Diario de Palestina, Viaje a la dignidad de un pueblo ocupado - por Juan Carlos de Sancho *

Los países grandes no deberían aplastar a  los más pequeños. Si lo hacen es porque tienen más codicia estructural, más dinero en circulación. Incluso  usan a Dios como excusa para su ilegal expansión, como un reclamo que justifique sus abusos cotidianos, sus exterminios, sus murallas, sus deseos de quedarse con todo, arrebatando a los verdaderos propietarios su territorio, sus viviendas, sus ancianos, sus hijos, sus mujeres, sus libros, sus canciones , su Cultura, su Dignidad.

A menudo los países grandes, ansiosos por ocupar ilegalmente otros países, rencorosos por haber sido perseguidos en otro tiempo y lugar, ejercen ahora venganza sobre los pueblos más desprotegidos, convirtiéndolos en chivos expiatorios para superar una frustración colectiva, repitiendo holocaustos en piel inocente y pacífica, propiciando el cruel dispositivo del odio y la maldad infinita.

Estos invasores envilecen el día a día con sus disparos indiscriminados, acusan de terroristas a niños que se defienden con palos y piedras mientras los ametrallan con total impunidad. Algunos, como Israel, se consideran "el pueblo elegido por Dios ", incluso con la connivencia de la ONU que refrenda su política de ocupación. El argumento del organismo internacional es que los derechos territoriales israelíes vienen acreditados por los mensajes bíblicos, como si la Biblia tuviera incorporada una jurisdicción internacional que todos los países deben acatar religiosamente.

Vuelo como un canario pacífico y sin jaula a los territorios palestinos ocupados, al 8º Encuentro Cultural y Educacional Palestino organizado por la autoridad Palestina con sede en Ramahla. Asistimos escritores de cinco países, Rusia, Francia ,Italia, España y la propia Palestina. Entramos por la frontera de Jordania y después de pasar el control de Israel y ser retenidos e interrogados tres integrantes del grupo, fuimos recibidos por la Autoridad Palestina.

 A un lado y otro de la guagua diviso los asentamientos israelíes que tanto daño hacen a la vista y al ánimo. Deduzco que el movimiento sionista es una forma de dictadura militar y que organizar dos Estados dentro de un mismo territorio compartido desde hace siglos, pese a la resolución de la ONU en 1948 y los Acuerdos de Oslo de 1983, es una decisión política improcedente, como lo pudiera haber sido en Sudáfrica si Nelson Mandela hubiera dividido su país en una franja para negros y otra para blancos. El dirigente sudafricano era un alma noble, compasiva, amante del perdón y la reconciliación nacional.

Mandela no cayó en la trampa de la división, alejó el odio del discurso político y buscó la pacífica conciliación de todos los ciudadanos, cualquiera que fuera su identidad racial, opción religiosa o tendencia política. Israel no está de acuerdo con esta solución honorable , busca apropiarse de todo lo que pertenece a los palestinos, arrebatarles el cien por cien de sus territorios, eliminando a la fuerza cualquier vestigio de su Cultura, judaizando las costumbres, utilizando para ello el terror, la creación de murallas inexpugnables y practicando el más deleznable apartheid, el único vigente en el mundo  a día de hoy.

 

Cuando ves la injusticia a dos palmos de tus narices solo te quedan dos opciones, callar o contarlo, ponerte al lado del humillado y asesinado o no decir nada, esconder la cabeza bajo el ala. Aunque sé que dentro del propio Israel hay movimientos organizados de rechazo a la ocupación sionista, mi corazón está con Palestina, con su gente amable y pacífica. Pese a tanto sufrimiento y terror padecido siguen considerándose un pueblo amante de la paz , del amor y la vida, tal como nos confesó la alcaldesa de Ramahala, Laila Ghanam.

