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viernes, 26 de abril de 2024 02:59h.

El sepulturero y el eurodiputado (¡Despiértese, carajo!) - por Armando Marcos

Allá por los años 50, la gente se iba a trabajar a las minas de Bélgica. Muchos canarios, entre ellos mi primo Isidro Morales, probó suerte porque le habían dicho que iba a volver acá con varios sacos de oro. Cansado de picar piedras, se dio cuenta de que estaba sacando carbón...

El sepulturero y el eurodiputado (¡Despiértese, carajo!) - por Armando Marcos

Allá por los años 50, la gente se iba a trabajar a las minas de Bélgica. Muchos canarios, entre ellos mi primo Isidro Morales, probó suerte porque le habían dicho que iba a volver acá con varios sacos de oro. Cansado de picar piedras, se dio cuenta de que estaba sacando carbón. Lo del cuento del oro, era solo un cuento. Aquel hombre, hundido y con el dinero justo para comprar un billete de retorno a Gran Canaria, se subió a un barco y llegó al puerto de La Luz con la maleta vacía. Pero tuvo suerte: logró un puesto de trabajo como sepulturero. 

Como quiera que nunca había visto una pepita de oro, a cada muerto le abría la boca y, si tenía algún diente de oro, se lo quitaba y lo escondía en un frasco de cristal que antiguamente se usaba para guardar caramelos. Poco a poco, se hizo de oro. Su dentadura era de oro. En cada dedo de ambas manos lucía un anillo de oro. Nunca se supo si aquellos anillos también pertenecieron a los muertos a los que él inspeccionaba cariñosa y suavemente antes de darle cristiana sepultura.
 
Cuando los grandes genios de la política y de los negocios inventaron la Comunidad Económica Europea (CEE), no fue con la idea de extraer carbón. Sino con el único objetivo de hacerse de oro. Hoy, ser eurodiputado de la Unión Europea (UE) con despachos en Bruselas y Estrasburgo, es el empleo más disputado por los salvadores de la humanidad. Hasta se dan cuchilladas entre ellos por obtener ese puesto de trabajo. 

Europa Press publicaba hace unos días que las señoras y señores que pretenden un sillón con despacho en las elecciones europeas de este 25 de Mayo de 2014, "tienen una asignación de 8.020,53 euros brutos mensuales, que, tras la aplicación de un impuesto de la UE y el pago de una cotización de un seguro de accidente, se queda en un salario neto de 6.250,37 euros. A este salario se suman las dietas que perciben los eurodiputados para cubrir los gastos que asumen durante el ejercicio de sus funciones, que en 2014 son de un total de 4.299 euros al mes para cuestiones de gastos de gestión de oficina, de teléfono, de adquisición de ordenadores, entre otros conceptos. Además, cada eurodiputado cuenta con más de 21.000 euros mensuales para contratar asesores. Hasta hace poco era bastante habitual que estos asesores fueran los propios familiares del eurodiputado. El eurodiputado puede pedir un informe sobre el tema que desee a quien lo desee por el que puede pagar hasta un máximo 5.000 euros mensuales. Normalmente trabajan de lunes a jueves".

Como les decía al principio, mi primo Isidro, el que acabó de sepulturero, se fue a las minas de Bélgica porque le habían dicho que iba a sacar oro. Lo único que sacó fueron toneladas de carbón y pasó más hambre que un perro. Hoy, los eurodiputados viajan a Bruselas a extraer oro no del que cagó el moro, sino el oro procedente de nuestros impuestos que nos obliga a cagar la UE y los gobiernos miembros de ese club selecto para políticos selectos. Son unas señoras y unos señores que siempre viajan en clase VIP porque les da vergüenza viajar en clase turista donde van los pobres de los que viven alejados y a los que ignoran. Son los mismos políticos que están pidiendo el voto a los seis millones de parados que cobran 497 euros mensuales. Sepa, pues, que este 25 de Mayo, su voto vale un lingote de oro. Usted seguirá siendo más pobre  y los eurodiputados más ricos. ¡Despiértese, carajo!