Hoy, después de casi tres años en que se terminaron de construir, se sortean 65 viviendas sociales en San Antonio. Decimos bien, se sortean, literalmente. Un derecho básico, humano, fundamental para nuestro desarrollo personal, es sorteado, rifado por un Gobierno de Canarias, con la connivencia del Ayuntamiento de La Orotava, absolutamente insensibles con las situaciones de precariedad, empobrecimiento y exclusión de una gran parte de la población.

El acto de hoy no es más que un eslabón en el esperpéntico mercadeo de votos en que se ha convertido este sistema. Después de tres años, con cientos de familias esperando, viviendo las angustias de desahucios, alquileres impagables, hacinamiento en viviendas, en casas que no alcanzan, ni por asomo, las mínimas condiciones de habitabilidad, han alargado este proceso hasta donde han podido, con la clara intención de acercar este acto a las próximas elecciones que se celebrarán dentro de diez meses.

Hoy hemos vivido una situación lamentable y bochornosa. Este ayuntamiento y el gobierno de Canarias siguen humillando a las personas sin recursos tratándonos como ganado, exhibiéndonos públicamente y criminalizándonos rodeándonos con cuerpos de seguridad del estado y la utilización de un helicóptero de la Guardia Civil, además de Policía Local y Protección Civil. A las personas que solicitaban su derecho a una vivienda se les obligaba a entrar completamente solas, sin ningún acompañamiento a pesar de la tensión acumulada, ni tan siquiera a personas mayores o con dificultades para valerse por sí mismas. Asistimos a un trato inhumano por parte de las funcionarias del estado. Se nos obligó a estar de pie en la calle durante horas, a la espera de ser nombradas en una lista interminable, a la que éramos llamadas a voz en grito por nombres y apellidos, vulnerando así las leyes de protección de datos para la gente en exclusión que tramita cualquier recursos público. Al finalizar el sorteo la humillación se acrecentaba, con personas familias enteras envueltas en llanto ante la desesperación de ver esfumarse sus últimas esperanzas de acceder a una vivienda digna. Enfrentando a la gente de abajo entre las que habían “tenido suerte” en el sorteo y las que no, desviando así la responsabilidad del Gobierno de Canarias y Coalición Canaria en La Orotava en este tema, con la connivencia de Partido Popular y PSOE en este dantesco espectáculo.

Este acto, el sorteo, de caridad institucional, choca de frente con los datos sobre el problema de viviendas que sufre La Orotava y, por extensión, toda Canarias. En nuestro municipio hay más de 500 familias que están solicitando una vivienda porque no tienen recursos para acceder a una casa. En frente, un número indeterminado de viviendas vacías, no ocupadas, que, en todo caso, es superior a las 1.500, según un estudio reciente del Grupo de Investigación sobre el Subdesarrollo y el Atraso Social (GISAS) de la Universidad de La Laguna. Casas sin gente y gente sin casas. Mientras numerosas familias viven en la angustia de no tener un lugar digno para vivir, existen miles de casas vacías que son la expresión más certera y limpia del injusto y desigual sistema que sigue empobreciendo a nuestra población con el único propósito de mantener los privilegios de los de siempre: de los que más tienen.

Con estas míseras sesenta y cinco viviendas y, aún peor, con el anuncio de que en los próximos años es muy improbable que se construyan más viviendas sociales en La Orotava, se pretende, como mucho, poner una pequeña tirita en la gran herida social que significa la falta de una vivienda o el hacer frente a un desahucio (que en La Orotava los hay, aunque nadie se entere ni nadie quiera reconocerlo o, también, que algunos intenten taparlos). Esto no soluciona, ni por asomo, este problema. Es sólo un arma más de propaganda de los políticos que gobiernan Canarias, que pretenden hacernos creer que se preocupan por la situación de nuestro pueblo, tratando de maquillarse con un ligero toque de preocupación social, y tapar la boca de los de abajo con esta migaja del gran pastel que es la gestión de nuestros dineros.

Enfrente, también, más de 1.500 viviendas en La Orotava que están en manos de bancos y de constructoras (según el Padrón del IBI) que, a su vez, también están en manos de los bancos, porque su financiación y mantenimiento depende de ellos. Los grandes beneficiados de esta mal llamada crisis, a los que hemos reflotado con nuestro dinero, por imposición del Gobierno del Estado español, son los que acaparan miles de viviendas en La Orotava.

Exigimos derechos, no limosnas, ni rifas, ni loterías, ni sorteos. Exigimos viviendas dignas para todas las personas. En La Orotava, en Canarias, nos sobran viviendas. Que se expropien viviendas vacías en manos de los bancos y se pongan a disposición, con alquileres sociales conforme a los recursos de cada una, de las familias y las personas que las necesiten.

NO MÁS GENTE SIN CASAS. NO MÁS CASAS SIN GENTE

Asamblea Vecinal de La Orotava.

A 15 de julio de 2014