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sábado, 27 de abril de 2024 14:04h.

ESPAÑA, ELECCIONES 23 J RADIOGRAFÍA DE VOX Y SU "AGENDA DE INTOLERANCIA", SEGÚN EL DIARIO DE CENTRO-DERECHA PRO PP

El 23 J abrasa a la formación de Abascal - Vox, al borde del precipicio: el sector más ultra sumerge al partido en la mayor crisis de su historia - por Luis Villajos

 

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Francisco Morote, de Atta Canarias, recomienda este artículo y aporta el antetítulo

El 23 J abrasa a la formación de Abascal - Vox, al borde del precipicio: el sector más ultra sumerge al partido en la mayor crisis de su historia - por Luis Villajos, REPÚBLICA

La marcha de Espinosa de los Monteros tras perder los liberales el pulso ideológico con la facción más ultracatólica y fanática, encabezada por Buxadé, supone un duro golpe a una formación que ha pasado de amasar un considerable poder territorial tras el 28M a caer prácticamente en la irrelevancia a nivel nacional el 23J

 


 

Vox, al borde del precipicio: el sector más ultra sumerge al partido en la mayor crisis de su historia

EFEJorge Buxadé e Iván Espinosa de los Monteros.

Vox se ha embarcado en una desconcertante montaña rusa de emociones en los últimos meses. De la euforia del 28M tras hacerse con un inmenso poder territorial de la mano del PP a darse un batacazo electoral el pasado 23J, perdiendo su principal baza, ser la llave de gobierno para que Alberto Núñez Feijóo pudiera alcanzar la Moncloa. Sin tiempo a recuperarse de este desastre, las costuras del partido han comenzado a abrirse esta semana con dos dimisiones, una de ellas la de Iván Espinosa de los Monteros, a causa de una cruenta batalla interna desatada en su seno entre la facción más ultracatólica y falangista y el sector más liberal. 

En la noche del 28 de mayo, la alegría inundaba la sede de Bambú 12 tras dar Vox un golpe sobre la mesa que reconfiguró el tablero político nacional: más de 140 gobiernos municipales, tres ejecutivos autonómicos en coalición con el PP -Extremadura, Comunidad Valenciana y Aragón- y la presidencia de tres parlamentos regionales.

Menos de dos meses después, las generales del 23J arrojaron un jarro de agua fría al partido de Santiago Abascal al dejarse 19 escaños y 623.235 votos respecto a los últimos comicios, lo que dejó a la suma de PP y Vox a siete escaños de la mayoría absoluta. Un pésimo resultado que, por si fuera poco, dejaba además la puerta abierta a que Pedro Sánchez pueda formar gobierno, siempre que cuente con el permiso de Junts de Carles Puigdemont.

El pasado domingo el partido de ultraderecha sorprendía con un comunicado en el que se abría a 'regalar' el apoyo de sus 33 diputados al popular Alberto Núñez Feijóo, renunciando a entrar en su Gobierno y allanando el camino de su investidura. Un anuncio que dejaba en papel mojado todas las promesas y amenazas que había vertido durante la campaña bajo la consigna de "No regalaremos nuestros votos".

Sus pactos autonómicos y municipales con el PP, los perfiles elegidos para dar la batalla cultural desde las instituciones -antivacunas, negacionistas de la violencia machista y el cambio climático, antiabortistas, homófobos y toda suerte de conspiranoicos y fanáticos-, la apelación al voto útil por parte de Feijóo o la movilización del votante de izquierdas ante la posible vuelta de una 'España en blanco y negro' explican en parte la factura que han pasado los últimos comicios generales a Vox.

El 23J convirtió a España en una excepción, una isla que ha puesto freno, al menos de momento, a la oleada reaccionaria que sigue extendiéndose por toda la Unión Europea.  En 17 de los 27 países del club comunitario, las principales formaciones ultraconservadoras crecieron en las últimas elecciones, amansando más votos que en las anteriores. Además, las formaciones de extrema derecha integran los gobiernos de cinco países de la UE - Italia, Hungría, Finlandia, Polonia y Letonia- y cuentan con representación parlamentaria en 22. Un imparable avance por el Viejo Continente en un terreno abonado por la pandemia, la inflación, la guerra de Ucrania o la crisis energética que no termina en España de llegar al electorado.

Guerra interna de familias

Un declive que se ha acentuado con la salida del partido de su hasta ahora portavoz en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros. Su marcha, que se suma a la de Macarena Olona hace ya un año o al posterior relevo de Javier Ortega Smith como secretario general, no es una más, Espinosa de los Monteros ha sido una de las figuras clave del partido de ultraderecha desde su fundación y apoyo incondicional de Abascal.

Tan solo dos días después, el médico provacunas de Vox, Juan Luis Steegmann, renunciaba también a todos sus cargos en la dirección nacional de Vox y anunciaba que no recogerá el acta de diputado que le correspondía tras la salida de Espinosa de los Monteros. Steegmann, que fue la voz de Vox durante la pandemia, se alzó como firme defensor de las vacunas contra el COVID-19, lo que le costó numerosas críticas por parte de votantes y simpatizantes de la formación de ultraderecha.

