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martes, 23 de abril de 2024 08:02h.

Vuelve el torno - por Crisanto el de Botazo

Cuando veo la nueva ley del aborto, propuesta por el gobierno del Partido Popular, no me queda más remedio que tirarme de los pocos pelos que le quedan a uno y gritar, gritar hasta que las cuerdas vocales no den más de si.

Vuelve el torno - por Crisanto el de Botazo

Cuando veo la nueva ley del aborto, propuesta por el gobierno del Partido Popular, no me queda más remedio que tirarme de los pocos pelos que le quedan a uno y gritar, gritar hasta que las cuerdas vocales no den más de si.

Volvemos a tiempos del genocida gallego. Con algunas pinceladas, que más que ampliar los derechos de algunas madres, lo que se pretende es quitar responsabilidades a los caciques en caso de que dejen embarazadas a sus subordinadas.

Si una mujer se encuentra con un positivo en el test de embarazo y no tiene medios para seguir adelante con el mismo, se le cercena su futuro y el de la criatura. Si encima no tiene dinero para pagar ni siquiera la calefacción pues tenemos un ser humano desprovisto de los más elementales derechos desde su nacimiento. Y estoy hablando de recién nacidos que no tengan malformación alguna, porque si encima tienen una tara, que se puede y se debe detectar a tiempo, nos encontramos con un drama aun mayor.

¿Qué es lo que se pretende con este tipo de leyes?  Que me lo expliquen, ¿Queremos una generación de hijos no deseados (no siempre por sentimientos, sino por circunstancias a veces tan tangenciales como pueden ser de tipo económico o laboral) a los que la sociedad debemos sacar adelante sin arraigo alguno?

Me parece que con esta ley, aparte de contentar a lo más rancio de la sociedad católica, lo que va a conseguir es que los abortos clandestinos proliferen con el consiguiente riesgo, tanto para la madre como para la criatura, y de paso fomentar un negocio paralelo con clínicas establecidas en Gibraltar o en Marruecos, que a poco que se profundice en su accionariado aparecerán los de siempre.

Con lo que costó a esta sociedad conseguir las libertades y nos aparece un ministro de lo más retrogrado, aunque pensándolo bien, es solo el iceberg de lo que representa el partido que apoya al gobierno.

Adelante señor Gallardon, llene esta sociedad de hijos no deseados, deformes, y madres con grandes cargas y desasosiego diario para cuidarlos en una miseria generalizada a la que la política de su partido nos está sumiendo.

Estarán contentos después de todo, siempre los podrán adoctrinar y en el futuro serán votantes del partido y hasta puede que lleguen a ministro de justicia.

Yo a todas esas madres que en la desesperación por un embarazo no deseado les diría que se planten delante de una iglesia y entreguen a la criatura al párroco correspondiente, y a las organizaciones que están en contra de la ley que coloquen en una caravana, debidamente acondicionada, los recién nacidos y un número en lo alto con los niños que hay dentro, enfrente de las sedes del PP, y que vengan a recogerlos.

A lo que íbamos, volvemos al torno de siglos anteriores.

                                                               Crisanto el de Botazo