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viernes, 26 de abril de 2024 10:00h.

Enriscarse, desriscarse, Gáldar... - por Nicolás Guerra Aguiar

 

FRASE GUERRA A



 

Enriscarse, desriscarse, Gáldar... - por Nicolás Guerra Aguiar *

Las variedades dialectales de una lengua definen su fortaleza. Así, la nuestra mantiene características fonéticas y léxicas, por ejemplo, definitorias de zonas concretas (Canarias…) y, a la vez, diferenciadoras frente a otras (murciano…). El seseo [sapáto], la aspiración de la s final de sílaba o el tan vapuleado uso de la tercera persona del plural con valor de segunda (“ustedes comen / vosotros coméis”) figuran como elementos lingüísticos peculiares de Canarias en la monumental obra Dialectología Española (Zamora Vicente), aunque desde la segunda edición (1970) hasta hoy se han producido cambios (valga, por ejemplo, la peninsularización de canarios con “vosotros”).

   Lo cual, a la vez, impacta sobre voces bien conservadas hasta pocos años atrás y condenadas a su desaparición. Es el caso, por ejemplo, de desriscar(se): según el Diccionario de la RAE solo se usa en Canarias, Puerto Rico y República Dominicana; derriscar(se): Canarias, Cuba y Rep. Domin. y esriscar(se) o erriscar(se), no presentes ambas en el Diccionario. Sumémosles variantes como desriscadero, derriscadero, esriscamiento... 

   El pasado dia 6 Carlos S. Beltrán publica en Canarias7 un artículo cuyo titular (“Se enrisca con su coche en Tasarte”) me atrajo. Y no porque hubiera alguna distonía lingüística, muy al contrario: utiliza la forma verbal enriscarse para referirse con precisión a lo que luego, en el cuerpo de la noticia, desarrolla más ampliamente: “[…] tras precipitarse con su turismo por un desnivel de varios metros de altura cuando circulaba por la carretera […] cerca de Tasarte”. 

   Por suerte, el accidente quedó en un gran susto y evacuación del conductor al centro hospitalario de Maspalomas. Eso sí: según el parte emitido, “presentaba policontusiones en principio de carácter moderado”. No obstante, espero que sin mayores consecuencias se produzca la pronta recuperación física y psicológica de la víctima pues, según dicen, pudo haber sido peor.  

   La estructura verbal enriscar(se) tiene, rigurosamente, dos significados según el Diccionario de la RAE. Estos son: 1. ‘Levantar, elevar’. 2, ‘Guarecerse, meterse entre riscos y peñascos’. Sospecho -es un suponer- que el conductor del vehículo (de manera involuntaria, obviamente-) se metió entre riscos y peñascos no para guarecerse de la relentá o  coger tunos indios... sino por despiste, fallo técnico o cualquiera otra causa ajena a su voluntad. O lo que es lo mismo, en radical oposición a la cabra o jaira de “Cabra loca”, canción canaria recuperada por Los Gofiones: “La cabra que al monte tira, / aunque le pongan patera [¿pezuña recortada?], / siempre tirará pal risco, / nunca pa la carretera”. 

   Así, el instinto natural de la cabra la jala hacia peñascos o despeñaderos, la naturaleza de Cairasco tal como la entiende el Renacimiento europeo: es materia universal en constante cambio (ni se crea ni se destruye, solamente se transforma). De tal manera también se transformó en multitud de vástagos el semental (caprino, claro)  de Pablito “el del macho” en mi seductora tierra galdense: ofrecía por las calles los servicios procreadores de tan imponente figura cabronil quien, ante la visión de una coleguilla en edad de merecer, impactaba nuestras mentes infantiles cuando, de repente, entre las patas traseras le aparecía ¡una quinta! de quita y pon, milagros de la juventud...  (¡Angelicales nueve, diez añitos los nuestros…! De allí, al confesonario.) 

   La voz enriscar es, pues, la “oficial” desde el punto de vista  académico, pero ni es la única correcta y válida en nuestra comunicación ni los significados apuntados antes limitan alguna otra variedad. Así, por ejemplo, en Gran Canaria (Diccionario histórico-etimológico del habla canaria, doctor Morera Pérez) deriva de esriscar, variante formal del canario desriscar. Más: aparece también en Puerto Rico c0n el mismo sentido (‘despeñar o precipitar desde un risco o peña’) “adonde probablemente se extendió desde Canarias”. Y por Tenerife y El Hierro también significa ‘quedarse atrapado un animal en un lugar de difícil acceso’.

   Por tanto, el periodista de Canarias7 utilizó una construcción verbal (“se enrisca”) correcta y válida, además, para significar el desplazamiento del coche cuesta abajo hasta su parada a consecuencia, precisamente, de los tales riscos o peñascos.

  Sin embargo, la riqueza lingüística del español de Canarias nos ofrece otras variantes quizás más usadas por la zona del oeste y norte de Gran Canaria como, por ejemplo, la impuesta durante los años de mi primera juventud en Gáldar: desriscar. Es palabra presente en el Diccionario (RAE) pero con una particularidad: según la RAE, su uso se circunscribe a Canarias, Puerto Rico y República Dominicana. (¿Canarismo exportado a América o, acaso, importado desde el continente americano?)

  Su presencia viene avalada por la Academia Canaria de la Lengua con un significado específico: ‘Arrojar, tirar algo o a alguien desde un lugar alto y peñascoso’. A veces puede ser usada como verbo pronominal: así, “se me desriscó la pobre baifilla”. Además (Diccionario ejemplificado de canarismos, doctores Corrales - Corbella) admite la sustantivación con género gramatical femenino o masculino indistintamente,  y significado de ‘sitio alto y escarpado desde donde hay peligro de caer y despeñarse” (“Para vivir en la desriscadera, mejor me quedo donde estoy”). Para indicar la acción de desriscar(se) las islas de Fuerteventura, Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife manejan desriscamiento. El Hierro  utiliza desriscadero como sinónimo de ‘despeñadero’. Gran Canaria añade el adjetivo desriscado para indicar la peligrosidad de un sendero o camino “por estar abierto en el filo de un risco”.

   Puede aparecer, también, derriscamiento, ‘acción y efecto de derriscar o derriscar(se)’. La palabra derriscar (‘despeñar algo o a alguien’), tiene una acepción en La Palma, Cuba, Puerto Rico y República Dominicana: es el uso pronominal con significado de ‘derrumbar’ (“La casa, por vieja, se me está derriscando”). Por su proximidad, incluyo erriscar con el mismo significado. 

   Por tanto, y según la zona del hablante, podemos enriscarnos, derriscarnos, esriscarnos, erriscarnos, desriscarnos… Ante tales ofertas lingüísticas surge la duda existencial: ¿miramos hacia la esencia patria española -enriscarse- o volamos con cualquiera de las variantes canarias? El cachimbazo es el mismo, eso sí, pero yo prefiero desrriscarme a la manera de mi tierra galdense: ¡de pueblo que es uno! 



* La casa de mi tía agradece la gentileza de Nicolás Guerra Aguiar

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