Francisco Morote, de ATTAC Canarias, pone su atención sobre esta demanda de ADICAE que comentan ABC, EL ECONOMISTA o, desde México, LA JORNADA. Y creo que vale la pena detenerse en este asunto, aunque, concoeidno como conocemos las mañas de la justicia española para proteger los intereses de la gente afortunada, hay que temerse que a la Hija del Pirata, Partiia Botín y a su banda bancaria, no le va a pasar nada. Pero nadie puede dudar de la turbiedad de esta maniobra que ha desmantelado un banco potente y solvente, se lo ha birlado a sus legítimos propietarios -300.000 pequeños y pequeñas accionistas- y se lo ha entregado graciosamente a otro banco y a otras personas accionistas.
Entre tantos nombres gloriosos que han dado las luchas sociales en Tenerife y en Canarias, dos son los de Manuel de la Rosa y Ramón Afonso. Y los dos, uno escribiendo y el otro recomendando, se han juntado en la memoria de otro que ya falta, en lo físico, pero permanece, en el sentimiento: José Manuel Méndez. A José Manuel, insisto, no le tenemos por aquí ahora, pero su memoria y su ejemplo impregnan toda la brega de la gente, en Tenerife y en Canarias, en defensa de sus derechos y de sus intereses. No deje nadie de leer este testimonio emocionante de Manuel de la Rosa en VIENTO SUR, sobre un luchador que se fue, pero no se ha ido.
refleja en su página personal el testimonio -en directo- de la educadora y hermana del Sagrado Corazón de Jesús, Jacqueline Jiménez sobre la situación en Venezuela. Lo destaca Julián Ayala
Antonio Aguado y Juan Torres recomiendan este vídeo en el que varias personas relevantes indican el único camino válido en democracia.
Con justa satisfacción, mi admirado Nicolás Guerra Aguiar informa de este reconocimiento de la Academia Canaria de la Lengua a su trabajo investigativo y difusor. Y yo le felicito, porque bastante que me alegro.
Como dicen, con mucho tino, en CANARIAS CULTURA & NEGOCIOS, la gente en Canarias nos hemos levantado ante obtusa decisión del Tribunal Supremo, que será muy ajustado al derecho formal, pero nada tiene que ver ni con el sentido común, ni con el respeto a la voluntad popular ni con la defensa de los intereses generales ni con la protección con el medio ambiente.