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jueves, 18 de abril de 2024 22:48h.

“Siempre es nuevo el amor”, de Daniel de Cullá - por Marina Casado

Una de las dificultades más habituales que entraña la poesía es la de poseer un carácter hermético, que obliga al lector medio a una segunda lectura para tratar de comprender, al menos, una parte de su sentido.

CULLÁ HUTTER

 

“Siempre es nuevo el amor”, de Daniel de Cullá - por Marina Casado *

Una de las dificultades más habituales que entraña la poesía es la de poseer un carácter hermético, que obliga al lector medio a una segunda lectura para tratar de comprender, al menos, una parte de su sentido. En el caso de la obra de Daniel de Cullá, la primera lectura ya sorprende y la segunda se produce, simplemente, por afición. Esto lo consigue el autor divirtiendo, fascinando con un vocabulario claro y, a la vez, elaborado, que alcanza como una saeta el centro neurálgico del receptor. Es una característica que se desarrolla plenamente en los relatos, los cuales captan la atención desde el primer instante.

Daniel de Cullá, en su faceta de poeta y narrador, es heredero de esa juglaresca ilustrada de la Edad Media que viajaba por pueblos y aldeas, hermosos titiriteros de las palabras, para llevar mundos sorprendentes, contados con humor y con gracia, a las gentes de toda condición. Tenían aquellos seres fascinantes el don de saber llegar, con sus relatos y poemas, a cualquiera que se preciara a escucharlos.

Son los protagonistas de estas páginas variados, ricos en matices, diversos y divertidos. Daniel de Cullá sorprende con un dominio del lenguaje en el que la ironía, el humor y el costumbrismo juegan un papel preponderante. Y de pronto, un verso “estalla en amor”. La pasión se pasea por las palabras y florece en torbellinos dispersos, poniendo broches de belleza a las historias entrañables vividas por los personajes. Porque esta obra es narrativa, no solo en los relatos, sino también en las poesías. Esa es una de las razones por las que capta la atención del lector desde un primer momento. Historias. Historias que hablan del sexo, la vejez, la ambición: sentimientos de nuestra vida diaria, de la vida de tantas personas que se vuelven personajes.

Yo recomiendo este libro de Daniel de Cullá a todos los lectores, de poesía o narrativa, que se consideren lectores despiertos, frescos y sagaces. Porque los otros, a los que Lorca y Dalí llamaron “putrefactos”, tal vez podrían leer estas páginas y caer en la cuenta, con una conciencia terrible y definitiva, de que forman parte del “Rebuzno”, ese Rebuzno “cultural, literario y novelesco” del que Daniel de Cullá se ríe con elegancia para dejarlo enterrado y obligarnos a todos a, como decía aquel inolvidable Don Latino de Híspalis, “quitarnos el cráneo”.

En traje de ceremonia

y me cuesta decírtelo 

al viento duradero de Poniente

viento que sopla de esa parte

TE AMO

te digo "te amo"

que tú sabes

en Pontevedra

una de las cuatro provincias

en que se divide 

la Comunidad de Galicia

que pagamos los hombres a escote

para costear un baile

derribados los dos hacia adelante

pagando yo el pontazgo

derecho o tributo de tránsito

por ese puente de Amor

formado de maderos

o de una sola tabla

por donde pasa la dignidad

de un pontífice erecto

ejerciendo el gobierno de su diócesis

en la que tu, maja mía

pues tú tienes los ornamentos

que sirven a un prelado

para la celebración

de los amores divinos

ya que tu hermoso vientre contiene

las ceremonias pontificias

y las de las funciones episcopales

un abrazado

mandas

del casamiento

o vidrio de amor

sobre el cual se extiende el esmeril.

 -Daniel de Cullá

* Publicado con autorización de la autora

 

Marina Casado