EFE lo sirve, LA OPINIÓN y EL DÍA lo difunden y yo, Chema Tante, me recaliento otra vez. En todos los ámbitos de la salud, las demoras son perjudiciales, porque el mal se agrava y hasta puede uno morirse. Y si esta verdad es palmaria, lo es más en tratamientos de rehabilitación. Si la persona afectada no recibe el tratamiento a su debido tiempo, parece indudable que su problema puede convertirse en irreversible. Y, si ustedes no se han encolerizado lo bastante, vean lo que dicen las y los profesionales del ramo: "la falta de medios obliga en muchos casos a derivar el tratamiento de los pacientes a los centros privados concertados". ¿Qué? ¿se va entendiendo de qué va la cosa?. Por cierto que escucho a un tal José Alemán, presidente de esto, al parecer, que en RADIO CLUB TENERIFE le quita hierro al asunto, dice que la espera es "hasta un año" (le parecerá poco, unos cuantos meses) y se atreve a echar la culpa del problema a las y los pacientes "que no siguen las indicaciones". El tal Alemán tergiversa la cuestión, porque lo que dicen sus colegas a quienes contradice, es que la espera para recibir tratamiento en centro público llega a un año, no, como pretende insinuar él, que el propio tratamiento dure hasta un año. Y eso me lleva a preguntar ¿en qué centro privado concertado ejerce José Alemán?