Cataluña se acerca a un punto límite - por Chema Tante
Yo no sé cuánto falta para que en Cataluña se llegue a un punto límite - por Chema Tante
Yo, Chema Tante, soy independentista canario. y defiendo el derecho a la autodeterminación de todos los pueblos. Pero condeno la violencia. Una condena que se extiende hacia toda violencia, sea del lado que sea. He dicho y sostengo que no hay ninguna idea -por noble y necesaria y urgente que ella sea- que justifique la muerte o el sufrimiento de nadie.
De todas maneras, execrando toda violencia, tampoco habrá duda de que hay grados de violencia. Aunque esto irrite al fanatismo imperial español, siempre será menos condenable quemar un contenedor -por muchos euros que el artilugio cueste- que abrirle la cabeza o sacarle un ojo o golpear con saña a alguien.
Las redes sociales y los medios digitales nos permiten asistir, en tiempo real y con una cercanía de primera fila, a la manera en que se están desarrollando las manifestaciones en Cataluña. Y a su represión. De las soberanistas, claro, con las españolistas no hay problema. Una represión que se administra de manera absolutamente desproporcionada, arbitraria y enconada por parte de los policías mal llamados "antidisturbios". Mal llamados, sí, porque no actúan contra disturbios, sino contra gente ejerciendo su derecho de manifestación y expresión.
Como testigos prácticamente directos, podemos contemplar las acciones pacíficas de la gente que se manifiesta. La vemos sentada, de rodilla o de pie, con las manos en alto, y la arremetida furios de estos personajes vestidos de negro, con apariencia temible.
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Para inmovilizar a un manifestante pacífico, desarmado entre cuatro o más policías ¿hace falta jincarle la rodilla sobre la cabeza? ¿no es esto violencia policial gratuita, desproporcionada, brutal? ¿qué esperan que haga este ciudadano la próxima vez que salga a manifestarse? ¿poner el otro lado de su cabeza? ¿o es que piensan mantenerlo toda la vida en el talego? Capaces son.
Y qué decir de la provocación bellaca de los piquetes de infiltrados encapuchados de paisano que están deteniendo a gente, contra toda consideración de legalidad y de la más esencial ética. Son prácticas de estado totalitario, que solamente buscan irritar.
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No obstante, esta noche pudo comprobarse un fenómeno que va en aumento en las últimas represiones. Las personas que se manifiestan, sometidas al arbitrario y desmedido furor, empiezan a revolverse, a enfrentarse al ataque.
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Esta escalada solamente tiene un remedio. Que el Gobierno de España cese en su represión injustificada, que de muestras de su voluntad de diálogo, empezando por indultar a las personas condenadas con tanta dureza y que al pueblo catalán se le permita decidir sobre su destino. Fíjense que no estoy pidiendo independencia, sino derecho a decidir. Lo mismo que pide el soberanismo catalán.
Lo escribe y lo mantiene Chema Tante