Cómo Barbara Ehrenreich expuso la industria del 'pensamiento positivo' - por Sonali Kolhatkar

Aunque la difunta Barbara Ehrenreich fue mejor conocida por su libro más vendido de 2001 Nickel and Dimed: On (Not) Getting By in America , que relata los impactos en la vida real de la Ley de Reforma del Bienestar de 1996, hizo una contribución igualmente grande a la justicia económica con su libro posterior exponiendo el culto del pensamiento positivo.

Ehrenreich, quien falleció el 1 de septiembre de 2022 a los 81 años, había comenzado su vida profesional con un doctorado en biología celular. No relegó su periodismo a meros hechos. Profundizó tanto como pudo, a un nivel microscópico, para dar sentido al mundo. De Nickel and Dimed llegamos a la conclusión de que la gente no lo estaba logrando en Estados Unidos. Pero a través de su libro Bright-Sided: How Positive Thinking Is Undermining America nos dimos cuenta de que la economía estaba avanzando sin impedimentos por este hecho porque estábamos poniendo una cara sonriente en la desigualdad.

La Gran Recesión comenzó en 2007. Dos años después, en 2009, Ehrenreich publicó Bright-Sided . Dos años después, en 2011, comenzaron las protestas de Occupy Wall Street (OWS) en el parque Zuccotti de Nueva York y se extendieron por todo el país. Los participantes de OWS llamaron la atención sobre la marcada división económica entre los que tienen y los que no tienen, en este caso el "1 por ciento" más rico de los estadounidenses y el resto de nosotros, el "99 por ciento". No se podía poner una cara sonriente en la economía en ese momento.

La ideología y el negocio del pensamiento positivo

Fue durante este período que tuve el honor de entrevistar a Ehrenreich . Explicó que “hay toda una industria en los Estados Unidos que invirtió en esta idea de que si solo piensas positivamente, si esperas que todo salga bien, si eres optimista y alegre, todo estará bien . .”

Ehrenreich, que sobrevivió al cáncer, dijo que comenzó su investigación sobre la ideología del pensamiento positivo cuando tuvo cáncer de mama, aproximadamente seis años antes de que se publicara Bright-Sided . Fue entonces cuando se dio cuenta del fenómeno exclusivamente estadounidense que era darle un giro positivo a todo, incluso al cáncer.

Cuando buscó grupos de apoyo en línea de otras mujeres que luchan contra el cáncer, lo que encontró fue "exhortaciones constantes para ser positivo sobre la enfermedad, para ser alegre y optimista". Tal enfoque oscurece la pregunta central de "¿por qué tenemos una epidemia de cáncer de mama?" ella dijo.

Ella aplicó esa idea a cómo el pensamiento positivo oscurecía las cuestiones de la desigualdad económica. Y descubrió que se había construido toda una industria para asegurar a los estadounidenses con dificultades financieras que su pobreza se derivaba de su propio pensamiento negativo y que podían cambiar las cosas si simplemente visualizaban la riqueza, adoptaban una actitud positiva sobre su sombrío futuro y deseaban el dinero fluya en sus vidas. El centro de esta industria son “los entrenadores, los oradores motivadores, los carteles inspiradores para colocar en las paredes de la oficina”, y más, dijo Ehrenreich.

También conectó el surgimiento de la megaiglesia estadounidense con el creciente culto de los pensadores positivos. “Las megaiglesias no se tratan del cristianismo. Las megaiglesias se tratan de cómo puedes prosperar porque Dios quiere que seas rico”, dijo.

Joel Osteen, pastor de una megaiglesia con sede en Houston, es quizás uno de los líderes más conocidos del llamado evangelio de la prosperidad. En uno de sus sermones, convenientemente publicado en línea como un ingenioso video de YouTube para llegar a una audiencia máxima, Osteen afirma que de acuerdo con "las escrituras", "la riqueza de los impíos está guardada para los justos" y que "será puesto en manos de los justos”. Sus feligreses pueden verse tentados a imaginar transferencias bancarias de ateos adinerados mágicamente vertiéndose en sus cuentas.