Al principio del viaje entras en una postal, buscas referencias, todo es nuevo. Palestina es una preocupación para todo el grupo de escritores. Nada más entrar en Jericó, una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo, observo plataneras a ambos lados de la carretera, secarrales y palmeras que me llevan a la isla, beduinos y sus austeros chamizos que me retrotraen a tiempos muy lejanos y primitivos. Escribo en el hotel mi primer poema, Jericó.

Tomo el desierto  de la mano,

me lleva a Jericó

y al camello del beduino celeste

que piensa este poema que ahora escribo en Ramala

Vientos de secarrales

carreteras antiguas

donde las leyendas escribían

el nombre de Palestina en las palmeras

en la caliza que da forma

a sus viviendas de vainilla y canela

Ciudad de la luna y los dátiles

donde Yasser Arafat

escribió un sueño que no ocultaba

laberintos del tiempo árabe

para este pan caliente

donde deposito mi asombro y mi ignorancia.

Pueblo inventor

de esta escritura cananea

que atestigua su hora encendida.

Vengo y me quedo en la piedra

duermo en esta jaima de retales multicolores

y cruzo el desierto.

 

Nos cuenta la alcaldesa de Ramala, el gobernador palestino de Jerusalén y un dirigente de Al- Fatah que Palestina es " un tono musical beneficioso para todos, un canto a la vida, una cuestión ética antes que política ". Es fácil caer en la cuenta de la veracidad de estas palabras, en el contacto diario con los palestinos, un pueblo hospitalario y generoso pese a tanto sufrimiento. En la sede de Al-Fatah en Ramala nos informan que la lucha del pueblo palestino es una lucha por la libertad y que siempre han pedido ayuda a los intelectuales. En Belen, su alcaldesa Vera Papon, reafirma la importancia de la voz literaria incluso sobre el discurso político , lo explica por la mayor libertad de conciencia de los escritores , incluso por la  efectividad de nuestro testimonio a la hora de desvelar y difundir con imparcialidad el auténtico cariz de la lucha del pueblo palestino.

En mi primer viaje a Palestina descubro un país fascinante, multifactorial, incluso con línea aérea propia antes de la artificial partición de 1948, una sociedad articulada entonces libremente donde convivían pacíficamente la cultura judía, árabe y cristiana, con mujeres libres y emancipadas. En la actualidad el país posee una estructura moderna y en contínuo desarrollo, con un  progreso admirable y bien planificado en el mundo árabe pese a la injusta ocupación. Descubro lo poco que conocemos esta realidad de Oriente Medio, mediatizada su imagen por los medios de información, muchos afines al poder económico  de Israel.

Es preciso visitar esta tierra multicolor y comprobar in situ lo compleja que es, su derecho a vivir en paz, la importancia  de que se resuelva de una vez por todas este conflicto territorial para evitar que se extienda a otras zonas limítrofes. Gracias a los libros de las bilbaínas Teresa Aranguren y Sandra Barrilaro, a las charlas en el hotel con el periodista y guionista leonés Mario Cuesta y nuestro traductor y poeta Ahmad Yacoub, pude ir dando forma a este diario y tener una visión más certera del pueblo palestino.

Participando en un debate en la Universidad Palestina de Jerusalen

Visitamos varias Universidades, El Teatro Nacional Palestino en Jerusalén, el Museo Nacional Palestino. Observo una gran preocupación por la Cultura, por el futuro de los estudiantes palestinos, con importantes proyectos con otras universidades europeas, americanas, etc. Me impresiona descubrir un edificio especializado en poesía en la Universidad de Al-Quds , sede del Departamento de Poesía. El impresionante Museo en Ramhala dedicado al poeta Mahmoud Darwish me confirma estar en un país con una importante tradición oral de cuentos ( el Hakawati ) y de poesía. Entramos al Museo dedicado al poeta nacional a través de un libro gigantesco de piedra, abierto al visitante ocasional y al lector interesado:

 

Los seres queridos emigraron

Se llevaron el lugar y emigraron

Se llevaron el tiempo y emigraron

Se llevaron sus aromas del barro

                                 y del pasto seco

                                        y emigraron

Se llevaron las palabras y con ellos

emigró el corazón asesinado.

