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domingo, 05 de mayo de 2024 09:56h.

Entidades financieras públicas - por Nicolás Guerra Aguiar



Nicolás Guerra Aguiar parte de la esperanzadora (aunque, para mí generadora de infame envidia)  noticia de que el acuerdo IU/PSOE andaluz contempla la creación  de un instituto público "parecido a un banco en su estructura, pero no en sus comportamientos"  y aprovecha para recordar que la idea de una entidad similar en Canarias no es precisamente nueva. Y cita a la añorada SANSOFÉ para hacer notar que, todavía en medio de la represión franquista ya se hacían estas propuestas. Y concluye Nicolás preguntando dónde están los jóvenes de ahora, "infinitamente más numerosos". Una pregunta que, ciertamente, nos hacemos los puretas actuales, amparados de toda razón.

Entidades financieras públicas  - por Nicolás Guerra Aguiar

 Fumata blanca en Andalucía. A tal grado de identificación llegaron dos partidos que ya es realidad el «Acuerdo por Andalucía PSOE / IULV-CA» como ideario de Gobierno. Tras iniciales explicaciones y justificaciones, este desarrolla en el apartado 2. lo que intitula «Renovación de nuestra economía: hacia un nuevo modelo de desarrollo más sostenible y solidario». En él defiende la creación de lo que será el Instituto Público de Crédito Andaluz, entidad financiera (algo parecido a un banco en su estructura, pero no en sus comportamientos) que cumplirá funciones sociales y de apoyo económico. Pero no a las grandes compañías transnacionales, pues su acción va encaminada a las PYMES, pequeñas y medianas empresas que necesitan préstamos, avales. Obviamente, se trata de potenciar proyectos empresariales hoy bloqueados y constreñidos a pesar de que sus perspectivas son halagüeñas.

O lo que es lo mismo, prestará dinero público. Por tanto, suplirá dentro de sus limitaciones a empresas privadas que hacen su agosto en este placentero jardín de las delicias con infinitos beneficios para banqueros y gabinetes de administración, sectores privilegiados en la crisis que afecta solo a pensionistas, obreros de a pie, profesores, funcionarios, parados y vírgenes jóvenes en estas cosas del mercado. Dejará de lado el sistema perfecto del enriquecedor engranaje capitalista: el Banco Central presta dinero a la banca privada al uno por ciento de interés para que le compre al Estado español letras y deudas que significarán altísimas ganancias con las cuales, después, volverán a comprar más deuda pública y así, por ejemplo, España abonará los casi treinta mil millones de euros en intereses por los préstamos. ¿Que de dónde salen los miles de millones? Muy fácil: de usted y de mí, de abuelos y padres, universidades, calidades en la enseñanza, servicios sociales que desaparecen, sanidad, elevaciones de impuestos directos e indirectos, e incluso de algunos cafesitos que el despectivo y cínico secretario nacional de Sanidad señaló como renunciables para que el pensionista pague el tanto por ciento de sus medicamentos.

Aquella aparente banca que va a ser el Instituto Público de Crédito Andaluz cumplirá una función rigurosamente mercantil –ayuda a pequeñas y medianas empresas, insisto-, pero a la vez significará mantenimiento de puestos de trabajo y, si la cosa funciona, creación de otros, pocos, eso sí, porque sus capacidades económicas son muy limitadas. Pero si el sistema funcionara con más capital –utopía, sueño, ficción, quimera-, el ejemplo podría cundir y se multiplicarían los tales institutos banqueros o racionales y justas instituciones a lo largo y ancho de la geografía española, tan necesitada de préstamos baratos porque ilusiones y gente preparada hay, mucha, pero falta lo inicial y elemental: el dinero. La idea es muy buena y esperanzadora –ya aparecerán quienes la maldigan y condenen a los infiernos, no faltaba más-, aunque no resulta original toda vez que en esta controvertida geografía canaria ya se quiso poner en práctica… hace exactamente cuarenta años, cuatro décadas.

Sí. Hubo una vez una revista en Canarias que nació -entre otras razones- con la idea de fomentar la conciencia regional y definir con rigor cuáles eran los males de nuestra tierra para combatirlos con palabras nobles, rigurosas y apoyadas en ideas: fue sansofé, empeño de un grupo de jóvenes interesados por el futuro de Canarias y de quienes será preciso hablar por aquello de la Justicia Histórica. En su primera época (1969-1972) SANSOFÉ -a pesar de varios expedientes administrativos, multas, secuestros, amenazas de cierre, registros por la brigada político social, retirada de pasaporte- dio a conocer lo que se había gestado en la Universidad de La Laguna y cuyos autores bautizaron como «Proyecto de Estatuto para Canarias». En efecto: el número 96 de 11 de diciembre de 1971 informa de que el IUDE (Instituto Universitario de la Empresa, cuyo secretario general era el señor Saavedra Acevedo, profesor encargado de Derecho del Trabajo) había confeccionado un documento no definitivo ni acabado «que podría ser un Estatuto Regional para Canarias». Se sometería a discusión para introducir modificaciones, ampliaciones, cambios, retoques… en cuanto que se trataba de eso, de un proyecto.

El 18 de marzo de 1972 cuatro de sus seis redactores (señores Carballo Cotanda, González Viéitez, Bergasa Perdomo y Saavedra) lo presentaron en el Aula Magna de la facultad de Derecho (faltaron los señores Fajardo Espínola y Trujillo Fernández). Y aunque en otro momento me centraré ampliamente en su análisis, valga el apartado que interesa por lo que al Banco Regional Canario se refiere. En el Título I, Capítulo I, Base 10, se lee: «Con el fin de dotar a la región canaria de los instrumentos adecuados para su desarrollo económico se creará, con carácter público, un BANCO REGIONAL CANARIO …» al que se someterán tanto la «Banca Privada» como las «Cajas de Ahorro». Se le prohíbe a la primera la transferencia de recursos fuera de la Región sin la previa autorización del Banco Regional. Y a las Cajas se les marcan los obligatorios coeficientes de inversión en Canarias, ineludible aporte que está por encima, incluso, de lo que dicte la Confederación de Cajas de Ahorros.

¿Qué pretende? Entre otros, dos muy importantes planteamientos para Canarias: uno, proporcionar fondos para inversiones que se hagan en la Región. Dos, que sea el depósito obligatorio de todos los flujos financieros sin menoscabo, por supuesto, de la actividad económica privada, a cuya acción se le reconoce la extraordinaria importancia que tiene para el desarrollo de las siete islas.

Hoy, claro, acción no solo imposible sino, tal como funciona el sistema, quizás motivo de fusilamiento para aquellos jóvenes treintañeros cargados de ideas, rigor, conocimientos, perspectivas y miradas más allá de limitaciones provinciales. Son quehaceres de anteayer, sí, pero revolucionarios y clarividentes. A la vez, dejan constancia de algo muy claro: en las agonías del franquismo Canarias contó con gente documentada, sabia, impetuosa y serena que fue preparando –aunque en teoría- el futuro de nuestra tierra con diáfana visión. Y si jóvenes de SANSOFÉ y de IUDE fueron capaces de tales compromisos en momentos de represiones, ¿dónde están los de hoy, infinitamente más numerosos?


También lo tienen en:

http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=258170

http://canariasinvestiga.org/entidades-financieras-p-blicas