Una oscura tumba isleña: el destino de la víctima más joven de la mortal ruta migratoria de la UE - por Ashifa Kassam
Una oscura tumba isleña: el destino de la víctima más joven de la mortal ruta migratoria de la UE
Ashifa Kassam
THE GUARDIAN
El caso de Alhassane Bangoura en Lanzarote pone de relieve el fracaso en toda Europa de las políticas de migración, mientras las autoridades luchan por hacer frente a la magnitud de las muertes
Con menos de un metro de largo y cubiertas por el suelo de color ocre que salpica la isla canaria de Lanzarote, grandes piedras rodean el pequeño montículo. No hay lápida ni placa; No hay nada oficial que indique que este es el lugar de descanso final del bebé que se cree es la víctima más joven de una de las rutas migratorias más mortíferas del mundo.
En cambio, dos ramos de margaritas de plástico adornan la tumba, junto con un cuenco de granito grabado con su nombre, Alhassane Bangoura, insinuando el impacto que tuvo su historia en muchas personas en toda la isla.
Su madre, originaria de Guinea, estaba entre tres mujeres embarazadas que se unieron a otras 40 en una balsa inflable que salió de Marruecos a principios de enero de 2020. Después de quedarse sin combustible, la endeble balsa quedó a merced de las corrientes del Atlántico durante tres días.
"Estaban impulsados por la desesperación", dijo Mamadou Sy, concejal municipal del Partido Socialista en Lanzarote. “Nadie se subiría a uno de estos barcos si tuviera un poco de esperanza en su propio país. Nadie lo haría”.
Mamadou Sy, quien dice que las personas que realizan la peligrosa travesía están “impulsadas por la desesperación”. Fotografía: Gerson Díaz/The Guardian
En lo que va de año, un un récord de 35.410 inmigrantes y refugiados han llegado a las costas de las Islas Canarias: un aumento del 135 % con respecto al año pasado. año. Más de 11.000 de ellos aterrizaron en la pequeña isla de El Hierro, hogar de sólo 9.000 personas.
El aumento de quienes se arriesgan a recorrer la peligrosa ruta ha transformado el archipiélago en un microcosmos de la tensión más amplia que se desarrolla en toda la UE mientras las autoridades luchan por lidiar con los cuerpos de quienes mueren en el camino. Una investigación de The Guardian en colaboración con un consorcio de periodistas ha descubierto que refugiados y migrantes están siendo enterrados en tumbas anónimas en toda la UE a una escala sin precedentes fuera de la guerra.
En septiembre, la alcaldesa de Mogán, un municipio de la isla de Gran Canaria, expresó las tensiones que en ocasiones han surgido cuando los funcionarios de toda la UE enfrentan este problema, anunciando que ya no usaría su presupuesto para cubrir el costo del enterramiento. refugiados y migrantes que se encuentran a lo largo de las costas que apuntalan el municipio.
“Cuando mueren en alta mar, es responsabilidad del Estado”, dijo a la prensa Onalia Bueno, en rechazo a una ley española que exige que los municipios paguen las facturas de las personas que mueren dentro de su jurisdicción y que no están identificadas o cuyas familias no pueden cubrir los costos.
En el cementerio municipal de Teguise, en la isla de Lanzarote, hay más de 25 tumbas anónimas en un terreno que contiene unas 60 tumbas en total. Fue aquí donde fue enterrado el bebé Alhassane. Su madre lo había dado a luz mientras el desvencijado barco se inclinaba contra las feroces olas del Atlántico; Los que estaban a bordo dijeron más tarde a los medios que nunca escucharon llorar al bebé.
El cementerio de Teguise. Fotografía: Gerson Diaz/The Guardian
Su cuerpo estaba frío cuando el barco fue rescatado, dijo un portavoz de los servicios de emergencia. Fue trasladado al hospital más cercano pero al llegar fue declarado muerto. Su cuerpo fue llevado a las autoridades judiciales como es práctica habitual en España con los inmigrantes y refugiados que mueren en el mar o a su llegada.
La madre de Alhassane, que estaba inconsciente cuando fue rescatada, fue enviada más tarde a Gran Canaria, a unos 200 kilómetros (125 millas) de distancia, donde una ONG había aceptado cuidarla. Pero el sistema judicial español aún no había entregado el cuerpo de su hijo, un proceso que puede durar hasta ocho meses en Lanzarote.
El funeral tuvo lugar el 25 de enero. “No pudo asistir al funeral”, dijo Laetitia Marthe, una de las que lucharon sin éxito para que se permitiera asistir a la madre de Alhassane. "Básicamente, se les trata como números".
En cambio, Marthe estuvo entre el puñado de personas que asistieron al funeral en su nombre.
La tumba de Alhassane, que aún no tiene identificación formal. Fotografía: Gerson Diaz/The Guardian
Los funcionarios judiciales se habían puesto en contacto con la madre para comprobar el nombre del bebé, dijo Eugenio Robayna Díaz, concejal municipal responsable de los cementerios de la ciudad de Teguise. Pero no sabía por qué el nombre no había llegado a la tumba.
Julie Campagne, antropóloga afincada en Lanzarote, pidió que se marcara la tumba del bebé con una placa. “Estamos siendo testigos del proceso de olvido en tiempo real. Y esta pérdida de memoria conlleva una elusión de nuestra responsabilidad por lo que está sucediendo”.
En términos generales, en todo el mundo siempre hay una pequeña fracción de personas que mueren y nunca son identificadas, añadió. “Pero eso no es lo que está pasando aquí. Esto sucede por razones específicas. Esto está sucediendo debido a las decisiones políticas de nuestros gobiernos”.
Si bien la madre de Alhassane no pudo asistir al funeral, lo que finalmente llegó a su tumba fue una piedra lisa, pintada por ella en amarillo y rojo y traída allí por quienes viajaron desde Gran Canaria poco después del entierro. Escrito en la piedra había un mensaje para su hijo.
Más de tres años de lluvia han arrasado gran parte de lo que había allí, pero Marthe copió el mensaje con la esperanza de algún día agregarlo a un marcador formal del sitio. “Te extrañaré mucho mi bebé”, se lee. "Te amo."
Este artículo forma parte de una investigación más amplia::
* Gracias a Ashifa Kassam y a THE GUARDIAN
