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Francisco Morote, de Attac Canarias, pone el cursor de la atención sobre este didáctico ejercicio que hacen en la web de la propia ATTAC CANARIAS. Han recuperado y reproducen, juntos pero no revueltos, estos dos artículos, de mayo y julio, uno, firmado por Begoña Arce, en EL PERIÓDICO, y el otro, servido por la AGENCIA BLOOMBERG y difundido por el peruano GESTIÓN. Ambos textos se refieren a un fenómeno malsano, en general y a su incidencia en el Reino Unido y en Francia, en particular. Se trata de ese hecho paradójico de que, cuando tanto se ha avanzado en el mundo en sensibilidad social y en sentido democrático, sea en estos tiempos cuando la gente rica es más acaudalada que nunca, y la gente pobre, más miserable que jamás. Y, por tanto, que la desigualdad económica es la más profunda que haya podido registrarse en la Historia.Ello se debe a la desaparición de todo resquicio de escrúpulo moral, que lleva al acaparamiento masivo y a la creación de dinero especulativo, artificial, que no representa riqueza material ninguna, pero que figura en los balances y otorga a quien lo posee todo el poder que necesite y quiera. Y, como dice el Nobel Angus Deaton, en quién se apoya Arce o Bloomberg, aunque también lo dice el más esencial sentido común, estas desigualdades son perjudiciales para la democracia y, tarde o temprano, los conflictos sociales graves, llegarán.