Buscar
miércoles, 01 de mayo de 2024 22:44h.

El Día Mundial para la Erradicación de la Pobreza - por Marcelo Rodríguez Santiago

El Día internacional para la erradicación de la pobreza se celebró por primera vez en París en 1987, cuando muchas decenas de miles de personas se manifestaron a favor de los derechos humanos y la libertad, en defensa de las víctimas de la pobreza, el hambre y la violencia,siendo reconocido por Las naciones Unidas en 1992.

El Día Mundial para la Erradicación de la Pobreza - por Marcelo Rodríguez Santiago *

El Día internacional para la erradicación de la pobreza se celebró por primera vez en París en 1987, cuando muchas decenas de miles de personas se manifestaron a favor de los derechos humanos y la libertad, en defensa de las víctimas de la pobreza, el hambre y la violencia,siendo reconocido por Las naciones Unidas en 1992.

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio son una iniciativa de Naciones Unidas,acordados en el año 2000 por los 189 países miembros para conseguir en 15 años erradicar la pobreza extrema y el hambre,enseñanza primaria universal,igualdad de género y autonomía de la mujer,reducir la mortalidad infantil,combatir el SIDA,sostenibilidad del medio ambiente y fomentar la asociación para el desarrollo.

Este día se debería denominar el de los Morituri,Difuntos Vivientes, porque la desnutrición infantil y la feminización de la pobreza llevan a la muerte por hambre a muchísimos miles de mujeres embarazadas y niños en la primera infancia.

De hambre no se muere nadie,porque no es una epidemia,los matan y el 5º mandamiento no tiene sello contra la pobreza y el hambre.

El hambre no es una maldición bíblica ni el ocaso de la Naturaleza, aunque el neoliberalismo nos conduce al infarto ecológico, es consecuencia de la gobernanza mundial neoliberal.

Los programas de ajuste estructural (ajusticidio) exigidos por el FMI a los países del Tercer Mundo y los actuales planes de austeridad de la Troika Financiera Europea(austericidio)empobrecen a la clase media, llevan a los sectores populares a la pobreza extrema y a la muerte a  muchos indigentes y desasitidos. Se caracterizan por la reducción del gasto público,privatización de los bienes del Estado,liberalización económica ,comercial y desregulación sociolaboral.

Con los Planes de ajuste estructural se llegó a prohibir a los países del Tercer Mundo las subvenciones y ayudas públicas a productos básicos, para paliar el hambre y los neoliberales de este país le han quitado la cartilla de la sanidad pública a más de un millón de personas.

El crecimiento económico es una falacia economicista y la moderación salarial un atraco más claro que el asalto a tren de Glasgow.

El crecimiento económico no es sostenible con la actual huella ecológica,la supervivencia y la vida digna de la población universal tiene que estar basada en acaparar menos y distribuir más; además estamos viendo como las grandes fortunas están creciendo siempre por encima del crecimiento económico, cuando éste ha sido casi nulo e incluso en recesión han crecido por encima del 6%;  con la crisis  aumenta el numero de ricos y a la vez son más ricos, mientras se extiende la pobreza llegando a cuotas insoportables de pobreza extrema.

Nos dice el economicismo neoliberal que para crearse empleo tiene que haber crcecimiento económico,para que haya crecimiento tenemos que ser competitivos y para poder competir  es necesaria la moderación salarial;cuando precisamente aumenta sin parar el desempleo, como consecuencia de la desregulación laboral y la facilitación del despido; además se reducen las plantillas a causa de la reforma laboral, aunque haya un crecimiento económico sostenido, por el trabajo precario la  flexibilización  de plantilla.

Los recortes en sanidad nos privan de la salud y la vida, los  bankaster nos quitan la vivienda  con los desahucios y nos roban el dinero con las preferentes y derivados financieros.

Esto sólo tendrá arreglo cuando se una la clase media y los sectores populares contra la oligarquía depredadora, a cuyo servicio está el neoliberalismo.

Marcelo Rodríguez Santiago

 

* Publicado con autorización del autor