                        ( " Cartas a una extraña ", Mahmoud Darwish )

 

En la sede de la Autoridad Palestina nos recibe  el presidente Mahmoud Abbas. No hay igualdad de pareceres  en la política con Israel y siguen las divergencias entre los distintos grupos que conforman la lucha palestina.  Al igual que hice en la Feria del Libro de México en 2011 le recito al presidente palestino “ Yo poeta declaro” de Agustín Millares Sall.

El poeta es el grito que a morir se resiste

En la súbita noche donde todo se olvida

Donde no hay libertad no hay poeta con vida

Ningún pájaro vuela donde el aire no existe

 

Darwish, Millares, la poesía comprometida con la paz y la palabra, nuestra humilde aportación como escritores solidarios, apoyando internacionalmente la lucha de un pueblo firme que ama su tierra, que incluso acepta el sacrificio del injusto reparto  territorial para evitar más sufrimiento, una tierra que  los palestinos consideran santa, de paz. Sin embargo donde no hay libertad no hay poeta con vida, ningún pájaro vuela donde el aire no existe, ningún niño juega donde las bombas caen sin control, ninguna madre de Gaza duerme tranquila cuando las balas israelíes vuelan furtivas al corazón inocente de sus hijos.

No soy especialista en Guerras pero es fácil percibir quien sufre, quien es el invasor, quien el desarmado, quien asfixia el aire para que ningún pájaro vuele libre. El ejército israelí lanzó en el verano de 2014 una acción brutal contra Gaza que incluyó el bombardeo indriscriminado de hospitales, escuelas y refugios que costó la vida  a 2100 palestinos, de los cuales más de 500 eran niños. La destrucción de la cultura árabe en Jerusalén supone acciones de excavación, demolición y restauración llevada a cabo por la Autoridad Ocupante en la ciudad antigua, mostrando como las falsas reconstrucciones pretenden eliminar cualquier vestigio de la cultura islámica y cristiana, judaizando el entorno. Mientras tanto expropiar a los palestinos  de sus tierras, expulsarlos de ellas a la fuerza y derribar sus casas para construir colonias estrictamente puras y libres de palestinos, eso es racismo, cruel exterminio.

Palestina reclama Justicia Universal,  aunque su  Dignidad se mantenga intacta pese a tanto bombardeo y ocupación indiscriminada.  Jericó, la ciudad de la luna, ilumina nuestro amor por la vida, mientras las primitivas acequias siguen regando la esperanza del desierto y sus leyendas. Yo también soy palestino.

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Dos libros sobre Palestina

 

Contra el olvido (Teresa Aranguren, Sandra Barrilaro, Johnny Mansour, Bichara Khader)

Cómo era el pueblo palestino antes de 1948: un ejercicio de memoria contra el olvido

Un libro recopila una memoria fotográfica de Palestina desde 1889 a 1948 que muestra que Palestina ni estaba vacía ni era un desierto, como difunde cierta propaganda sionista.

" Palestina no era una sociedad hostil ni religiosamente fanática cuando los primeros colonos del movimiento sionista llegaron allá”, señala Teresa Aranguren, una de las coordinadoras del libro.

Las fotos muestran la diversidad de la sociedad palestina de aquellas décadas y repasa los eventos más señalados.

- ediciones del oriente y del mediterraneo

​

Palestina el hilo de la memoria (Teresa Aranguren) 

 Teresa Aranguren, de una forma coloquial y profunda,  nos acerca a la raiz y desarrollo del conflicto palestino. La autora bilbaína ha basado su investigación en testimonios directos de refugiados palestinos y de otros residentes en territorios ocupados .

- Barataria

 

* En La casa de mi tía por gentileza de Juan Carlos de Sancho