O, lo que es lo mismo. Si Cebrian y su tropa recibieran un salario razonable, generoso, incluso, la redacción de EL PAÍS no solamente podría mantener los 149 puestos sacrificados, sino acoger ademas otro tanto o más.

Lo diré de otra manera: la barbaridad ofensiva que se maman (no dispongo de otra palabra para describir la realidad) Cebrian y sus adláteres, supone la detrucción, por activa o por pasiva, de trescientos o cuatrocientos puestos de trabajo en una profesión esencial para la democracia. Una profesión, la del periodismo que sufre, como consecuencia lógica y lacerante de la agresión antidmocrática que nos azota, una persecución inmisericorde.

Uan vez más diré que mi condición de no periodista me otorga autoridad para proclamar mi rechazo al proceso de acoso y derribo que está padeciendo el colectivo de periodistas, para quié mando el testimonio de mi más profunda solidaridad. Solidaridad que incluye a la práctica totalidad de los y las periodidstas que se mantienen en EL PAÍS, que seguirán prestando su esfuerzo a la democracia maltrecha. Digo practica totalidad, porque quedan en esa redacción algunos elementos, cuyo nombre me callaré, pero que son muy conocidos es estas islas, que son cómplices y no víctimas de la hacetombe.

Una vez más diré que es este deterioro democrático al que colaboran las empresas que traicionan al periodismo el que obliga a la aparición de medios alternativos como La casa de mi tía.

http://elpais.com/elpais/2012/11/10/opinion/1352579057_979842.html

http://www.revistamongolia.com/juan-luis-cebrian-al-descubierto/

http://www.revistamongolia.com/wp-content/uploads/Informe-retribuciones-Prisa.pdf