Periodismo y sentido común, en EL ESPEJO CANARIO
El Señor Francisco Javier Chavanel (yo suelo apear el tratamiento, pero como este señor concede importancia a ello, se lo respetaré en esta ocasión) suele aplicar, en su EL ESPEJO CANARIO una fórmula encomiable. Es justo reconocer que, cada vez que se plantea un tema, el programa procura dar voz a todas las posiciones. Todas las partes pueden, directamente o por medio de correos y mensajes, opinar. Lo que ocurre es que, cuando algún tema le interesa particularmente al conductor del espacio, el señor Francisco Javier Chavanel utiliza su derecho a la última palabra para dar categórico carpetazo al asunto, arrimando el ascua a su peje, sin mayor argumentación.
Este viernes 7 de junio, el señor Chavanel y su colega el señor Rey Pitti, comentaron unas para mí muy sensatas declaraciones del economista Gay de Liébana, criticando la estrategia de precios baratos en el turismo canario. Ambos periodistas no están de acuerdo con ello, a lo que tienen perfecto derecho, por supuesto. Pero están obligados a refutar los argumentos ajenos con otros propios. Pero no lo hicieron. Se agarraron al subterfugio de quien no tiene cómo apoyar la crítica. Optaron por la descalificación y la mofa "Éste no sabe de lo que está hablando, éste no sabe lo que ocurre en Canarias". "Este señor está endiosado"
Como quiera que yo estoy convencido de que buena parte de nuestros males nos vienen del desastroso enfoque desarrollista y masivo que se le ha dado al turismo, inmediatamente mandé un mensaje al programa.
Le decía yo:
Señor Chavanel:
Endiosado estará Gay de Liébana. No lo sé. Pero dice una verdad como un templo. Quienes están equivocados son ustedes. En marketing, el cliente que no interesa, no interesa, de ninguna manera. Cuando competir por clientes "de alpargata" (lo dice usted) significa que el destino pierde más que lo que recibe, mejor cerrar el negocio.
Pero no hace falta, cerrar el negocio. Basta con aplicar las estartegias adecuadas. Hay procedimientos para atraer al turismo rentable. Es lago de contar, y usted no me lo va a leer. Pero, desde luego, no se puede despachar a nadie con eso de que "no sabe de qué habla". Es una práctica de ignorantes. ¿O me va a decir que Enrique Rey Pitti sabe algo de marketing, algo de turismo?