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domingo, 28 de abril de 2024 06:48h.

Invita al pensamiento

Entre la escritura ajena y la crónica del disfrute - por Nicolás Guerra Aguiar

 

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  Entre la escritura ajena y la crónica del disfrute - por Nicolás Guerra Aguiar *

 

Cuando el autor de  Soltadas uno [de literatura y…] utiliza la voz “Contexto” desde la página 11 para justificar, alegar a su favor o explicar el porqué de la obra, comienzan a entrar ininterrumpidamente las confirmaciones de que su autor sabe lo que tiene entre manos.

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  Pues “contexto” como palabra de nuestra lengua no es una unidad independiente, solitaria, ajena a otra -contextualización- incluida en su campo de significados. Efectivamente, los comparten: la segunda consiste en ‘Situar algo en un determinado contexto’, es decir, el ‘Entorno físico o de situación, político, histórico, cultural o de cualquier otra índole, en el que se considera un hecho‘. 

Victoriano Santana Sanjurjo

Victoriano Santana Sanjurjo

emilio gonzález dénizANNA Staronibets  A ello se dedica el profesor Victoriano Santana Sanjurjo en cuerpo, alma, controlados ritmos, vigilias o amanecidas desde antes de la del alba (doy fe): rigurosa observación crítica y envidiable manejo de la lengua (¡cómo se le nota su doctoral especialidad en Don Quijote de La Mancha!). De ese inmenso espacio sideral -filosófico que son las veinticinco  “piezas” del novísimo libro iniciado con Emilio González Déniz, Anna Staronibets... hasta la interrogación retórica (“¿Debo aceptar que más allá de más allá solo existe lo que yo considere que existe?”) que cierra con sus reflexiones sobre la infinitud del Universo (“Más allá de más acá del espacio: Ordenada -Y-”), el docente contextualiza, en efecto. 

pérez galdós joven  umberto ecoY si jamás algún aspirante a lector se ha planteado “un hecho” condicionado por variados entornos (culturales, históricos, políticos o de cualquiera otra índole y cuyo conocimiento considero imprescindible para tutear a Pérez Galdós o degustar El nombre de la rosa), quizás podríamos acercarlo con la lectura de algunas “piezas” inmersas en Soltadas […]: el crítico Santana Sanjurjo  observa en ellas ambientes, atmósferas, circunstancias internas y externas, particulares o generalizadas de los autores y de sus tramas literarias.

philip rothel profesor del deseo Podría suceder algo así como plantea Philip Roth (El profesor del deseo): ¿cuánta gente (permítame, estimado lector, la hiperbólica palabra “cuantísima”) utiliza el adjetivo “kafkiano” sin haber leído a Kafka? Sin embargo sabe su significado (‘Situación absurda, angustiosa’), a veces solo por curiosa observación o casualidad. Incluso muchos políticos bajo sospecha de actividades ajenas a éticas, decencias, honestidades... echan mano a la palabra  para defender su constitucional derecho al honor. 

  Pero sospecho que sin los “entornos” solo se consigue la linealidad lectora, es decir, entrar exclusivamente en la trama argumental para conocer la historia que el narrador cuenta. Punto final. Fuera de la lectura quedarían, por tanto, mensajes entre líneas, pensamientos, condicionantes externos ajenos a la voluntad de variados personajes (¿por qué algunos se suicidan, como los románticos?), vidas anodinas, sueños frustrados, presiones sobre el ser humano, su propia capacidad de resistencia, avatares condicionados por guerras, traiciones... 

KAFKA  La intervención (no intromisiones) de Santana Sanjurjo sobre cada una de las producciones literarias de su trabajo recién salido a las librerías invita, pues, a dejar a un lado adjetivos ya implantados socialmente (caso de “kafkiano” para quienes no saben, por ejemplo, de La metamorfosis de Kafka): pretende reflexiones, activa pensamientos, incluso relecturas… Más: una vez leída la específica obra sobre la que el profesor opina (es gran especialista en la disección con el bisturí de la lengua) podría el lector estar en absoluto o parcial desacuerdo. Y dejaría entrever apreciaciones absolutamente distanciadas o ciertos reparos (pero, seguramente, válidos ambos).   

  Y eso es, exactamente, Soltadas uno [de literatura y…]: el maestro (por suerte, prudencia, inteligencia y pudor profesional) no dogmatiza,  no da como indiscutible dictado de los dioses sus comentarios, enfoques, perspectivas, apuntes… Muy al contrario: como sereno y científico profesor observa, razona y llega a SUS conclusiones. Luego las expone para la crítica. Seso, recato, sabiduría. (Nada nuevo en Victoriano Santana, dicho sea de paso.)  

  Con acierto sus palabras y sus pensamientos se buscan para identificarse y, consecuentemente, dar lugar a lo que luego se traduce en el texto escrito bajo la perspectiva particular –insiste en tal principio básico- y la apreciación de sus yo, me mí, conmigo, pronombres personales casi ajenos a los colectivos nosotros, nosotras, nos. Así, confirma Santana Sanjurjo, “escribo desde un yo agente y testigo, impregno mis observaciones, análisis, reflexiones de un sello muy personal”.

   (Pero como muy bien deja sentado, las palabras -aquellos elementos gráficos o sonoros con los cuales construimos el texto- nada son sin la capacidad para formar juicios o ideas en la mente.  ¿Que cuál fue antes? Contesto con dos preguntas: ¿sin palabras pueden surgir conceptualizaciones en el intelecto? O a la inversa: ¿la capacidad para pensar es requisito sine qua non para crear palabras?)

  Victoriano Santana Sanjurjo pertenece a un estamento de la raza humana y a quien otros desean, inexorablemente, su silencio. Y como sucede siempre en la Naturaleza, podría conseguirse por la acción del propio ser humano. ¿Por qué? Mientras lee con placer a  escritores físicamente próximos o camina con Don Quijote a la búsqueda de Bernardo González de Bobadilla, “natural de la nombrada isla de Canaria” y autor de una novela pastoril condenada al fuego por el cura y el barbero de un lugar de La Mancha, el profesor Santana Sanjurjo selecciona sus lecturas. 

  Y como lector – analista – crítico, elige a quienes podrían convertirse en arquitectos de su mente (como le sucedió a David Kepesh, personaje de Philip Roth con  Chéjov  -llega a ídentificarse con él-, Kafka, Thomas Mann, Joyce…). Textos, claro, “que, a mi juicio, por su relevancia, deberían formar parte de este mundo conocido que todo autor tiene  y lo identifica como creador “.  

  En conclusión, estimado lector, Soltadas uno [de literatura y…] es una muy interesante antología firmada por un gran juzgador cuya palabra profesional interesa a quienes necesitan compilar exhaustivos análisis críticos sobre alguna(-s) de las obras recogidas en esta publicación de diciembre pasado. Deleita a quienes gozan del placer de la lectura pues descubren insospechadas perspectivas. Atrae a quienes desconocen al autor de estudio o a una obra concreta del mismo. Y enseña, revela sabiduría, sensibilidad, manifiesta rigor en cada una de las palabras dedicadas al exhaustivo análisis. Invita al pensamiento.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Nicolás Guerra Aguiar

NICOLÁS GUERRA

 

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