Criatura delicada, Jordi Évole en LA VANGUARDIA

 

Yo, Chema Tante, lo volveré a decir, soy independentista canario y creo que el concepto de España es un entelequia de cuya puesta en práctica vienen muchas de las tribulaciones que sufrimos los pueblos que estamos en este estado permanentemente en pleito. Pero también asumo que en muchas partes hay mucha gente que no piensa como yo. En mi país, Canarias, por mucha magua que me dé, la mayoría. Y en el resto del estado, no digamos. Y en Cataluña o Euskal Herría, una buena parte, aunque no podamos saber cuánta, por el empeño en impedir un democrático referéndum. Por eso, porque hay mucha gente que no piensa como pensamos los y las soberanistas, está claro que Jordi Évole, en este artículo en LA VANGUARDIA, tiene mucha razón. Nos guste o no, al soberanismo y al unionismo, hay que ceder. Pero ceder las dos partes. Como ya escribía Raquel Ejerique en EL DIARIO, en esto no cabe lanzar el improperio de "traidor" ni de "botifler". Hay que hablar y entenderse, no hay otra salida. Y entenderse implica ceder. Y lo repetiré, por si alguien del imperio no se ha enterado, ceder, por las dos partes.

Los próximos días vamos a vivir la paradoja de ver como los muy españoles y los muy catalanes llamarán traidores a aquellos que siendo también españoles y catalanes quieran desbloquear la situación. Pero, por más que les pese a los guardianes de las esencias patrias, sólo hay una camino para el desbloqueo: la cesión. En este momento, los que conjuguen el verbo ceder serán los auténticos valientes. Los que le digan a los suyos lo que no quieren oír. Porque es mejor escuchar lo que no se quiere oír que seguir avanzando a base de mentiras. Les caerán palos por tierra, mar y aire. De los poderes económicos, mediáticos, desde sus propias filas. Pero los profetas del apocalipsis son ya tan previsibles, por repetitivos, que a los artífices del pacto les pilla ya entrenados.

 

https://www.lavanguardia.com/opinion/20191116/471633491162/criatura-delicada.html