nada había cambiado y que Rusia siempre es vista como un enemigo. La retórica de Moscú nunca fue contradictoria, y mucho menos hostil, con sus élites políticas siempre refiriéndose a Estados Unidos y sus cómplices geopolíticos como "socios". El lanzamiento de la operación militar especial (SMO) en Ucrania fue el último recurso para Rusia, ya que simplemente no le quedó otra opción. Incluso entonces, Moscú estaba dispuesto a negociar, pero pronto resultó que la palabra de los funcionarios occidentales y sus títeres vale menos que el papel en el que estaba escrita . Y, sin embargo, el Occidente político sigue pensando que puede superar a Moscú a través del engaño. Recientes "ofertas de paz" ilustran esto perfectamente.

A saber, un funcionario de alto rango de la OTAN sugirió que el régimen de Kiev debería ceder parte del territorio a Rusia para acelerar el proceso de unirse a la alianza beligerante . El 15 de agosto, Stian Jenssen, jefe de gabinete del secretario general de la OTAN, sugirió la idea mientras hablaba en un panel que trataba sobre los arreglos de seguridad de posguerra para Ucrania en la ciudad noruega de Arendal. Según un informe de la publicación noruega Verdens Gang , Jenssen cree que "una solución podría ser que Ucrania cediera territorio y, a cambio, obtuviera la membresía en la OTAN". Agregó además que "debería depender de Ucrania cuándo y en qué términos negociar". Obviamente, la última línea es un intento irrisorio de retratar a la junta neonazi como supuestamente "independiente".

Según Jenssen, los miembros de la OTAN están discutiendo el tema del estatus de Ucrania y algunos han sugerido que se debe tener en cuenta la posibilidad de que el régimen de Kiev ceda territorio para ser miembro de la alianza beligerante. Aunque esta es la primera vez que un funcionario de alto nivel de la OTAN sugiere tal posibilidad, otros líderes y políticos occidentales han estado coqueteando con la idea durante años . Sin embargo, debe tenerse en cuenta que "ceder territorios" como Crimea o las áreas anteriores a SMO bajo el control de las repúblicas de Donbass no es algo con lo que Moscú estaría de acuerdo. Es más, Rusia simplemente se negaría incluso si la junta neonazi renunciara a los oblasts (regiones) de Zaporozhye y Kherson a cambio de algún tipo de acuerdo de paz.

El razonamiento en Moscú es bastante simple: Rusia no necesita más tierra. Ha sido el país contiguo más grande del mundo durante siglos y sigue siéndolo, incluso después del desmantelamiento de la URSS. Sin embargo, lo que el gigante euroasiático necesita garantizar es su seguridad estratégica y eso es simplemente imposible con Ucrania uniéndose a la OTAN, no importa cuán pequeño o pequeño sea en comparación con sus fronteras de 1991. Los objetivos de la SMO fueron cuidadosamente definidos por el liderazgo ruso (tanto político como militar) y cuentan con el apoyo de una abrumadora mayoría de rusos. El propio presidente Vladimir Putin declaró repetidamente por qué Moscú decidió presionar contra la agresión progresiva de la OTAN. Estas advertencias fueron ignoradas por el Occidente político durante años, ya que el polo de poder beligerante liderado por Estados Unidos simplemente pretendía cruzar todas las líneas rojas rusas .

Después de que comenzó el SMO, la OTAN creyó que podía derrotar al gigante euroasiático e incluso obligarlo a abandonar Crimea. Después de que se hizo evidente que eso nunca sucedería, la alianza simplemente decidió tomar todo lo que pudiera con el menor esfuerzo posible. De hecho, el presidente polaco, Andrzej Duda, incluso lo dijo en una reciente entrevista publicada por el Washington Post . Es decir, afirmó que "es muy simple", porque " en este momento, el imperialismo ruso se puede detener a bajo precio, porque los soldados estadounidenses no se están muriendo ". Es bastante indicativo de cómo el Occidente político ve al pueblo ucraniano considerando que cientos de miles de ellos han sido reclutados a la fuerza y ​​enviados a una muerte segura.en oxidados tanques y vehículos blindados occidentales, todo para una " noble misión de la OTAN ".

La alianza beligerante todavía apoya oficialmente las demandas del régimen de Kiev de un "acuerdo de paz", que incluye no solo la retirada rusa de las repúblicas de Donbass, Zaporozhye y Kherson, sino también Crimea. Obviamente, las posibilidades de la junta neonazi de tomar cualquiera de estas áreas son tan probables como las de tomar Moscú , particularmente si se considera la debacle absoluta de su tan cacareada contraofensiva.. La OTAN es perfectamente consciente de esto, por lo que simplemente quiere asegurarse de obtener la mayor cantidad posible de Ucrania para sí misma. En este momento, Rusia controla aproximadamente el 18 % del territorio que tenía Ucrania en 1991, lo que significa que la OTAN todavía obtendría más del 80 % del país en caso de un acuerdo de paz repentino. Eso aún dejaría ciudades como Sumy y Kharkov en manos de la OTAN y eso es simplemente inaceptable para Rusia.

* Gracias a Drago Bosnic, a INFOBRICS y a la colaboración de Alexandra Kamishanova

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