Nota de Chema Tante: Publico esta carta del Juez, reivindicando al Fiscal Ignacio Stampa que publica Salvador Viada en su blog JUSTICIA IMPARCIAL y que me señala la Abogada conejera Irma Ferrer, no solamente por su significativo contenido, sino porque es la mejor prueba de que esta desgracia de Justicia que sufrimos no es una calamidad sobrevenida. Hay grandes cantidades de Jueces y Juezas, de Fiscales y Fiscalas, de Abogadas y Abogados, que cumplen todos los días con su deber, de la mejor manera que les es posible.  El problema de la Justicia no es de carencia de profesionales de valía; es otra la causa. Y las mayúsculas que adjudico, como dice el buen Juez, también son intencionadas. Es un homenaje a todo ese gremio que, a pesar de las dificultades se esfuerza por mantener el pilar de los derechos humanos que es la Justicia. Esa gente que si de ella dependiera, ningún granuja, "del rey abajo ninguno", que diría Zorrilla, escaparía a sus responsabilidades. Honor a Stampa y al resto, que mantiene la esperanza de que algún día la Justicia del estado español será, de arriba abajo, no solamente abajo, la que nos merecemos. Es de Justicia.

Antonio Aguado recomienda esta crónica de Gabriel Arias @gabrielariasr en INFOLIBRE, sobre un documental que preparan Héctor Faver y la Fundación de Baltasar Garzón sobre la impunidad de los crímenes del franquismo.

Yo proclamo que este tipo no es digno de la dignidad que detenta. Y si me afean mis formas, vean las suyas

En la CADENA SER, Rafa Bernardo presenta este fastuoso descubrimiento: "La reforma laboral recoge ideas plasmadas en un texto firmado por Pérez de los Cobos en 2010". Es decir que el Presidente del Tribunal Constitucional, que tiene que decidir sobre dos recursos a las leyes de Reforma Laboral, resulta que ha sido colaborador necesario e inspirador de esa Reforma Laboral.  El otro día, este destacado jurista se atrevió a afirmar que una "autorización verbal" del entonces Presidente, le exoneraba de la prohibición de compatibilizar cargos. No hace falta ser jurista para saber que eso no se sostiene. La ley no puede ser modificada verbalmente -ni de ninguna otra manera- por nadie, por alto que sea el cargo que tenga. En su desaforada cabalgada para derribar todo atisbo de estado de derecho, el partido nada popular no duda en cargarse a las más elevadas instituciones. No se puede pretender, en  circunstancias como estas, que se respete a una justicia envilecida. Y me pregunto yo qué dicen los jueces, fiscales, abogados... No creo que piensen que bastará con, dentro de unos años, pedir perdón por su pasividad cómplice.

Es lógico que los estatutos de todos los partidos políticos incluyan, como deberes de sus afiliados, el cumplimiento de las instrucciones de la dirección del partido y la difusión de su ideología. En esas condiciones, es absolutamente imposible que una persona seria, que cumpla con los compromisos que contrae, sea imparcial. Esto es aplicable a los y las miembros de todos los tribunales, incluido el Constitucional. Si la Constitución dice otra cosa, es obvio que se trata de un error más de una Constitución equivocada de arriba abajo, que debe cambiarse de inmediato. Y, mientras tanto, diga lo que diga la Constitución, todo magistrado del Constitucional que sea o haya sido militante de partido político, tiene que resignar su cargo inmediatamente, sp pena de que tengamos más elementos todavía para alimentar las dudas sobre la parcialidad de ese tribunal.