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viernes, 26 de abril de 2024 10:00h.

Ayer maté a mi madre - por Antonio Cabrera de León

 

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Ayer maté a mi madre - por Antonio Cabrera de León *

Le tenía yo ganas a la vieja. Toda la vida diciéndome que fuera honrado y buena persona. Merecía la muerte, por redundante. Que me fijara en mi padre, decía, cuando que el tipo lleva diez años muerto y además murió pobre.

No aguanté más. La cogí despistada, sentada en su sillón, y le di un sartenazo en la cabeza con todas mis fuerzas. Cayó blandamente al suelo, sin suspirar siquiera. Creo que fue una muerte sin dolor. El problema fue mi hermano. No pensé que el nota estuviera en su habitación, pero estaba y oyó el sartenazo. Así que aunque yo me arrodillé junto a la vieja y fingí que intentaba asistirla, no me creyó. Seguramente ayudó a ello el que yo olvidara retirar la sartén del lugar del crimen.

Se empeñó en llamar una ambulancia ¿Para qué, si estaba muerta? Pero además me dejó claro que me denunciaría y colaboraría con el juez y el forense. Puto chivato. A él no podía matarlo con la misma arma. Tuve que recurrir a la prensa.

Para eso uno tiene sus contactos. Mucho empresario amigo, dueño de periódicos y radios, que comen de mis anuncios en sus medios y de mis colaboraciones en campañas publicitarias que organizan para equilibrar la cuenta de resultados.

Uno a uno los fui llamando, explicándoles mi mala suerte: justo el día que mi madre murió a causa de una caída accidental, mi hermano intenta extorsionarme presentándome una querella por asesinato. Un disparate. Con lo que yo la quería. Tranquilo, me dijeron, tú vela a tu madre que nosotros nos ocupamos. Buenos chicos.

Hoy la prensa no para de hablar del intento de extorsión a un importante empresario por parte de su hermano. La cara del criminal, así lo llaman, aparece en la portada de los principales periódicos. Va listo. Esta tarde lo han detenido. La esquela de mi madre se publica en las páginas correspondientes. Pagada por mí, claro. Su desconsolado hijo, que ruega una oración. El otro ni existe.

He organizado un bonito entierro. Asistirán todas las autoridades políticas. Lástima que mi hermano se lo pierda. Pero tengo planes para él. Lo sacaré de la cárcel mientras se investiga su delito de extorsión. Habiendo sido condenado por la prensa no debe seguir viviendo aquí. Le ofreceré una salida digna. Casa y trabajo lejos de aquí y yo me ocuparé de que no haya cargos contra él. Aceptará.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Antonio Cabrera de León

ANTONIO CABRERA DE LEÓN RESEÑA
ANTONIO CABRERA DE LEÓN RESEÑA

 

 

MANCHETA FEBRERO22