Un profundo hedor se expande por todas partes. Esa peste insoportable tiene dueño: los dioses que trafican con la muerte y el dinero. A esos seres llamados “de bien”, les sale de sus gargantas putrefactas la peste más infinitamente insoportable.
El tema que ocupa y preocupa a Enrique Bethencourt esta vez en LA TIRADERA es el muy importante de la presencia de la religión en la vida pública. En una proporción, ciertamente, que no se compadece con el nivel de confesionalidad en la sociedad.
Margarita Mediavilla publica en GRUPO DE ENERGÍA Y DINÁMICA DE SISTEMAS un muy interesante artículo sobre cómo va funcionando la dibólica estrategia pepera de recortes. Y, margullando en la red para encontrar más publicaciones del texto, me encuentro con otro, no menos interesante, artículo de Susan George, aparecido en abril con un título parecido, en el boliviano BOLPRESS, en TERCERA INFORMACIÓN y, en marzo en REBELIÓN con el título El becerro de oro; y que trata el mismo asunto, en un contexto más abierto. Dos artículos de dos lúcidas mujeres, escritos con tenores diferentes, pero con el mismo efecto.
