Fernando Clavijo tiene ahora mismo todo a su favor: ostenta la Presidencia del Gobierno de Canarias, con mando en plaza dentro de su partido, los populares de socio gubernamental a la par que en Gran Canaria están ausentes del poder (ni participan del consistorio capitalino ni del Cabildo) y el escaño de CC lo precisa en Madrid el PSOE. El lagunero es cortejado por populares y socialistas, que pelean entre sí para un puñado de consejerías. Mas el tablero político endiablado lo único que desprende para Clavijo es el beneficio de la prudencia en formato de quietud plácida por lo que resta de año. Como se le atribuye a San Ignacio, el primer jesuita, "en tiempos de tribulación, no hacer mudanza".

La cita europea en las urnas a primeros de junio servirá de termómetro para el bipartidismo. El PP pretende una victoria holgada que pasa necesariamente por la bajada de la extrema derecha (Vox). El PSOE aspira a ganar o, cuando menos, a un empate técnico que no sentencie el horizonte inmediato y deje la legislatura estatal tal como está; es decir, en la indigestión de Alberto Núñez Feijóo que no esperaba el no poder gobernar aun siendo el más votado. Las elecciones generales de 2023 pasarán a la historia como el reflejo de que es mejor darle escasa relevancia a las encuestas. Pedro Sánchez el domingo en su entrevista concedida a ‘El País’ advirtió de que los medios de comunicación abrumadoramente están escorados editorialmente a la derecha. Y los sondeos publicados en 2023 fueron munición ideológica a favor del PP a cuenta de ese consenso demoscópico (que resultó erróneo) pero que se gestó alrededor de la empresa dirigida por Narciso Michavila.

En clave europea, las urnas verificarán si se puede contener el avance de las ultraderechas continentales que en España representa Vox. Un peligro para la democracia. Sin embargo, en lo estatal, en el caso español, la primera lectura que se sacará esa noche es cómo quedan PP y PSOE entre sí. Y eso es lo que Clavijo tendrá presente para seguir escrutando su propio mapa en el presente mandato. Tiene las mejores cartas, y lo sabe. No dará un paso en falso hasta que se diriman todavía algunas lagunas sociopolíticas, si es que eso acontece dado lo complicado del escenario español.

Por otro lado, siempre tendrá a mano la tercera vía: desalojar al PP del Ejecutivo y contar con el respaldo parlamentario externo del PSOE. Una senda donde no tiene nada que perder. Si expulsa a los consejeros del PP, como hizo antaño con el PSOE comandado por José Miguel Pérez y Patricia Hernández, sabe de sobra que unos y otros querrán otra vez pactar con él pasado el disimulo del duelo político. Estamos ante un periodo de pausa.