Aunque Espinosa de los Monteros no hizo referencia alguna en su despedida el martes en la Cámara Baja, su dimisión abre una nueva grieta en el partido que pone en evidencia una batalla interna de un pulso ideológico en la que el sector más ultraliberal, del que formaba parte Espinosa de los Monteros, ha quedado laminado por el sector más integrista y ultracatólico, encabezado por Jorge Buxadé, vicepresidente de Acción Política.

Jorge Buxadé, Santiago Abascal y Ignacio Garriga en un acto en el barrio barcelonés de Torre Baró. EFE

En tiempo récord, Buxadé se ha hecho con los mandos del aparato de la formación, ha cercenado cualquier atisbo de crítica interna además de purgar de las listas del Congreso a 13 de los 52 diputados que en 2019 obtuvieron escaño intentar ahuecar de la Asamblea de Madrid a la esposa de Espinosa de los Monteros, Rocío Monasterio.

A diferencia de Espinosa de los Monteros, algunos de los purgados por el núcleo duro de Vox no se han mordido la lengua sobre la situación interna la formación. Uno de ellos, el economista Rubén Manso se ha mostrado esta semana tajante sobre la deriva ideológica del partido: "Vox no tiene futuro". En un artículo publicado el martes en Vozpopuli, el exdiputado lamenta que tras el batacazo del 23J “hemos pasado de la derechita cobarde a la derechona llorona” y advierte de que Vox  puede acabar convertido “en un partido de nicho” en lugar de un partido de Gobierno. "Si lo que queremos es tener 15 o 20 escañitos que nos permitan alcanzar la edad de jubilación, eso ya es otra cosa”, denuncia.

Otro de los purgados, el periodista Víctor Sánchez del Real, culpó, el miércoles en una entrevista en RTVE, de la marcha de Espinosa de los Monteros a los "experimentos" que están teniendo lugar en la formación de Abascal que han dado lugar a resultados "distintos" para el partido, entre los que señaló la abstención y la transmisión de votantes al PP. En unas declaraciones ese mismo día a El Mundo, el exdiputado añadía que “a día de hoy los que defendían unas determinadas ideas se han marchado de forma voluntaria, y otros están fuera sin saber por qué”.

Sin embargo, la cúpula permanece atrincherada y niega que el partido esté inmerso en ninguna crisis sino que todo es producto de una "campaña de acoso, manipulación, mentiras y derribo" por parte de los medios para dañar a la formación.

Aunque a nivel interno no está en cuestión el liderazgo de Abascal, sí lo están algunas de sus decisiones y estrategias y especialmente los integrantes de un núcleo duro cada vez más reducido. Un círculo del que forman parte Enrique Cabanas, vicesecretario de Presidencia y amigo de Abascal desde los primeros años de la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes) y el periodista Kiko Méndez-Monasterio. Ellos tres toman las principales decisiones de la formación, aunque cada vez más influenciados por Ignacio Garriga, el relevo de Ortega Smith al frente de la secretaría general,  y en menor medida por el propio Buxadé.

La posibilidad de que si Sánchez consigue formar Gobierno, Vox quede reducido a la irrelevancia en una legislatura en la que además ha perdido el poder de presentar mociones de censura ni recursos ante el Tribunal Constitucional suponen un serio aviso para el futuro del partido. Muchas voces ya comienzan a advertir de que si no se reconduce la situación, Vox podría seguir los pasos de otras formaciones surgidas en la última década que emergieron y se diluyeron con la misma rapidez como UPyD o Ciudadanos u otras que van camino a ello como Podemos.

La irrupción de Vox

Echando la vista atrás, de los cuatro rostros que aparecían sonrientes en una fotografía de finales de abril de 2019, meses después de que Vox comenzara a despuntar, tres han sido ya desplazados -Espinosa de los Monteros, Ortega Smith y Monasterio- dejando únicamente a Abascal, su presidente y marca de la formación ultra. Por el camino también ha caído Macarena Olona, su implacable portavoz en el Congreso y responsable de algunas de las victorias del partido a nivel judicial al tumbar con sus recursos ante el Tribunal Constitucional los dos estados de alarma y el cierre del Congreso por la pandemia.

Imagen de 2019 en la que aparecen Iván Espinosa de los Monteros, Santiago Abascal, Rocío Monasterio y Javier Ortega Smith. EUROPA PRESS

Pero no todo fueron éxitos en los inicios de la formación de ultraderecha que nació como una suerte de escisión del PP. Tras casi dos décadas en las filas populares, Abascal junto a exmilitantes del PP y víctimas del terrorismo como el exfuncionario de prisiones secuestrado por ETA José Antonio Ortega Lara o el europarlamentario popular Alejo Vidal-Quadras fundaron Vox en 2014 para recoger, de cara a las elecciones europeas de ese mismo año, el voto de la derecha “desencantada y decepcionada” con Mariano Rajoy por incumplir su programa electoral. Ya un año antes, en 2013, Abascal había roto con su partido tras acusarles de traicionar los principios de la formación por su actuación ante los casos de corrupción que salpicaban a los populares y por su política antiterrorista frente a ETA, así como su estrategia ante los nacionalismos vasco y catalán.

