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viernes, 26 de abril de 2024 15:48h.

El neoliberal Draghi, falto de ideas, sigue con sus inútiles experimentos - por Chema Tante

Draghi, invocando la inspiración divina

Cada cierto tiempo, el angelical presidente del BCE, Mario Draghi, comparece ante el mundo y larga una serie de medidas, según él, definitivas para conseguir estabilizar la economía. Imperturbable, no asume, en cada aparición, que sus anteriores decisiones no sirvieron para nada y cosa ninguna.

El neoliberal Draghi, falto de ideas, sigue con sus inútiles experimentos - por Chema Tante

Cada cierto tiempo, el angelical presidente del BCE, Mario Draghi, comparece ante el mundo y larga una serie de medidas, según él, definitivas para conseguir estabilizar la economía. Imperturbable, no asume, en cada aparición, que sus anteriores decisiones no sirvieron para nada y cosa ninguna.

Este tipo, como el resto de sus colegas tecnócratas neoliberales, parece no poder entender que su proiblema es que defienden unas teorias paridas en función únicamente del enriquecimiento de las gentes ya ricas, pero que cuya eficacia jamás y nunca han sido demostradas en la práctica. Más bien todo lo contrario. Claro, esta turba atolondrada de economistas se ha sentido satisfecha porque, en el corto plazo, sus recetas austeritarias consiguen el efecto que realmente buscan: enriquecen más a la gente ya rica. Lo que pasa es que esa nueva riqueza amasada es en grandísima parte dinero artificial, ese dinero creado en las bolsas y los bancos, que no representa nada material. Y, en esa estúpida obsesión por el dinero, lo cierto es que la economía ni se reanima ni sale del marasmo en que se encuentra. Porque esta insalla necia de economistas siguen basando su actuación en el monetarismo, es decir, en la especulación, no en la producción de bienes y servicios.

Otra vez, Draghi ofrece barra libre a la banca, que verá así solucionado su problema de insolvencia. Nadie se detiene a considerar que las anteriores cataratas de perras derramadas sobre la misma banca hoy insolvente, desaparecieron en misteriosos, o no tan misteriosos, sumideros.

Por eso, este nuevo invento de Draghi, estas retumbantes seis medidas que anuncia Draghi seguiran la misma suerte que sus anteriores, la inanidad fracasada. Ni siquiera quienes se lleven crudo ese nuevo dinero, sentirán que su economía haya mejorado.

Este gentuallo no quiere entender que las inyecciones de dinero contable no curan ninguna economía. El problema, contra lo que dicen por ahí tantos empresarios sandios, no es, simplemente, abrir el grifo del crédito. No basta con que las empresas tengan dinero para operar. Hace falta también que tengan algo en que operar, algo que producir, que se pueda vender.

Draghi, como el resto de la horda neoliberal no quieren saber que no hay nada que inventar. Qué está todo inventado. Se trata de eliminar el imbécil, además de cruel. austeritarismo. Se trata de invertir en gasto social (sí, es invertir, porque el gasto social, además de justo, reanima la economía) y de invertir en proyectos públicos rentables. Y financiar eso, no con dinero artificial, contable, parido de la nada por el banco central, sino con pasta recaudada de la presión fiscal sobre quién la pasta tiene. Y, de paso, aliviar de carga tributaria al consumo y a las rentas bajas. Porque, lo repetiré sin cansarme, cada céntimo que se le deje en manos de una persona pobre, va al consumo, vuelve a la economía real; y cada centimo que se deje en las garras de una personsa rica, va a la especulación, se multiplica en dinero de monopoly.

No hay nada que experimentar, es suficiente con usar la cabeza. Quien la tenga, claro.