No es solamente el espectáculo vergonzoso de la banca manejando según le conviene a la Justicia y al Gobierno y a quien haga falta en este estado español, no es tampoco la monumental estafa hipotecaria o la especulación financiera o las preferentes, ni es lo que se va sabiendo del DANSKE BANK en Estonia, o los Dividendos Black, o la manipuolación del Libor o... Todo esto y más son las muchas facetas de la colosal operación del delito que la banca internacional tiene montado en todo el mundo, al servicio, como no, del neoliberalismo. Y esta vez toca referirnos a la miserable inactividad de quien tiene el deber de controlar, los reguladores. Francisco Morote, de Attac Canarias escribía sobre este asunto en 2009, en REBELIÓN y recuperado hace poco en La casa de mi tía y el propio orote nos aporta este otro tremendo -por lo que dice- artículo de Michel Roberts en SIN PERMISO, reproduciendo, traducido por G. Roberts, desde el blog personal del autor. Y, leyendo y viendo todo esto, la conclusión no es más que una y la grito yo;Chema Tante: la banca privada debe ser reducida, juzgada, condenada y suprimida, para que sea solamente la banca pública quien se ocupe, sin ánimo de beneficio, de la intermediación financiera. Como dice mi amigo Paco Morote, soñemos lo imposible; y hagamoslo realidad.