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viernes, 26 de abril de 2024 10:00h.

El socialismo democrático es el futuro ¿Cómo construir el cambio? - Colectivo Francisco Largo Caballero

El colectivo Francisco Largo Caballero está constituido por militantes y activistas socialistas republicanos y de izquierdas, militantes sindicales, de las mareas y los movimientos sociales. Activistas igualmente en partidos socialistas alternativos y corrientes sindicales, ubicados en la en la izquierda.

El socialismo democrático es el futuro ¿Cómo construir el cambio? - Colectivo Francisco Largo Caballero *

Si en anterior artículo denunciábamos operaciones para tratar de usurpar el socialismo democrático y utilizarlo en beneficio de partidos emergentes atrápalo-todo, más o menos radicalizados, pero interclasistas y “del pueblo”, no dejábamos de aludir también a las cúpulas socioliberales, que llevan años en esta operación. Incluso mucho antes de que la pareja bien o mal avenida Iglesias-Errejón iniciara su andadura, Felipe González y sus distintas parejas de tránsito desde el socialismo al “realismo” monárquico y la sumisión a la oligarquía, ya habían iniciado -en este caso, claramente- el desmoche ideológico del socialismo. Desmoche o apropiación al objeto de utilizarlo. Que más da. Ambas operaciones coinciden en utilizar el legado de las y los socialistas del estado español, de origen marxista y de clase, al objeto de utilizarlo en operaciones personales tendentes a erigir un poder personal y no en la obra colectiva de la solución de los problemas cotidianos de la clase obrera, al objeto de ir consiguiendo su emancipación y construyendo una sociedad sin clases. Sin opresores, ni oprimidos, es decir el socialismo. Socialismo levantado en libertad y con libertad.

Malos tiempos para quienes como Largo Caballero creemos en la organización de la clase trabajadora como elemento imprescindible de cambio. Partido y sindicato de clase en pos de una construcción socialista. En cambio el panorama es una ofensiva cultural neoliberal, tendente a destruir cualquier indicio de rebeldía y de identidad de clase, valga el concepto redundante. No somos sino “clase media” o como mucho “clase media baja”, en búsqueda de una nueva forma de entender la “gobernanza” y de regenerar el parlamentarismo, que no de cambiar los elementos de poder pudiendo propiciar una república social e igualitaria, democrática y justa. Lo peor es que la UGT también ha claudicado (Igualmente CCOO) y se ha amoldado a ser un sindicato, solo de trabajadores y trabajadoras maduros, de servicios, negociador y al servicio casi exclusivo de personas con empleo fijo y conservador en sus metas. Conservador de un status. Negociador de despidos. Pero no solo la UGT está en esa tesitura, sino la mayor parte de los sindicatos. Las burocracias sindicales poco harán para cambiar, pero tampoco en la cuestión sindical, les podemos facilitar su comodidad y su apego al sistema. Hay que retomar los sindicatos y cambiarlos en sindicatos de lucha de clases.

Construir cambio social y socialismo, desde la democracia es un papel incluyente y ni la acción política se puede parlamentarizar exclusivamente, ni la acción sindical se puede despolitizar. Eso es un grave error. Las movilizaciones, huelgas, luchas sociales y protestas son imprescindibles, incluso necesarias para garantizar un gobierno de izquierdas. Sin movilizaciones y sin clases populares movilizadas, cualquier cambio es imposible. No se puede construir el gobierno de progreso solo a base de negociaciones palaciegas y acuerdos parlamentarios, puesto que las derechas, los neoliberales, los poderosos, van a utilizar todo tipo de presión y chantaje mediático-económico al objeto de garantizar su poder y el que el gobierno del pueblo, no moleste a los intereses de los banqueros. Es por eso que la acción socialista lo es en todos los aspectos de los intereses de las clases populares y trabajadoras y no se da tan solo en el Parlamento.

La principal preocupación de muchos y muchas militantes del PSOE ahora, es en estos días, como se va a pactar y con quien el próximo gobierno. Como lograr que Pedro Sánchez, alcance la presidencia del gobierno y con quien, pero sin preguntarse, el cómo y para hacer que. Evidentemente el PSOE no es el PP e indudablemente habrá o se pretenderá que haya avances. Pero los socioliberales no se cuestionan los poderes con los que van a tener que lidiar. Tampoco Podemos se pregunta al manos en público, que asuntos les va a exigir a cambio, la Unión Europea y el Banco Central Europeo. Que va a ocurrir con la deuda y la austeridad impuesta. Tampoco los partidos del "cambio" están discutiendo que medidas tomar ante la próxima recesión financiera y repunte de la crisis económica que nos viene. El posible repunte del paro, los cierres y la pobreza, no figura en su panorama político cortoplacista. Medidas antineoliberales son necesarias, pero de verdad, al objeto de resolver los problemas de las personas.

Las cúpulas del socioliberalismo, pueden poner alguna tirita e intentar pactar con el sistema alguna cesión o compensación, pero lo que nunca van a hacer es cuestionar la estructura de poder del propio sistema y el acuerdo con Ciudadanos es la prueba más palmaria. La base oligárquica de poder no democrático establecido en el estado español y de la que la corona es  garantía. El poder del IBEX, el poder de los banqueros y el poder de los oligarcas está garantizado y no cuestionado. Por eso es imprescindible una estructura socialista democrática que si se cuestione el poder de nuestra City y nuestro Wal Street, que es el poder del Centro Financiero de Madrid, el stablishmen de Madrid, el poder de las burguesías nacionales de otras zonas del estado, el poder de los bancos y el poder no electo oligárquico de las familias de siempre. El poder de la Iglesia Católica, no solo de imposición de su moral, sino como potencia económica. Todos estos poderes se pueden cuestionar desde la democracia, precisamente por qué no son democráticos.

Por eso el PSOE no puede ser un instrumento útil. Por eso los socialistas hemos de construir el espacio político, el partido, que se plantee el alcanzar la democracia y por eso las organizaciones de clase, ya sean partidos, sindicatos, mareas o movimientos, no pueden vivir de espaldas o al margen unos de otros, eso es una falacia, que tan solo beneficia a los poseedores. Nadie con algo poder representa el socialismo de clase y democrático capaz de cuestionar el poder del 1% contra el 99%, el contra-poder de la clase obrera y sus aliados organizados. Por eso desde el Colectivo Francisco Largo Caballero llamamos a la organización socialista en torno a las y los socialistas independientes y enfrentados al neoliberalismo, en principio y al capitalismo y sus instrumentos de poder y de control económico y bélico. Al objeto de poder acompañar a las clases populares y trabajadoras en la construcción de un sujeto político muy diferente.

*El colectivo Francisco Largo Caballero está constituido por militantes y activistas socialistas republicanos y de izquierdas, militantes sindicales, de las mareas y los movimientos sociales. Activistas igualmente en partidos socialistas alternativos y corrientes sindicales, ubicados en la en la izquierda.