Arturo Borges Álamo señala esta información de María Montero en EL CIERRE DIGITAL sobre como la barbaridad de los cuatro millones "distraídos" a cambio de unas mascarillas de las que nunca más se supo ha llegado ya a la Justicia Europea. Y yo, Chema Tante, digo que ni Conrado, ni Ángel Víctor, ni Trujillo ni Julio Rodríguez, que siempre está detrás de estas cosillas, tienen absoluto preocupación alguna por esto. Por la sencilla razón de que cuando se ventile el caso, si se llega a ventilar, ellos ya estarán fuera de lo política en sus dorados retiros. Les da tiempo para una par de mandatos más y para los otros jugosos casos que haga falta. Cuatro millones, dicen, eso no da ni para una campaña en Arucas.
Federico Aguilera Klink exclama con razón "Vaya izquierda", al señalar este articulo en el que Marcos Ondarra en THE OBJETIVE informa sobre otra de las incoherencias de Irene Montero, que, digo, yo, Chema Tante, blanquea la imagen nada menos que de Amancio Ortega. Montero incurre de nuevo en la arrogancia de cierta izquierda que se considera por encima del bien y del mal. Ni siquiera los altos objetivos de la Igualdad justifican aliarse con un sujeto cuyas empresas son notoriamente evasoras fiscales sino que practican por todo el orbe el abuso laboral. Irene Montero olvida que es gobierno y que debe aplicar todo su celo en lograr que el granuja social Ortega pague los impuestos como es debido, para que sea n los Presupuestos los que sostengan cuanta campaña sea necesaria. Yo a Irene, la verdad, como a Podemos, cada vez les entiendo menos.