El representante de CiU, citó a Cambó; el de Esquerra Republicana, a Maciá (en catalán, por cierto, levantando las iras intolerantes). Cada uno, de acuerdo con su ideología, pero siempre dentro de la realidad cultural de su pueblo. La ínclita representante del sedicente nacionalismo de la Coalición nada canaria apeló a varias citas: del cartagenero Ortega, del ilerdense Josep Ramoneda; de la madrileña Rosa Montero... para esta nacionalista de pacotilla, la cultura canaria no existe. No hay, de La Orchila a La Graciosa, una persona del pensamiento político, periodístico o filosófico de Canarias que merezca ser aludida por una parlamentaria que bien podría haber sido de cualquier parte peninsular, pero poco del pueblo canario. Otra muestra más de las fallas del sistema de representación política.