Lo que pensamos y sostenemos quienes no tenemos más soporte que nuestro sentido común, está siendo recomendado con insistencia por los y las profesionales de la cuestión hacendística. El déficit se compensa, además de con la austeridad bien entendida en el gasto, con el aumento de la recaudación.
Contra lo que los medios convencionales, en especial los derechosos, se empeñan en afirmar, quienes nos oponemos a las recetas ultraliberales de la troika no rechazamos conceptos como la austeridad y el déficit fiscal. Lo que repudiamos son las maneras de entender la austeridad y el déficit. Decimos que recortar, sí, pero no en gastos sociales ni en inversión pública productiva. Y que el equlibrio de las cuentas públicas, la eliminación del tan denostado déficit se puede obtener mucho más fácilmente y sin daño para la actividad económica, mediante al aumento de la recaudación. Y aquí tenemos otro de los tan valiosos informes de GESTHA, la asociación de técnicos de Hacienda, que indica con claridad dónde está la solución a la depresión que llaman crisis.