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viernes, 19 de abril de 2024 00:09h.

Unidad Popular: Reflexione, pregunte, divulgue, vote - por Alejandro Floría Cortés

"Usted, que dice que no es que no sepa, que es que no quiere saber..."

Unidad Popular: Reflexione, pregunte, divulgue, vote - por Alejandro Floría Cortés *

Usted, que dice que no es que no sepa, que es que no quiere saber. Usted, que dice no conocer ninguna de esas caras, y malditas las ganas. Usted, que cree que la política va incluida en sus impuestos, que no imagina otra forma distinta de hacer las cosas, que no tiene ni idea de a qué cosas me refiero, que apaga la televisión cuando empiezan las noticias, que le chirrían en los higadillos los titulares de la prensa.

Usted, que asumió que vivir era sobrevivir, que prefiere no llamar la atención, que la ilusión le dura dos asaltos, que traga amargo cuando mira a los que vienen detrás, que sabe que se le van los días. Usted, que se pasa el día trabajando o quizás buscando un empleo o reciclándose para Dios sabe qué, que no sabe lo que es concederse un capricho, que ha siempre ha medido todos sus pasos y sus posibilidades.

Usted, que mantiene escondida, pero viva, la esperanza de que mañana las cosas irán mejor, que respira hondo antes de continuar, que ni quiere ni puede tirar la toalla, que no necesita que nadie le diga qué es lo que conviene ni lo que le hace falta,... Permítame que le diga una cosa: 

usted es necesaria, usted es necesario, para cambiar las cosas. Aún más, les aseguro que ustedes son imprescindibles.

No pretendo explicarle aquí qué son unas elecciones primarias, ni un proceso constituyente, ni el trabajo garantizado, ni una renta básica universal, ni una fiscalidad progresiva, ni los posibles mecanismos de participación popular en la política,...Si empiezo por ahí, no me cabe la menor duda de que no necesitaré muchas líneas para hastiarles.

Vamos a empezar teniendo claro que si queremos obtener resultados distintos, no podemos hacer siempre lo mismo. Así de simple. Quizás esto le suponga hacer algo cuando viene de no hacer nada. Ir a votar, por ejemplo, no le llevará más tiempo que bajar a comprar el pan. Quizás sí vota habitualmente, una vez a los unos y otra vez a los otros, para que aprendan, para castigarlos, para que se esfuercen,... igual que hacen con usted en su día a día.

Observe que en este país las elecciones no las gana nadie: siempre las pierde quien sale del poder y, hasta el momento y en cualquier caso, también las pierde el pueblo. Cuando Margaret Thatcher, la precursora de la versión de capitalismo (neoliberalismo) que sufrimos hoy, perdió las elecciones en 1997 dijo “No importa, ya hemos ganado, la oposición es como nosotros”. Esta situación es, hoy, común a toda Europa, incluida España. Si quiere cambiar algo, puede empezar por no votar ni al Pp ni al PsoE.

Su cansancio, su desinterés y su escepticismo no le han vuelto idiota. No se subestime, a pesar del empeño que pongan los medios de comunicación en hacerle creer lo contrario. Usted tiene el entendimiento y la fortaleza de las luchadoras y los luchadores que se rebelan en ciertos momentos históricos y que no pierden su condición en la derrota ni en los malos tiempos. Observe y reflexione entonces.

Ahora van y le ofrecen el cambio en dos nuevos colores: el naranja y el morado. Pero a usted ya no se la pegan. Parafraseando a Sabina,pasa de la falsa belleza igual que el sabio, que no cambia París por su aldea. Son jóvenes, parecen estar preparados y hablan muy bien, pero siente, en el fondo, que no tienen nada que ver con usted. No parece que hayan doblado mucho el lomo, ni que pierdan el sueño por cuestiones laborales ni económicas... No resulta creíble, entonces, que digan que saben de usted; de hecho ya ha observado que, de hecho, no hablan de usted, hablan de “humanizar” o “amabilizar” su entorno y su contexto, de “atenuar” los inevitables efectos del sistema (capitalista) sobre su persona.

¿Pero es que acaso usted precisa de medidas asistenciales y paliativas para sobrevivir o realmente necesita una vida para vivir en la que decida, aporte y disfrute sobre todos los asuntos que le atañan: empleo, educación, sanidad, economía,...?. ¿Por qué, incluso, las nuevas caras parecen negarle lo que es suyo si prometen tanta renovación?. Porque no se la prometen a usted, porque su proyecto es para unos pocos, y usted, nosotros, somos una mayoría social que queda a merced de las fluctuaciones y de los efectos colaterales de una forma de hacer política absolutamente ajena a nuestra realidad y a nuestras necesidades.

No le sugiero que se decante por los nuevos colores y, especialmente, descarte el naranja. Como dicen ahora, no es más que un “reboot”, un reinicio, no ya del Pp, sino de la peor versión de aquel pensar thatcheriano en el que quedamos reducidos a mercancías en un mercado al que ni tan siquiera interesamos como consumidores. Descarten el naranja, no crean que les hacen mayores y más grandes llamándoles Ciudadanos. Ustedes son más que eso. Ustedes son Pueblo.

A los de morado les voy a dar aire en estas líneas, ahora que sé que están a la greña, que la mitad está haciendo cuentas con los escaños pero la otra mitad está directamente con ustedes, sin fisuras.

Les he pedido que observen y reflexionen. Ahora pregunten. Abrir un programa electoral puede parecer aburrido, pero se lo deben y se lo merecen. Busquen ahí donde haya una propuesta real de transformación, donde las medidas están eminentemente orientadas a las personas, a la sociedad, al Pueblo. Apueste por quien se preocupe por su educación, por su crecimiento, por su desarrollo, por su integridad, por el respeto, por la sostenibilidad, por la diversidad, por la igualdad, por la justicia,... No acepte “cambios” ni “reformas”, que no es más que maquillaje. Exija una transformación, exija algo nuevo.

Pregunte cómo hacerlo. Hay quien vomita florituras en el papel y lo llama programa electoral, usted ya lo sabe y ya lo ha sufrido. Pero existen proyectos políticos con procesos y hojas de ruta bien definidos. Participe de ellos, estúdielos, pregunte. Le llevará menos tiempo del que imagina antes de empezar. Supere la reticencia y el escepticismo, inténtelo, se lo debe y se lo merece. Y una vez que tenga un nuevo punto de vista, cuéntelo, divúlguelo,... se sorprenderá del miedo que le produce a esa multitud afiliada al pensamiento único. Pero los pensamientos libres son semillas que germinan y también caerán en terreno abonado. Usted puede formar parte de una pedagogía por la libertad.

Reflexione, pregunte, divulgue,... y vote. Y sobre todo no pierda la esperanza. Llegados a este punto ya habrá hecho mucho más que una inmensa mayoría. Habrá empezado a construir Unidad Popular.

* En La casa de mi tía por gentileza de Alejandro Floría Cortés