Tijarafe, con una parte del campo palmero, con una parte del campo gomero o herreño, son un claro ejemplo de lo que Canarias debería ser, pero que pronto ya no podrá ser, porque está desapareciendo. Una forma de vida agrícola y ganadera familiar, pegada a la tierra y a la naturaleza, defendiendo la manera en que los canarias y las canarias han vivido durante muchos años. Pequeñas explotaciones productoras de alimentos para consumo propio y trueque, con otra explotación algo más grande, siempre en el ámbito familiar, para la venta a los intermediarios sanguijuelas... en realidad, la preservación del territorio insular, que está llamada a perderse, que está perdiéndose ya, gracias a que la imbecilidad gobernante abandona a su suerte a las familias campesinas. 

Esta tarde de tremendo calor en Canarias, he confirmado mi convencimiento sobre la causa de que se produzcan con tanta frecuencia incendios sin control en nuestras islas.

Contemplé con horror como se prendía un fuego en el monte muy cercano a El Pueblo, en Tijarafe. Un incendio que detectó la gente, que fue la que dio la alarma a los sistemas de seguridad.

Y ví cómo los vecinos y las vecinas se apresuraban a llegar a las llamas y se dedicaban con sus limitados medios particulares, a atajarlas y, en la medida de lo posible, aislarlas. Azadas y mangueras. Y teléfonos móviles, pidiendo ayuda.

Y participé de la angustia de la gente observando cómo la primera cuba que llegó a la zona se debatía, yendo y viniendo por ese monte, buscando la vía de acercamiento al Morro Corona, lugar del incendio, simplemente porque quien coordinaba el asunto no se preocupó de asegurar la información de acceso...

Y, con las personas que allí estaban, me cabreé al enterarme de que no había unidades aéreas de lucha contra incendios en La Palma; que se habían concentrado en La Gomera, porque lo de Vallehermoso era cosa seria.

Y compartí también el sentimiento de todas y todos, de que había que luchar contra el fuego en La Gomera, por supuesto que sí, pero que qué clase de criterio de austericidio es ese que impide que en todas y cada una de las islas se disponga de todos los recursos necesarios en las emergencias. Qué cómo es posible que en Canarias haya que desnudar a un santo para vestir a otro.

Y, cuando por fin llegaron todos los medios terrestres y el fuego quedó controlado, mientras observaba las caras de cansancio y de angustia de aquellas personas, ante la catástrofe terrible de la que se habían salvado gracias a su propio primer esfuerzo, escuché con natural asombro que una voz oficial afirmaba que  "el dispositivo contra incendios forestales de La Palma, en una rápida intervención, logró frenar las llamas".

Porque la intervención que de verdad evitó que se extendiera el incendio que yo ví desatarse en Tijarafe, fue la inmediata, y esforzada, y arriesgada, de la gente que estaba cerca del hecho. Porque sin esa intervención rápida, nadie sabe lo que hubiera ocurrido en esta dura y calurosa tarde del verano palmero.

Esa es la conclusión. Las llamas se propagan sin control cuando no hay nadie cerca que las detecte pronto y empiece a aislarlas. Hasta que, tarde o menos tarde, llegue la ayuda.

Y ese es el desespero. Que la ignorancia que nos desgobierna no entiende que el campo debe ser protegido, que es preciso desplegar toda la acción necesaria para evitar el despoblamiento, en las pocas zonas donde queda gente; y el repoblamiento, donde ya no la hay.

Porque no es solamente la gente campesina, son todas las islas, las que están en peligro, si el campo desaparece. 

El fuego y la estupidez son nuestros enemigos.

http://www.laopinion.es/sucesos/2013/08/16/estabilizados-conatos-incendio-gomera-palma/493186.html

http://www.canariasahora.es/articulo/la-gomera/medios-aereos-trabajan-extinguir-incendio-vallehermoso/20130815194709411597.html