Las acciones dinámicas de la UE en Georgia, Moldavia y Ucrania: preparadas para 'revoluciones de color' - por Erkin Öncan
Las acciones dinámicas de la UE en Georgia, Moldavia y Ucrania: preparadas para 'revoluciones de color'
Erkin Öncan
STRATEGIC CULTURE
Las posibles transformaciones en el Cáucaso Meridional están estrechamente ligadas a la estrategia de contención de Rusia, de forma muy similar a lo que ocurrió en Ucrania y Moldavia.
Georgia, que ha sido objeto de debates sobre su posible membresía en la Unión Europea (UE), espera con impaciencia la decisión que se anunciará hoy sobre su condición de candidato. El Presidente del Parlamento georgiano, Irakli Kobahidze, ha expresado optimismo de que se esté tomando una decisión positiva a favor del estatus de candidato de Georgia, mientras que el Primer Ministro Irakli Garibashvili destacó la importancia histórica de esta decisión y sus implicaciones para el futuro de Georgia en Europa.
Como se espera con impaciencia la decisión de la Comisión de la UE, la presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, pidió al público que se reuniera en Tbilisi después de que se revelara la decisión. Dijo: “Nos reuniremos mañana y reiteraremos que nuestro destino no está en Rusia sino en Europa, haciendo oír nuestra voz”.
El presidente Zurabishvili había adoptado previamente una postura firme contra el parlamento durante los debates sobre la “Ley de Transparencia de la Influencia Extranjera”, lo que llevó a que partidarios pro occidentales salieran a las calles del país. Durante su visita a Estados Unidos anunció que apoya a los activistas y tiene intención de vetar la ley.
En países ex soviéticos como Georgia, las relaciones con Occidente no son únicamente diplomáticas; a menudo implican una lucha entre políticas pro occidentales, a menudo de extrema derecha, y quienes abogan por vínculos estrechos con Rusia.
El presidente del Comité de Derechos Humanos del Parlamento de Georgia, Mikheil Sarjveladze, se refirió al proceso de adhesión a la UE como un medio para “liberar al país de la ocupación rusa”, subrayando la competencia política. Es evidente que las crisis políticas actuales en Georgia no se limitan a diversas leyes y medidas políticas, sino que también son parte de un esfuerzo más amplio para convertir el alguna vez prometedor “sueño georgiano” en una pesadilla potencial.
Además, el Servicio de Seguridad del Estado de Georgia (SSSG) emitió el mes pasado una advertencia sobre una posible “revolución de color” en el país. Según el comunicado, tres ciudadanos serbios llegaron a Georgia el 25 de septiembre, invitados por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), para impartir formación a determinadas “organizaciones no gubernamentales y activistas civiles” en un hotel de la capital, Tiflis. .
Se ha informado que los serbios que imparten educación con financiación de USAID están afiliados a la organización “Canvas”, que es una continuación del Movimiento Otpor, conocido por su importante papel en la caída de Yugoslavia. Además, según informes, los miembros de Canvas fueron interrogados y luego se les pidió que abandonaran el país.
Durante las protestas de marzo, los activistas afirmaron que las manifestaciones persistirían hasta que hubiera una garantía de que Georgia seguiría un camino prooccidental. Es evidente que la declaración de la inteligencia georgiana y la cuestión de la “membresía candidata a la UE” están alineadas en este contexto.
Lo más importante es que la inteligencia georgiana ha advertido que si la Unión Europea no concede al país el estatus de candidato a miembro, podrían comenzar acciones parecidas a una revolución de color en los próximos meses, potencialmente entre octubre y diciembre.
Las posibles transformaciones en el Cáucaso Meridional están estrechamente ligadas a la estrategia de contención de Rusia, de forma muy similar a lo que ocurrió en Ucrania y Moldavia. Hoy, la Comisión de la UE está deliberando sobre el estatus de estos dos países junto con Georgia. Ucrania y Moldavia ya han recibido una evaluación favorable y los líderes de la UE recibirán recomendaciones para iniciar negociaciones de adhesión con ellos.
Transnistria, actualmente considerada una región controlada por Rusia con fuerzas rusas y un importante arsenal de armas de la era soviética, está situada entre Ucrania y Moldavia. Se inclina por fomentar vínculos amistosos con Rusia.
En cuanto a Ucrania, la situación es evidente. A pesar de las contraofensivas infructuosas y las crecientes cargas económicas para Europa, los líderes de la UE siguen decididos en su compromiso de apoyar a Ucrania. Zonas asoladas por crisis como Gagauzia y Transnistria en Moldavia indican un escenario en el que los responsables de las políticas orientadas al Atlántico ya se están preparando. La derrota de los gobiernos prooccidentales en las elecciones locales podría acelerar este proceso.
Los puntos en común que comparten Georgia, Moldavia y Ucrania, todos ellos países de la ex Unión Soviética, en términos de revoluciones de color, aspiraciones europeas y tensiones con Rusia no son coincidencias. Estas tres naciones caen dentro del “cinturón de la revolución de color”. Georgia y Ucrania, en particular, tienen un vínculo único en este contexto, caracterizado por acontecimientos como la Revolución Rosa de 2003, la Revolución Naranja Ucraniana de 2004, la guerra de Osetia del Sur entre Georgia y Rusia de 2008, las protestas de Maidan de 2014 y nueve años de conflicto. en Donbás.
Aunque la Unión Soviética se ha disuelto, las naciones colectivas occidentales, bajo el liderazgo de Estados Unidos, persisten en su estrategia para posicionar a las ex repúblicas soviéticas frente a Rusia. Esta estrategia se ejecuta mediante una combinación de compromiso diplomático, sanciones y, en ocasiones, apoyo a revoluciones de color.
* Gracias a Erkin Öncan, a STRATEGIC CULTURE y a la colaboración de Federico Aguilera Klink
