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miércoles, 01 de mayo de 2024 01:43h.
giráldez
Política

Tres casos de represión en Canarias

Un día habrá una isla 
que no sea silencio amordazado. 
Que me entierren en ella, 
donde mi libertad dé sus rumores 
a todos los que pisen sus orillas. 

 

Cuando murió el dictador, alguna gente ingenua pensamos que las islas iniciaciaban su andadura hacia el sueño que Pedro García Cabrera poemara en 1949.

Pero ahora, tantos años después, comprobamos que vamos como los cangrejos, retornamos a la noche franquista. Jesús Giráldez Macía nos hace en CANARIAS SEMANAL un desesperante relato de tres casos en que la mordaza se le pone con crueldad a las mujeres y los hombres que osan levantar su voz  contra la injusticia. Son tres casos nada más. los más sonados y recientes de los muchos que están ocurriendo ante nuestra pasividad. Sindicalistas, estudiantes, medios de comunicación. Aquí no se escapa nadie.

Sociedad

Inauguración en el país de la muerte - Jesús Giráldez

LA PEJIGUERA publica este claro testimonio de Jeús Giráldez, lamentando la presencia institucional del presidente majorero Mario Cabrera en una inauguración en el país del terror, Guinea. Y, para mayor desdoro, de una petrolera.

Creo que esta inaceptable actitud de Mario Cabrera no ha sido sufientemente aireada ni comentada. Por eso el alegato de Giráldez luce justo y oportuno. 

Sociedad

La ley del OVNI - Jesús Giráldez

"Tiemble, después de haber reído". Recordaba yo el título de la inefable sección de LA CODORNIZ, años ha, cuando leía este artículo que publica Jesús Giráldez en SOMOS NADIE y en su LA PEJIGUERA. Porque la anécdota que cuenta sobre unas esperpénticas oposiciones majoreras a bombero es para descuajeringarse de la risa. Pero después, cuando uno toma conciencia de que esto es una prueba más de la descomposición de esta sociedad, se estremece de miedo



 
Política

La letra pequeña de un viaje a Luxemburgo - Jesús Giráldez Macias


Las turbadoras informaciones que nos llegan, desde el barcenazo y la Gurtel, no deben tampoco hacernos olvidar que en nuestras desdichadas islas tenemos nuestro particular calvario. Vean esta información y los comentarios oportunos de Jesús Giráldez en LA PEJIGUERA, donde nos desvela las maniobras privatizadoras de la educación que trama el consejero y vicepérez (me encanta la denominación, de Paco Pomares), José Míguel. Sí. El prestigioso universitario que ha mandado por la borda todo un prestigio como socialista. 
Economía

Vamos a sortear un empresario - Jesús Giráldez Macia


Un verdadero acierto lo que recomienda Jesús Giráldez Macia en CANARIAS SEMANAL y LA PEJIGUERA, a cuento de la desafortunada idea de los empresarios palmeros, imitando, por cierto a otras ideas anteriores, por esa península; e imitada después a su vez por los comerciantes del centro chicharrero, de insultar la dignidad del trabajo, sorteando un empleo.
Política

El señor de los pajaritos - por Jesús Giráldez Macia


En LA PEJIGUERA, con cierto retraso, pero el acontecimiento lo justifica, Jesús Giraldez glossa el episodio sublime de la paulinidad, cuando el interfecto se dejó llevar por el entusiasmo inducido vaya usted a sabr por qué o por quién y se disblusó en ditirambos pajariles.
Cómo dice Giráldez, Paulino demuestra su amor a los animales, tanto pájaros como cabras y burros. 
Política

Domingo Berriel: sinvergüenza es poco - por Jesús Giráldez

No sé ni cuantas veces lo habré repetido. Más asombroso que el impune descaro de la gente de Paulino es la capacidad de aguante -fruto de la ignorancia, claro- del pueblo canario. El saqueo incontenido del dinero colectivo de la manera más despreciable. Se embolsan el dinero directamente, con unos sueldos descomunales o indirectamente, participando, por arriba o por debajo de la mesa, en los negocios que depredan nuestro territorio, nuestro ambiente, nuestro futuro, nuestra dignidad. Jesús Giráldez, en CANARIAS SEMANAL se refiere a un político. Es decir, a una persona que, como ciudadano, no tiene la carga de la prueba, no tiene porqué demostrar la falsedad de la denuncia. Pero como político, Domingo Berriel sí está obligado a demostrar, punto por coma, que lo que dice Giráldez no es verdad. Y, si no lo hace, debe dimitir. Y la fiscalía y los tribunales deberían tomar cartas en este asunto.