Buscar
domingo, 05 de mayo de 2024 00:30h.

La diferencia entre Dávila y Ortega - por Chema Tante

La excepción y la regla en el gabinete del genuflexo

Como no me duele reconocer las cosas, empezaré por proclamar que creo que Rosa Dávila es una excepción, en un partido y un gobierno plagado de inconsistencias. Tengo astronómicas diferencias de criterio con Dávila, aunque sospecho que algunas posiciones de la consejera del genuflexo en Hacienda obedecen más a su legitima lealtad a Clavijo y a Cc que a sus reales y sinceros convencimientos.

La diferencia entre Dávila y Ortega - por Chema Tante

Como no me duele reconocer las cosas, empezaré por proclamar que creo que Rosa Dávila es una excepción, en un partido y un gobierno plagado de inconsistencias. Tengo astronómicas diferencias de criterio con Dávila, aunque sospecho que algunas posiciones de la consejera del genuflexo en Hacienda obedecen más a su legitima lealtad a Clavijo y a Cc que a sus reales y sinceros convencimientos.

Porque se me hace muy cuesta arriba aceptar que una persona que demuestra siempre sensatez, como Dávila, pueda creer que para establecer la equidad y la sensibilidad social en el tema concreto del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, la solución sea siquitrillar toda la carga fiscal, liberando por igual a gente pudiente y gente humilde. Eso, como ejemplo, me indica que en ocasiones, el genuflexo habla por la boca de su consejera.

Insisto y vuelvo al tema. Estoy distante de las posiciones en economía de la consejera Dávila, pero reconozco su buena trayectoria en sus antiguos menesteres en Transporte -dentro de lo que podía caber en el paulinato- y la claridad con que expone sus planteamientos. Cosa muy diferente de otro consejero, Ortega, el de Economía, del genuflexo.

En el terrero del HOY POR HOY, con el mandador Castañeda en RADIO CLUB, esta puntal -a mi juicio, la única- del flamante equipo del genuflexo Clavijo puso las cosas en su lugar, respecto al desesperante asunto de los cuartos que deberían llegar, asunto del -como dice la propia Dávila con razón- extinto IGTE. Ante la rebatiña por el reparto de esos fondos, con la gente preboste de las islas periféricas y con el genuflexo y Alonso, ambos por vergonzosas razones electorales, pretendiendo repartir el botín en función de los escaños de cada isla en el Parlamento, la consejera Dávila ha abierto la ventana de la realidad. Ni se sabe cuántas son las perras, ni se sabe cuándo van a llegar. Y termina la brega arrojando a la tierra la triste realidad: a lo peor, todo eso llega en cuatro años. Visto lo visto, se alejan mucho las posibilidades de que las islas vean un euro, por este tan peleado concepto.

Por contra, tenemos al otro. Ortega, un paradigma del nuevo grupo de Clavijo: brillante fachada, zafio interior. Ortega, salta al mismo terrero de Castañeda en que Dávila explicó lo que hay, y empieza a largar sobre las maravillas que va a suscitar el desembarco de los muchos, je, je, je, millones del dichoso IGTE. Como si no supiera -seguro que no se había enterado- de lo que había dicho su colega de Hacienda el día antes. Como dice la gente en Canarias, la que tiene la llave de la lata'el gofio dijo que todo está por ver.

Claro que nunca se debe esperar mucho de un bardago que, bien entrado el siglo, todavía no se ha enteraddo de que el gas es combustible del siglo pasado. Un combustible tóxico, contaminante, caro, de pèligroso manejo y, sobre todo, de complicado abastecimiento, cuando no disponemos de él en Canarias. Porque, por si no lo sabe Ortega, el gas habrá que importarlo y pagarlo, aunque lo sacaran ahí al lado. Cosa que no pasaría con las renovables. Pero Ortega sigue defendiendo el gas.

Y terminaré diciéndole al tolete Ortega que si aplicaran a la instalación de las tecnologías energéticas limpias en Canarias todos los esfuerzos e inversiones con que se empèñan en gasear Tenerife -en otras islas sitio, ni pueden ni podrán- el sagrado objetivo de la soberanía energética estaría al alcance de la mano en Canarias.

Sí. Lo he llamado tolete. Porque lo es. Y que no se me enfade el consejero del genuflexo, porque ellos dos nos tratan como a tales a todos los canarios y todas las canarias.