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martes, 23 de abril de 2024 10:22h.

Demasiados desajustes psocialistas en Canarias - por Nicolás Guerra Aguiar

Fue sobre todo en la segunda etapa del señor Rodríguez Zapatero, fase de oscurantismos y negaciones de lo obvio, cuando empezaron a resquebrajarse desde su propia esencia muchas estructuras del PSOE a pesar de los avances sociales que su Gobierno consiguió...

Demasiados desajustes psocialistas en Canarias - por Nicolás Guerra Aguiar

Fue sobre todo en la segunda etapa del señor Rodríguez Zapatero, fase de oscurantismos y negaciones de lo obvio, cuando empezaron a resquebrajarse desde su propia esencia muchas estructuras del PSOE a pesar de los avances sociales que su Gobierno consiguió. Pero ya por la absoluta convicción de que este andaba dando palos de ciego -¡cuánta mediocridad en el poder!-, ya porque desde el ministerio de Economía se echaban a la mar salvavidas y barcas de evacuación (con el propio titular al frente), lo cierto es que nadie daba un duro por la continuidad de los psocialistas no solo en el Gobierno central sino, incluso, en los autonómicos y municipales.

   Y así fue. El PP ganó las elecciones con un Programa al menos divergente de la actuación política actual, aunque justifican tal desemejanza con el descubrimiento de la auténtica realidad económica del país que, dijeron, se les ocultó. Y porque eran notorios torpezas del Gobierno psocialista, generalizada sensación de vacío de poder, desencanto, urgente necesidad de cambio frente a la continuidad de los mismos en las listas del PSOE…, el PP vendió un Programa cargado de ilusiones y esperanzas, reducciones de impuestos, creaciones de plazas de trabajo, dignificación nacional: era la gran oportunidad; a fin de cuentas, otra derrota significaría la desaparición política del señor Rajoy. Al final, victoria -por la cual los felicité- aunque no solo por sí mismos. Porque sabe el PP (y lo hablaron muchos militantes) que recibió la ayuda del PSOE con su disparatada actuación entre 2008 y comienzos de 2011, desajuste que sumió a miles de sus votantes en el limbo de la más absoluta perturbación.

   Y cuando el PSOE estuvo arriba (desde 1982 hasta 2011, salvo 1996-2004) llegó a identificarse tanto con el poder que lo creyó segunda persona de sí mismo, parte indeleble de su esencia. Pero los ciudadanos lo bajaron a la realidad de los mortales: entonces descubrió que todo estaba cambiado sin que ellos se hubieran dado cuenta de las profundas transformaciones experimentadas. Fue esa, me parece, la oportunidad perdida del PSOE. Y la perdió –a pesar de que algunos reconocieron que lo habían hecho mal, ingenuo consuelo- quizás por su propia soberbia, pues la requerida humildad había dejado de ser un vital referente. Y los mismos que hundieron al señor Zapatero ya con sus disparatados comportamientos, ya con destructivos silencios ante desvaríos y continuadas torpezas –a fin de cuentas, recordemos, “quien se mueva no sale en la foto”-, se mantuvieron en los estratégicos puestos del poder, ahora en el partido. Fueron incapaces, ajenos al compromiso moral y estético; se negaron a emprender y concluir una auténtica revolución interna que les diera paso a los jóvenes, quienes habían llegado con ilusiones y éticas, con honestos y decentes planteamientos de auténtico contenido socialista.

   Y aquí están los resultados. Por más que las perspectivas de voto bajen para el PP, tal descenso no significa, en absoluto, el reflotamiento de los psocialistas. Y salvo en forzados relevos –por causas externas que los imponen-, año tras año siguen las mismas personas, los mismos rostros, las mismas palabras ya desajustadas por tanto abuso y tanta reiteración, hoy desprovistas de contenidos aunque sean voces que se refieran a libertades, avances sociales, socialismos, socializaciones… La memoria refresca comportamientos y actuaciones de hace años, de cuando ellos fueron el Poder por delegación popular, mas fueron incapaces de llamar a las cosas por su nombre, de identificar en público a la crisis que empezaba con la realidad económica española. Trances y aprietos que el PSOE no había creado, en absoluto, pero ante los cuales fue incapaz de reaccionar porque estaban en juego muchos miles de acomodados puestos con suculentas nominillas procedentes de consejos de administración, subsecretarías, gabinetes o contubernios mentales, da igual.

   En Canarias se resquebraja, y no es justo, no se lo merece el Partido Socialista. Desde Madrid –¡que vivan las autonomías!- le exigió al señor Pestana que rompiera el pacto de Gobierno con el PP en La Palma, alianza que lo había llevado a la presidencia de su Cabildo (noviembre de 2013) y que tradujo la defenestración de la anterior presidenta. Y como la afectada es de CC –lista más votada, por cierto-, el PSOE-PSC expulsa al señor Pestana y a seis consejeros cabildicios porque se niegan a obedecer.

   Mas lo que en apariencia simula ser el respeto a las urnas –que gobierne la lista más votada- no lo es en la realidad: CC es aliada del PSOE canario en el Gobierno de la comunidad, por lo cual el secretario general regional de los psocialistas es consejero de Educación y vicepresidente del Gobierno canario. Por tanto, me dicen desde La Palma,  “quieren la dimisión del actual presidente del Cabildo porque CC amenaza con romper el pacto de Gobierno. Si de acatamiento a la voluntad popular se tratara, hoy gobernaría en Canarias el PP en cuanto que fue la fuerza política más votada”. (También es cierto que el PSOE canario ganó en 2007, y no lo dejaron gobernar.) Cuentan los rebeldes palmeros con la mayoría de los votantes de la Isla, dicen. El ochenta por ciento apoyó el voto de censura.   Por tanto, claras divergencias entre la estructura psocialista y el pueblo.

   Los mismos vientos vuelan por La Gomera, cuyo Cabildo está en manos del señor Curbelo desde hace veinticuatro años (milenio anterior). Siete componentes de la Comisión Ejecutiva Insular del PSC-PSOE (entre ellos, tres alcaldes de los seis municipios insulares) presentan su dimisión por claras divergencias con la gestión que lleva a cabo el secretario general de la Agrupación Socialista de La Gomera, a la par miembro de la Comisión Ejecutiva y del Comité Regional, es decir, el mismo señor Curbelo. Se ha roto el diálogo, argumentan los críticos. Pero veinticuatro años en el poder son muchos años. Y eso perjudica, obnubila. No obstante, miles de ciudadanos ansían la regeneración del PSOE con otros rostros. 

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