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viernes, 19 de abril de 2024 17:14h.

Vuelve el sindicalismo de clase: movilización + negociación HOJAS DE DEBATE

 

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Vuelve el sindicalismo de clase: movilización + negociación HOJAS DE DEBATE

La huelga del metal de Cádiz comenzó el pasado día 16 de noviembre y se mantiene intensa y combativa en su sexto día de paro general.

En la provincia de Cádiz se desarrolla en estos días una huelga general del sector del metal en la que participan más de 20.000 trabajadores adscritos a más de 5.000 pequeñas y medianas empresas auxiliares, encargadas de abastecer productos a las grandes industrias de la Bahía de Cádiz como Dragados Ofshore, Alestis, Airbus, Acerinox y Navantia, entre otras.

La huelga comenzó el pasado día 16 de noviembre y se mantiene intensa y combativa en su sexto día de paro general.

Destaca en esta amplia movilización obrera la capacidad organizativa de los asalariados pese a prestar servicios en múltiples empresas de pequeño tamaño, aunque todos ellos se encuentran afectados por la negociación de un único convenio colectivo, en trámite actual de renovación, para el sector del metal de la provincia de Cádiz. Por otra parte, no es una lucha obrera defensiva para salvar los puestos de trabajo, sino una huelga general para mejorar las condiciones laborales a través de la negociación de un nuevo convenio colectivo.

Pero lo que sin duda llama más la atención es la circunstancia de que la negociación con la patronal FEMCA se viene desarrollando mientras el conjunto de los trabajadores se encuentra en huelga y movilizados de manera permanente en las calles y en las puertas de las grandes industrias. Numerosos piquetes, al margen de las direcciones de CCOO y UGT, garantizan la total paralización de la actividad productiva, mientras sus representantes negocian el nuevo convenio colectivo con la patronal. Pese a una presencia desmedida de efectivos policiales los piquetes cumplen con la principal función de asegurar la efectividad del paro y la organización de las movilizaciones.

El convenio colectivo del metal terminó su vigencia el pasado 31 de diciembre de 2020. A fecha de 31 de diciembre próximo es cuando el texto convencional perdería su vigencia, una amenaza que despliega sobre los obreros la facinerosa reforma laboral del Partido Popular de 2012, que suprimió la ultraactividad de los convenios colectivos. La patronal del metal, envalentonada por esta circunstancia, planteó a los trabajadores una reducción drástica de sus condiciones de trabajo que incluía la supresión de las pagas extras, pero estos les han dado una respuesta ejemplar. La patronal se ha visto obligada a renunciar a todas sus posiciones iniciales y propone ahora la prórroga del convenio y un incremento salarial escalonado, del 0.5% desde el l de septiembre de 2021, y un 1.5% durante 2022 y 2023. Los trabajadores, por el contrario, reclaman un incremento del 2% en 2021, un 2.5% en 2022 y un 3% en 2023, junto con la revisión de estos porcentajes según el IPC al objeto de mantener el poder adquisitivo. Además, reivindican la rebaja de cuatro horas de trabajo cada año, así como la negociación de un incremento del plus penoso, tóxico y peligroso.

En el conflicto está interviniendo la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía, al menos en tres tandas de reuniones en las que no se ha llegado a ningún acuerdo.

Este modo de negociar los asalariados la mejora en las condiciones de trabajo con la patronal, mientras desarrollan una huelga general en el sector y se movilizan en  toda la provincia, constituye una de las características fundamentales del sindicalismo de clase y combativo: movilización + negociación.

Sindicalismo de clase: movilización + negociación.

En este contexto no puede sorprendernos que la lucha ejemplar de los metalúrgicos gaditanos empiece a recibir amplias muestras de solidaridad de clase de los demás trabajadores y de otros sectores sociales. Así, los estudiantes de la provincia,  a través de sus organizaciones, han convocado un paro estudiantil para el próximo martes 23 de noviembre, en apoyo de los obreros en huelga. En su comunicado, los estudiantes dicen: «La juventud de Cádiz estamos del lado de los trabajadores y trabajadoras del metal. Su lucha y la nuestra son la misma. Ellos y ellas salen hoy a la huelga para defender su presente, pero también por un futuro para nosotros el día de mañana. Frente al desmantelamiento industrial, frente al paro y la precariedad, frente a quienes solo buscan hacer beneficios millonarios a costa de nuestra explotación y nuestra miseria, es el momento de unir fuerzas.»

No puede descartarse, por otra parte, que esta muestra de verdadero sindicalismo de clase pueda pronto, de no llegarse a un acuerdo satisfactorio, culminar con la puesta en marcha de una huelga general de masas y solidaria en la provincia de Cádiz.

El resultado de esta huelga es incierto. Como en todas las huelgas. Pero de lo que no cabe la menor duda es que cuanto mayor es la opresión y explotación de la patronal más indispensable se hace la resistencia mancomunada de los trabajadores. Y esto, precisamente, es lo que vienen haciendo los metalúrgicos gaditanos: una lucha obrera que es lucha de clases. A los asalariados les une un interés común: no permitir que la patronal los aplaste, defender su derecho a la vida y la dignidad humana. En muy poco tiempo, la huelga les convence de que necesitan mejor organización y más unidad, que es imprescindible la acción conjunta de la clase a la que pertenecen contra la clase que les humilla. Y crece así la conciencia de clase, es decir, la comprensión de que el único medio de mejorar su situación y de conseguir su emancipación consiste en la lucha común contra la clase que agrupa al capital.

La Confluencia Sindical de la Bahía de Cádiz, mediante un llamamiento, expresa la necesidad de «mantener y reforzar esa máxima unidad combativa inmediata, sindical y social, que logre la firma de un convenio digno… acabando con la arbitrariedad y abusos en la subcontratación, la eliminación de las famosas listas negras, la observación rigurosa de la prevención de riesgos laborales, el establecimiento de turnos de trabajo que elimine las interminables jornadas de trabajo criminales.»

Nadia Calviño, la ministra neoliberal del Gobierno de coalición, alertada por la firmeza de los trabajadores gaditanos en huelga, ha hecho un llamado a la calma y a la responsabilidad, es decir, abandonar el sindicalismo de clase, finiquitar la huelga y seguir negociando con responsabilidad y con los procesos de producción en marcha. En la misma línea se ha pronunciado Enrique Santiago, secretario general de PCE, en declaraciones a Onda Cero el pasado viernes, 19 de noviembre.

ACATS, entidad editora de Hojas de Debate, muestra su total solidaridad y apoyo a la huelga del metal de Cádiz.

 

Gracias a HOJAS DE DEBATE

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HOJAS DE DEBATE

 

 

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