Sin embargo, los inicios de la nueva formación no fueron muy prometedores y tardó en despegar tras deambular durante varias citas electorales por la senda de la irrelevancia política. Su suerte cambió definitivamente el 7 de octubre de 2018 en Vistalegre durante un acto en el que Vox y Abascal sorprendieron en una exhibición de músculo ante más de 10.000 personas. Era su desembarco en la política nacional y la puesta de largo de las principales propuestas de su proyecto político, entre ellas algunas no exentas de polémica como la negación de la violencia machista o la devolución de los inmigrantes ilegales a sus países de origen.

Vox reventó Vistalegre en 2018.

Vox cosechó su primer gran éxito electoral en los comicios andaluces tan sólo dos meses después. Los de Abascal irrumpieron en el Parlamento autonómico con doce escaños y casi 400.000 votos, convirtiéndose a su vez en un actor clave en el cambio de rumbo político en esta comunidad al dar su apoyo a un Gobierno de coalición de PP y Ciudadanos y propiciando, 37 años después, el desalojo del PSOE del Palacio de San Telmo.

La repetición electoral del 10 de noviembre de 2019 desbordó sus expectativas. Vox irrumpió como tercera fuerza del Congreso con 52 diputados y más de 3,64 millones de votos. Un hito para el partido de extrema derecha con el que no se conformaría; Abascal estaba dispuesto a llegar más lejos y dar el salto a los gobiernos autonómicos y municipales. Las elecciones de Castilla y León de 2022 supusieron otro punto de inflexión en la trayectoria de la formación verde al no ceder ante el PP y exigir entrar en el Gobierno de Alfonso Fernández Mañueco. Dicho y hecho. La derecha radical entraba en su primer Ejecutivo autonómico con una vicepresidencia, tres consejerías y la presidencia de las Cortes.

Tras pinchar el año pasado en los comicios andaluces, al igual que ya le ocurrió un año antes en las elecciones del de 4 de mayo de 2021 en Madrid, dos territorios donde Vox regaló sus votos al PP a cambio de nada, la formación ultra tomó nota y aprendió la elección adoptando como modelo la vía castellanoleonesa. Un guion que ha repetido en las pasadas elecciones del 28M al reivindicar que si sus votos son imprescindibles para constituir gobiernos autonómicos debe formar parte de ellos, como ha sido el caso de la Comunidad Valenciana, Extremadura y Aragón, o entrar en más de 140 ayuntamientos y hacerse con las presidencias de tres parlamentos autonómicos.

A golpe de polémica, ya sea negando la violencia machista, oponiéndose a los derechos de las personas LGTBI o atacando a los menas, Abascal ha convertido cada una de sus intervenciones en el Congreso en un mitin donde colar su 'agenda de intolerancia'. Su obsesión por acaparar el debate político le ha llevado a promover dos mociones de censura, pese a no contar con ningún viso de prosperar, la de 2020 y el esperpéntico episodio de 2023 con el 'viejo profesor' Ramón Tamames como candidato.

El profesor Ramón Tamames y el líder de Vox, Santiago Abascal, durante el debate de la moción de censura impulsada por Vox. EFE

El viento soplaba a favor de Vox de cara a las generales de 2023, viéndose convertido en llave de gobierno para Feijóo, hasta que la ciudadanía se expresó en las urnas: 13 escaños y 623.235 votos menos y la suma de la derecha y la ultraderecha por debajo de la mayoría absoluta. Un varapalo para la formación de ultraderecha, consciente de que si Sánchez gobierna quedará sumida en la irrelevancia y que incluso en caso contrario, una repetición electoral podría resultar mortal.

En este contexto, la marcha de Espinosa de los Monteros ha supuesto un duro golpe y un serio aviso de que si Vox no adopta medidas ante la batalla interna desatada en su seno podría encaminarse a una extinción a marchas forzadas.

 

Luis Villajos (Madrid, 1982) es subdirector de Republica.com. Lleva trabajando en este diario desde 2011, casi desde su fundación, en diferentes puestos y responsabilidades hasta su cargo actual Está especializado en información política, aunque también le interesan la actualidad internacional y los temas de denuncia social.

* Gracias a Luis Villajos, a REPÚBLICA y a la coaboración de Francisco Morote, de Atta Canarias 

https://www.republica.com/espana/vox-al-borde-del-precipicio-el-sector-mas-ultra-sumerge-al-partido-en-la-mayor-crisis-de-su-historia-20230812-13561953859/

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mancheta junio 23