No se puede decir "lo que le pasó a César Strawberry", sino "lo que le hicieron". Porque fue la intolerancia, el fanatismo, la cerrilidad que lleva tantos años gobernando este reino de Felipe el último, la que ha crujido a este hombre y a varias personas más, en nombre de una justicia fétidamente entendido. Y yo, Chema Tante, lo digo con plena conciencia. Si será flagrante y evidente la injusticia que se comete con estas gentes, que una justicia infectada por los mismos miasmas que tanta gente de los gobiernos la que no ha tenido más remedio que reconocer la inocencia democrática de Strawberry y compañía. Es intolerable que en este estado que se llama democrático se sigan persiguiendo supuestos delitos de opinión y expresión. Y hay que decir con toda contundencia que los objetivos de estas persecuciones no son las víctimas directas del acoso, sino el resto, todo el resto de la población. Se trata de una amenaza chantajista para acallar las voces. Es preciso señalar a sujetos execrables como el pío Fernández Díaz y el protervo Rajoy. Malditos sean, ellos y toda su ralea. El coherente veterano militante socialista Antonio Aguado, que sé firmemente que comparte mi criterio democrático, señala el artículo de Isabel Elbal y la jugosa entrevista de Elena herrera en EL DIARIO

Somos alumnado del IES Isabel de España de 1º de la ESO C. Estamos realizando una encuesta para la materia de Biología sobre el uso de botellas de plástico en la población de Gran Canaria. La encuesta es anónima y tiene sólo 6 preguntas.

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Yo, Chema Tante, tengo que recomendar con todas mis fuerzas este artículo de Isabel Ortiz en SOCIAL EUROPE. Porque insiste en la denuncia de las letales polìticas austeritarias y proclama la resistencia al neoliberalismo. En fin, lo mismo que llevo yo haciendo hace décadas.

Aunque el mundo de la empresa y los negocios está sojuzgado por el friedmanismo, infectado por el diabólico virus neoliberal que defiende la obtención del beneficio por encima de toda consideración, es obvio que hay mucha gente con sentido común y con sensibilidad humanitaria. De hecho, en la medida en que ha crecido el fenómeno de la emprendeduría tecnológica, dominado por gente joven, esos sentimientos solidarios están avanzando. Lo que hace tiempo no tan lejano llamábamos marketing con causa y marketing ecológico, como conceptos absolutamente extraños, aislados, novedosos y hasta considerados extravagantes, ya son un elemento distintivo de muchísimas empresas fruto de la emprendeduría joven. El veterano militante soccialista Antonio Aguado, casi tan pureta como yo, Chema Tante, se entusiasma con razón ante estas buenas noticias y señala en EMPRENDEDORES este extraordinario trabajo de isabel García Méndez, pleno de referencias, que certifica y relata el grado de conciencia social y ciudadana a que están llegando un buen número de emprendedores. Estas chicas y estos chicos que inician su aventura empresarial van buscando el beneficio, por supuesto, pero sin renunciar a su conciencia. Sin postureo.

Creo que entre el clamor de voces iracundas que nos hemos alzado frente a las decisiones judiciales respecto a los verracos de La Manada, es muy de destacar este testimonio de Isabel Saavedra, desde TAMAIMOS, que pone el foco en la a veces (por el tribunal, siempre) olvidada víctima. Una chica, recién salida de la adolescencica a la que este quinteto bestial le ha quitado buena parte de la alegría de la vida. Digan lo que digan el brillante abogado de la defensa (quien no hace sino cumplir con su deber), el tribunal y los cinco brutos,  a la víctima la violaron. Y a ese atropello sexual hay que añadir la vileza de que la chica se había acogido a la protección de quienes creía colegas de tenderete, estando bajo los efectos del alcohol, para que la custodiaran hasta su coche. La violaron, sorprendiendo su buena fe. En efecto, no olvidemos a la víctima.