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sábado, 27 de abril de 2024 14:04h.

2023, el año en el que 'escroleamos' un genocidio - por Toni Mejías

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Antonio Aguado, coherente veterano militante socialista, recomienda este atinado artículo de Mejías

 

2023, el año en el que 'escroleamos' un genocidio - por Toni Mejías PÚBLICO

Mientras me disponía a comenzar esta columna me ha llegado una notificación de la aplicación de la Cadena Ser que me sirve para resumir mi idea: "Los titulares del día: de la muerte de más de 20.000 personas en Gaza al sorteo de la Lotería". Así de frío se pueden comunicar tantas muertes. A ese punto de indiferencia y normalidad hemos llegado. A decir una cifra tan exagerada sin pestañear, como el que pasa la página de un libro, como el que oye llover, como el que prefiere que no le cuenten una masacre mientras disfruta de las vacaciones.

IGNACIO PATO
IGNACIO PATO

Me va a permitir el periodista Ignacio Pato robarle su frase para titular este artículo. 2023 es el año en el que escroleamos un genocidio. En el que decidimos que ya habíamos sufrido bastante, que no nos iban a amargar 'guerras' que suceden a miles de kilómetros, que ya hemos acogido a unos cuantos blanquitos que venían de Ucrania y que ese problema entre Israel y Palestina no tiene solución.

No sé si es por la diferencia cultural y racial, no sé si porque no es el primer bombardeo masivo sobre la población gazatí, no sé si es por ese complejo histórico con los judíos que parece que nos impide condenar cualquier cosa que hagan o el desinterés de algunos medios y políticos de ir más allá de un "haced las paces, por favor" por los negocios que tienen con Israel. Pero hablar de muertos como meros números sin familia y sin proyecto de vida nos deshumaniza y, aún peor, parece que nos da igual.

No sé si es apatía y sentir que ya no podemos más con el dolor. Ni el propio ni el ajeno. Si es porque sentimos que no podemos hacer nada desde la distancia. Porque nos sentimos solos protestando por algo que a la mayoría le da igual, que les importa más si les sube la gasolina y el precio del aceite que los niños muertos o desnutridos que puedan provocar esos bombardeos.

Si el mundo no se detuvo por completo (al menos en muchos aspectos económicos) ni ante una pandemia mundial que nos afectó a todas, cómo va a detenerse por un conflicto enquistado y donde mueren pobres. Ya no queremos ver más imágenes de Gaza. O las vemos con cierta indiferencia, con total normalidad, escroleando para ver la siguiente foto de una amiga con gorro de Papá Noel o el enésimo producto milagroso que anuncia un influencer.

¿Qué podemos hacer? Ojalá lo supiera. Imagino que lo mínimo sería llamar a las cosas por su nombre y no decir guerra, cuando no se miden dos fuerzas por igual, sino denunciar el genocidio sistemático que sufre la población palestina. Podríamos no contar muertos como el que cuenta premios de la lotería de navidad y explicar que tenían vidas, familias y, quién sabe, ilusiones. Que, si sabemos hasta el último detalle de los israelíes asesinados por Hamás, no deshumanicemos a las víctimas palestinas.

Y que por mucho que pasemos las historias, las noticias, las imágenes del bombardeo sobre Gaza con la naturalidad que otorga que un hecho tan terrible se vuelva una costumbre, no nos olvidemos de denunciar lo que sucede y no dejemos que caiga en los breves de periódicos o se pierda en los noticieros entre la Súperliga de fútbol y los afortunados de la lotería que van a tapar agujeros.

Revisamos películas sobre la Segunda Guerra Mundial u otros conflictos bélicos y las vemos horrorizados. Como si no fuera posible tanto terror. Como si fuera un pasado inexplicable de sucesos que no se repetirán. Pese a que ahora tenemos imágenes de niños muertos bajo escombros y de bombardeos masivos sobre poblaciones inocentes, lo vemos con indiferencia. ¿Hubiéramos escrolleado historias de denuncia sobre el Holocausto? Tal vez sí. Nos hemos acostumbrado al dolor y a la barbarie. Y nos hemos vuelto tan individualistas que si no nos salpica la sangre no nos preocupa. Y tal vez hasta si nos salpica, nos la limpiemos y sigamos. Felices fiestas y tranquilos, que este artículo también se puede escrolear y mandar al olvido. Al menos son solo palabras y no números de inocentes.

* Gracias a Toni Mejías y PÚBLICO y a la colaboración de Antonio Aguado

https://blogs.publico.es/memento/2023/12/23/2023-el-ano-en-el-que-escroleamos-un-genocidio/?doing_wp_cron=1703357950.2739939689636230468750#md=modulo-portada-fila-de-modulos:4x15-t2;mm=mobile-medium

TONI MEJÍAS
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PÚBLICO La casa de mi tía republica por el alto interés del contenido, bajo las Normas de Uso Justo de la UE
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