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viernes, 03 de mayo de 2024 15:20h.

Crónicas libres del Mercadillo de Tegueste (13) La cultura - por Alba Piñol Farré

Esta mañana hemos llegado al  Mercadillo de Tegueste bastante pronto; o puede ser que los clientes, con tantos días de fiesta por en medio y tanta zaragata, han aprovechado para levantarse un poco más tarde y ocuparse más que de costumbre de sus retoños. Hay que decir que la mañana estaba esplendida, clara, con sol y temperatura elevada; los estantes, llenos de mercancía frescas y con gran variedad de colores con sus ensaladas, hortalizas y frutas locales del tiempo. Todas estas condiciones favorecían la comunicación entre agricultores y clientes que, entre los deseos de un excelente fin de año y sobre todo de un mejor 2013, permitía hablar de muchas otras cosas interesantes que, a priori, son ajenas al lugar, como intercambiar opiniones de todo tipo, hablar de valores humanos, creencias, lecturas,…

Crónicas libres del Mercadillo de Tegueste (13) La cultura - por Alba Piñol Farré

Esta mañana hemos llegado al  Mercadillo de Tegueste bastante pronto; o puede ser que los clientes, con tantos días de fiesta por en medio y tanta zaragata, han aprovechado para levantarse un poco más tarde y ocuparse más que de costumbre de sus retoños. Hay que decir que la mañana estaba esplendida, clara, con sol y temperatura elevada; los estantes, llenos de mercancía frescas y con gran variedad de colores con sus ensaladas, hortalizas y frutas locales del tiempo. Todas estas condiciones favorecían la comunicación entre agricultores y clientes que, entre los deseos de un excelente fin de año y sobre todo de un mejor 2013, permitía hablar de muchas otras cosas interesantes que, a priori, son ajenas al lugar, como intercambiar opiniones de todo tipo, hablar de valores humanos, creencias, lecturas,…

El Mercadillo que abrió sus puertas en julio de 2004, este año no ha organizado la tradicional, y casi anual, rifa entre sus clientes donde se sorteaban lotes de productos del Mercadillo y es comprensible, las cosas no están para rifas, aunque a cambio los agricultores agasajaban personalmente a sus clientes con algún presente que siempre es de agradecer.

Cuando nos íbamos el parking ya estaba lleno de coches, los estantes visitados con cantidad de clientes y dejamos el Mercadillo deseando a todos aquellos que conocíamos un feliz año 2013, coincidiendo todo el patio en que lo primordial era la salud y el trabajo. Ninguno de ellos añadió nada más a sus deseos.

Y hablando en el Mercadillo con David de literatura y el placer de escribir, me acorde del cuento  siguiente.

La historia dice que, en plena época de bienestar, un día un joven aprendiz a escritor autodidacta, quiso enriquecer su saber en el tema, perfeccionar el estilo, aguerrirse en la técnica y se dirigió a una escuela literaria privada –era lo que existís para un autodidacta– quién le pidió el oro del moro para poder acceder a su sabiduría. El muchacho tuvo que retirarse con mucho pesar, como tantos otros, a un aprendizaje en solitario o de manera casual con los consejos de alguna buena persona especializada.

En cuanto fue más conocido, o digamos que podía permitirse sobrevivir de lo que escribía, y siempre viviendo en nuestro mejor estado de bienestar, se dirigió a la directora de un centro cultural de Santa Cruz de Tenerife con la siguiente propuesta: él quería dar talleres de escritura gratuita a todas aquellas personas que estuvieran interesadas en dicho arte. A cambió, y para justificar la puesta a su disposición de una sala del centro esta le pagaba a nuestro escritor una cantidad mensual simbólica.

Pasaron varios años y muchos grupos de personas de todas las edades aprendieron los rudimentos y fórmulas necesarios a la escritura. Eran todos noveles y asistieron para saber construir un diálogo directo, asimilar una acotación, como definir los personajes o el tipo de narrador… Un día, debido a los recortes por parte del Cabildo, el taller de literatura fue anulado, quedando, también la enseñanza del buen escribir, acotada a la privacidad en detrimento de la escuela pública.

Otro ataque directo a la cultura es la supresión desde octubre, en este caso por parte del Ayuntamiento, de la Escuela de Música de Tegueste. Lugar donde nuestros jóvenes y no tan jóvenes aprendían y mantenían nuestro patrimonio dominando los instrumentos autóctonos y la tradición musical.

Pero esto se extiende también a la Escuela de Actores de Tenerife, que después de una lucha de meses de los alumnos contra el cierre de la Escuela han conseguido que siga abierta este año con una disminución considerable de presupuesto y para el año que viene…Esta decisión huele mal, fatal, probablemente a moratoria para el cierre total el año próximo.

En realidad, ninguna de las historias planteadas forman parte de mi imaginación, todas son reales y conocidas directamente por todos, nadie me las ha contado. Y para terminar. ¿Alguien puede imaginarse el “despilfarro” que suponía un taller de literatura gratuito, una Escuela de Música o la Escuela de Actores de Tenerife?

Decididamente también la cultura se está privatizando.