Osteen ha sido el beneficiario de importantes transferencias de riqueza de sus propios feligreses a sus bolsillos, tanto que puede permitirse vivir en una mansión de $ 10 millones . No hay enigma aquí, porque Osteen es una prueba viviente para sus seguidores de que el poder del pensamiento positivo funciona.

Ehrenreich señaló que el objetivo de estas iglesias es crear una experiencia positiva para sus feligreses y proyectar una noción de posibilidades emocionantes. El fenómeno de las megaiglesias se centra en “la idea de que la iglesia no debe molestar. No querrás tener un mensaje negativo en la iglesia. Así que es por eso que ni siquiera encontrarás una cruz en la pared”.

Tal vez esto se deba a que la imagen de un Jesucristo ensangrentado, semidesnudo, clavado de manos y pies a una cruz de madera es demasiado dolorosa de soportar y podría restar valor a los sueños de futuros Ferrari y jets privados. “¡Qué deprimente sería eso!” exclamó Ehrenreich.

¿Dónde se originó el culto al pensamiento positivo? “La cultura corporativa estadounidense está saturada con esta ideología de pensamiento positivo”, especialmente en las décadas de 1990 y 2000, dijo Ehrenreich. “Creció porque las corporaciones necesitaban una forma de gestionar la reducción de personal, que realmente comenzó en la década de 1980”.

Las empresas que despidieron a una gran cantidad de empleados tenían un mensaje que Ehrenreich resumió como “te están eliminando… pero es realmente una oportunidad para ti. Es una gran cosa; tienes que ver esto positivamente. No te quejes, no seas llorón, no seas una víctima, etc.”

Tales sentimientos se filtraron en la corriente principal. Los estadounidenses internalizaron la idea de que perder el trabajo tiene que ser una señal de que algo mejor está por llegar y que " todo sucede por una razón ". La alternativa es culpar al patrón de uno, o incluso al diseño de la economía estadounidense. Y eso sería peligroso para Wall Street y las empresas estadounidenses.

Otro propósito de fomentar el pensamiento positivo entre los despedidos es, según Ehrenreich, “extraer más trabajo de quienes sobreviven a los despidos”. De hecho, tenemos una fea cultura de exceso de trabajo en los EE. UU., con empleados corporativos que han normalizado la idea de que necesitan trabajar hasta muy tarde, trabajar los fines de semana y asumir una gran cantidad de responsabilidades. Después de todo, aquellos que siguen empleados, a diferencia de sus antiguos colegas despedidos, deberían sentirse afortunados de tener un trabajo: un pensamiento más positivo.

Puede haber un punto de ruptura ahora, uno que Ehrenreich afortunadamente vivió para ver, ya que comenzó a surgir un nuevo conjunto de fenómenos desde que comenzó la pandemia de COVID-19. Incluyen la “ gran resignación ”, un término para referirse a masas de estadounidenses que renuncian a trabajos ingratos. Y, más recientemente, " renuncia silenciosa ", que es un nuevo nombre para una idea más antigua liderada por los sindicatos de "trabajar para gobernar", ya que los trabajadores están comenzando a dedicar solo las horas que se les paga para trabajar y no más. ¡Qué novela!

Tenemos una deuda de gratitud con Ehrenreich por arrojar luz no solo sobre la perversidad del sistema económico estadounidense, sino también sobre el diáfano velo de pensamiento positivo que disimula la obscenidad. Es posible que Ehrenreich no haya vivido para ver sus ideas de justicia económica realizadas plenamente. Pero, como le dijo una vez al New Yorker , “la idea no es que ganemos en nuestra propia vida y esa es nuestra medida, sino que moriremos en el intento”. •

Este artículo fue producido por Economy for All , un proyecto del Independent Media Institute .

Sonali Kolhatkar es la fundadora, presentadora y productora ejecutiva de “ Rising Up With Sonali ”, un programa de radio y televisión que se transmite por las estaciones Free Speech TV y Pacifica.

* Gracias a Sonali Kolhatkar, a THE BULLET y a la colaboración de Julián Ayala

https://socialistproject.ca/2022/09/how-barbara-ehrenreich-exposed-the-positive-thinking-industry/